¿Hombres víctimas o victimarios?
EFE
La antropóloga Mercedes Fernández-Martorell, una de las principales expertas en violencia machista en España, cree que debe "repensarse" la manera en que se trata actualmente a los maltratadores y trabajar con ellos como si fueran "víctimas de sí mismos", al ser éste el origen de su violencia. Una controvertida teoría que dará que hablar.
Experiencia por delante
Fernández-Martorell lleva más de 20 años como profesora en la Universidad de Barcelona y, como antropóloga, ha dedicado sus dos últimos años a estudiar el fenómeno de la violencia machista, lo que le ha llevado a entrevistar a fondo, junto a un equipo de mexicanos, a 15 hombres juzgados por agredir a sus parejas.
Esta experiencia le ha permitido estudiar de cerca el fenómeno de los malos tratos a las mujeres, y ha llegado a unas conclusiones que abren y proponen una nueva visión del problema y que abrirán heridas.
Los hombres, "víctimas de sí mismos"
Mercedes sostiene que la sociedad en que vivimos está regida por unas "leyes sociales" ideadas por los hombres. Ellos son los "encargados" de hacerlas cumplir y de que "sus" mujeres las reproduzcan.
Desde tiempos remotos, eso ha sido así. Sin embargo, la "organización social" ha cambiado con el paso de los años y las mujeres se han alejado de este modelo masculino impuesto.
De este modo, los hombres han sentido perder su "hombría" y han liberado la rabia producida en ellas. La profesora dice que esta teoría no sirve para excusarlos sino para valorar el problema desde otro punto de vista, teniendo en cuenta que si los hombres maltratan a las mujeres es, según Fernández-Martorell, porque son "víctimas de sí mismos", de sus sentimientos al verse retirada su identidad ancestral.
"Las mujeres no son las débiles, sino ellos.
Es a los hombres a los que hay que tratar", apunta la antropóloga. Según su punto de vista, la actitud violenta de los varones se debe al estado de inferioridad, respecto a la ley social, en el que se encuentran.
Por eso, aboga por cambiar la concepción y la visión de esta lacra social que a menudo se ha "fosilizado", lo que supone un "peligro" para ellos y para la sociedad en general.
Cómo actuar
"Se sobrevictimizan a las mujeres y se sobrevalora el espírtu guerrero de los hombres", de manera que se obvia que, en realidad, las víctimas son ellos, opina la antropóloga.
Fernández-Martorell se percata de que "la protección de las mujeres sirve de poco; es importante, pero no es la solución", como lo demuestran las repetidas agresiones, incluso después de aplicarse la orden de alejamiento. A raíz de sus investigaciones, se ha dado cuenta de que la clave está en conseguir que los hombres "adquieran autoestima".
¿Cómo hacerlo?
Apoyándoles y tratándoles para reeducar su comportamiento de forma que su autoestima crezca, lo que no quiere decir que se les exima de cumplir la condena que marca la ley.
Según la investigadora, a menudo estos hombres quieren a sus mujeres y las mujeres maltratadas siguen queriendo a sus hombres. La deducción, pues, es que este no es un problema de sentimientos de pareja, sino que normalmente la complicación es externa.
"La sociedad debe ver que no son hombres guerreros sino personas equivocadas por lo que son. Tampoco son enfermos. El motor de violencia de los maltratadores está en su entorno más inmediato", a menudo en su trabajo o en sus amistades, que pueden exaltar su parte más violenta.
Por encima de las críticas
"Hay que trabajar directamente con ellos. Repensar la manera de hacerlo es esencial". En su trabajo de campo, la profesora ha podido ver que los hombres maltratadores tiene necesidad de hablar: "están angustiados con su vida y no les importa si hacen bien o mal, sino que sólo actúan así porque están descontentos consigo".
Mercedes es consciente de que sus tesis pueden despertar críticas y recelos en los sectores feministas. Ante eso, ella afirma que su postura es de un "feminismo más progresista" que el tradicional, porque propone abandonar el orden patriarcal instaurado y el modelo de debilidad femenino impuesto hasta ahora que, según la experta, se ha demostrado que no sirve.
"Hay que resaltar que los hombres son seres "impotentes, muy sufridores, desgraciados y desorientados, pero que aman a sus mujeres", concluye.