Hola a todos, quiero contaros mi historia, especialmente para pedir consejo, o ver si alguien puede darme otro punto de vista de esta situación, que pueda ayudarme a aclarar mi mente, y salir adelante mejorando mi vida y la de los demás.
Lo primero de todo gracias a las personas que os toméis la molestia de leerlo y especialmente a las que dediquen parte de su tiempo a intentar ayudarme. Pediría si es posible evitar comentarios que enjuicien mi comportamiento, o mi persona. No busco jueces. Yo misma soy consciente de que he de cambiar y no quiero hacer daño a nadie. Solo busco ayuda. Nada más.
Me casé hace 5 años con una buena persona. Un chico de mi edad, trabajador y que siempre me quiso mucho. Con nadie me sentí tan querida, tan feliz, tan tranquila y en paz con la vida como con él. Es cierto que nunca sentí una gran pasión hacia él, una gran emoción, o un enamoramiento arrollador pero, yo me sentía feliz, pensaba que en eso consistía quererse, no necesitaba nada más, al menos en esos tiempos. Me casé con él, quizás antes de la cuenta, debido a un embarazo no programado, pero me casé convencida, creí que él era la persona con la que quería estar siempre, toda mi vida. Y así fue, hasta hace un poco más de un año. Yo seguía en mi vida tranquila, sin preocupaciones, cuidando a nuestro niño, que ya tiene 4 años. La convivencia muy buena, sin discusiones ni grandes problemas. Quizás el mayor problema lo teníamos en el terreno sexual, yo poco a poco fuí perdiendo el deseo sexual hacia él, nunca sentí una gran atracción por el, y conforme fue pasando el tiempo eso fue disminuyendo, hasta el punto que me suponía un esfuerzo tener relaciones íntimas con él. No obstante lo llevábamos bien. Él sabía que le quería, y tampoco me presionaba en modo alguno. No es una persona que se preocupe mucho de las cosas, y al estar lo demás en orden, lo llevábamos lo mejor posible.
Y este era el cuadro cuando apareció por casualidad una nueva persona en mi vida. Una persona que me encantó desde el primer momento. Me atraía mucho más de lo que me había atraído nadie en mi vida. Aparte su carácter me gustaba, su forma de ser, de actuar. Poco a poco fuimos creando una amistad, hasta que me dí cuenta que estaba muy enamorada de él. Ahí empezó toda mi inestabilidad emocional. Por un lado tenía en casa a un hombre estupendo, al que quiero realmente, aunque algunas personas piensen que no. Y por otro tenía ese otro hombre del que me sentía totalmente enamorada. Y caí en tentación. Me dejé llevar por esa pasión, ese sentirme viva, con ilusión, con emoción. Alguno nuevo para mí. Y comencé una relación con esta otra persona, aunque internamente tenía la esperanza de que saliera mal, de que él no me correspondiera y así esto terminara y quedara como un recuerdo. Pero no fue así. Este hombre es también bueno, me trata genial, me ayuda en todo lo que puede, me entiende en mis debilidades y me apoya en mis decisiones. Quiere darme tiempo a que yo solucione mi vida, a que elija que es lo mejor para mi, pero quiere estar conmigo como sea.
Y aquí me encuentro yo, sin saber que hacer. Sintiéndome también despreciable por haber llegado a este punto. Pero en realidad, no sé que hacer. No sé que es lo mejor. No tengo la menor idea de qué es lo correcto. A mi marido le quiero mucho, no solo es agradecimiento por ser quien ha sido conmigo, sino que es afecto auténtico. Cuando pienso en mi vida sin él, tengo mucho miedo, sé que le echaré de menos toda mi vida. La paz que el me da, es sin igual. Lo bien que me siento con él y aceptada tal cual soy. Y la emoción de alegría que siento al verle. Siento que alejarme de él sería un error. Pero aún así, con él, el pilar sexual cojea. No siento apenas atracción física, ni deseos de acostarme con él. Solo lo justo para que él no se sienta mal. Pero pensé que estaría bien así. Y a esta nueva persona también la quiero, con más pasión, más deseo, más como una pareja. Le quiero muchísimo a decir verdad. Pero si me dijeran que solo puedo salvarle la vida a uno de los dos, no sabría que hacer. Si me dijeran que ambos necesitan un órgano mío y he de dárselo a uno solo de ambos, no podría escoger. Por lo tanto no sé que es lo correcto. Sólo sé que no quiero seguir dañando a nadie. Mi marido no sabe nada de esto, tenemos una vida muy independiente, él tiene sus relaciones, yo las mías, y tenemos mucha libertad. En casa seguimos bien, con la armonía de siempre. Pero yo internamente soy tan infeliz, yo no era así, era una chica normal, bondadosa, que ayudaba a todo el mundo que podía. Era buena mujer, buena hija, y ahora me siento el peor ser del mundo.
Esta es mi historia, si alguien puede darme un poco de luz, o ha experimentado algo similar, me encantará escucharle. Muchas gracias a todos nuevamente por vuestro tiempo y esmero en ayudar a otro a cambio de nada. Gracias.