Hace hoy 15 dias que descubrí que mi mujer me había sido infiel. Lo cierto es que llevaba algo más de un mes sospechando y preparándome para el mazazo final.
Los mios son unos "cuernos light" o al menos eso es lo que creo y lo que me hace seguir adelante. Se lió con un tio que podría ser su padre, solterón y para colmo impotente. El típico fulano que utiliza la estrategia victimista y la adereza con constantes regalos al oido de la que lo escucha. Para colmo lo conozco de vista y de haber hablado una vez con él. Patético e incomprensible. He pedido razones a mi mujer y no me las ha sabido dar. No se siente culpable ni arrepentida pues considera que aunque tenía intención de acostarse y lo hizo, no pudo consumar el acto. Tampoco se enamoró. Me dice que estaba a gusto con ese juego porque sentía que dominaba la situación, que lo dominaba a él.
Se siente mal al ver el estado en el que me ha dejado y sobre todo con miedo, pues cometió la torpeza de contarlo a unas amigas y piensa, como yo, que tarde o temprano se enterará hasta la familia.
La he perdonado (yo nunca le he sido infiel), pero he perdido totalmente la confianza en ella, y esa pérdida hace que esté vigilante de forma contínua.
Parece que no hay signos que me indiquen que sigue tonteando. Sabe que se juega mucho y que no le perdonaría una segunda infidelidad.
En estos 15 días he pasado por momentos de zozobra y profunda angustia. He necesitado ayuda psiquiatrica y ando con los tranquimacines aunque a bajas dosis. Voy asimilándolo poco a poco y sobre todo trato de seguir con mi vida normal (el trabajo, mi hijo..) y no pensar en ello. Sé que el tiempo cerrará la herida y me aferro a ello.
Hay una cosa que llevo mal, coincidimos en un club de golf y a veces lo veo y se me revuelven las tripas, pero mi mujer insiste en ir porque le gusta mucho este deporte (a mí también). Es posible que como terapia de choque sea incluso positivo pero me cuesta mucho ir y evito aparecer por la cafetería o los vestuarios para no encontrármelo de frente.
Ya veis lo cierto del refrán: "Ademas de cuernos, penitencia"
Tengo que dar gracias de que en lugar de haberse liado con un hombre mas jóven, mas guapo y con más dinero que yo, lo haya hecho con un pelanas viejo y con poca pasta. Eso es lo que me mantiene vivo.
¿Olvidar? Nunca podré, pero eso, si la relación es respetuosa a partir de ahora, no creo que sea ningún impedimento.
¿Reprochar? Ahora lo hago con mucha frecuencia, sobre todo cuando discutimos por alguna cuestión doméstica, pero observo que cada vez con menos intensidad.
¿Ganas de serle infiel para devolverle la moneda y de paso acelerar mi proceso de "curación"? Ninguna, y ahora menos pues estoy más metido en ella que nunca.
Creo que después de la muerte de un ser querido, la infidelidad no esperada es el dolor más fuerte que he sentido y por tanto no se la deseo a nadie. Esa puñalada trapera me está sirviendo para madurar más, relativizar más las cosas, cuidar lo que importa y lo que no importa.
Y si todo va mal, si al final todo es duro, como lo ha sido y lo sigue siendo, saber ser el rey de un palacio de invierno.
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