¡chisss!!! amor secreto e imposible

Esto que me ocurre es un sin sentido, resulta que llevo así ya casi cuatro años, primero empezó como una atracción, algo realmente raro en mi. Me explico: no soy una mujer joven, soy adulta, casada y con hijos. Y jamás, jamás, estando en esta situación me he fijado en otro hombre, ni coquetear, ni fantasear, ni na.
He sido de esa condición sin proponérmelo, hasta mis amigas se reían de mi por no fijarme en este o en el otro, simplemente no me ocurría. Pues bien, esto sin más cambio un día.
Cuando le conocí, fue de esas personas que desde el primer contacto me cayó realmente bien, tampoco sabría decir porqué.
Enseguida empecé a darme cuenta que atraía mi atención, pero él no hacía nada para ello. El caso es que empecé a fantasear con él y esas fantasías me gustaban mucho, lo analice y pensé que no tenía nada de malo fantasear un poco, nadie se enteraría. Así fue.

Durante un periodo muy cortito de tiempo el mundo que me había creado era maravilloso, un mundo solo mío, ahora bien, resulta que algo empezó a pasarme. Cuando me cruzaba con él, le veía o incluso si hablaba con él, mi cuerpo no me obedecía, yo quería ser natural y el resultado era un manojo de nervios, con el consiguiente temblor de manos, piernas, mi voz también temblaba y mi rostro a veces era de un morado luminoso. Esto me incomodaba muchísimo, supongo que no hay que ser muy tonto para darse cuenta de que algo pasa.

Todos estos acontecimientos que ocurrían siempre dentro de mi cabeza, hicieron que mi vida desde entonces empezara a ser un caos, me hicieron pensar, reflexionar, analizar y sopesar mi vida real. Mi vida, real, no tenia nada de malo, ni tampoco de bueno, simplemente estaba hay porque tenía que estar, era mi papel, madre, trabajadora, esposa, amiga de sus amigos. Una vida sin complicaciones afortunadamente, con sus buenas cosas y también con sus malas cosas, no todo era color de rosas, pero en definitiva no había nada en mi vida que fuera horrible, desgraciado o insoportable.

Todo en mi empezó a cambiar, todo en mi interior, los sentimientos hacia mi marido, hasta entonces nunca me había planteado si le quería. ¡Pues claro que le quería!, era mi compañero desde hace muchos años, el buen padre de mis hijos, un buen hombre. ¡Pues claro!, ¿Por qué tendría que planteármelo?, estábamos juntos, teníamos una familia y la vida no se portaba mal con nosotros, estaba claro, todo era normal, sencillo, sin sobresaltos, aburrido, rutinario.

¡Uff!!, Le he dado mil vueltas, que esto es una crisis que tengo pasajera, ya se sabe, la edad, que se me pasará, que él siempre me ha querido mas, que soy una egoísta, que esto cambiará pues no, ni cambia, ni soy una egoísta, ni tampoco es una maldita crisis. Mi conclusión después de estos años, es, que se acabo, que lo que una vez teníamos lo dejamos por el camino y no nos dimos cuenta, tan ocupados, que si el trabajo, que si los niños, que si las casas. No sé donde se nos perdió, pero se perdió.

Ni que decir hay que podríamos estar así toda la vida si no fuera porque me he vuelto loca. Pero este tema no tiene que ver con lo que quiero contar, puede que si influya un tema con el otro, desde luego, pero son dos temas separados.

Mi problema radica en que no puedo quitarme de la cabeza a este intruso, y no entiendo nada, ha pasado de una simple atracción a un fuerte deseo, luego a una necesidad y ahora lo que quiero es despegarlo de mi vida, de mis sueños y de mi insomnio. Me ha anulado y bloqueado en todos los sentidos, pase que piense en él mas tiempo del debido, que siga fantaseando, que pierda el control de mis actos y de mi cuerpo simplemente por cruzarse a mi lado. Pero que no pueda tomar las riendas de mi vida, que no pueda ocuparme bien de mis hijos, que mi trabajo me la traiga al pairo, que no encuentre nada por lo que merezca la pena tirar de esta vida que llevo, no sé, creo que se me ha ido de las manos.

Repito de nuevo que todo es un sin sentido, pues con este hombre apenas tengo relación, hola y adiós algunas veces, nuestras conversaciones se pueden contar con los dedos de las manos, y os aseguro que ninguna a durado mas de 20 minutos, que va. Además eran conversaciones programadas, había que hablar sobre cierto tema y era sobre lo que hablábamos.

Vamos, lo que quiero decir es que apenas nos conocemos, yo sé que está casado y tiene una hija y él sabe de mi lo mismo, casada y con hijos. Nunca me ha dado un motivo, ni se ha insinuado de ninguna forma, siempre es correcto, cordial, lo que creo que para mi es una provocación, lo encuentro tremendamente seductor. Por mi parte, tampoco le he dado motivos, tampoco me he insinuado y siempre he sido correcta, salvo cuando soy un manojo de nervios. Quiero decir, que verbalmente nunca le he dicho nada y tampoco me he insinuado adrede, pero claro, no sé como interpreta él mi nerviosismo y mi bloqueo a veces.

Aseguraría que las probabilidades de que él se de cuenta de que me gusta es desde hace por lo menos un par de años de un 90%, y aunque alguna vez sus hechos o dichos me han hecho sospechar que a él le podía pasar lo mismo, no puedo asegurarlo y lo dejo en una probabilidad del 20%. (que a él le pase lo mismo). Al final, todo puede ser producto de mi imaginación.

Bueno, resumiendo, lo que quiero decir es que ninguno de los dos ha dado nunca ningún paso que sea realmente definitivo a la hora de saber algo, todo siempre es muy confuso.

Me encuentro tan mal, quiero terminar con ello ya, pero os aseguro que no se como, últimamente no hago mas que pensar en una cosa, y si se lo dijera?, no a la cara, no me atrevo, pero si con un anónimo.
¿le molestaría a un hombre maduro, casado recibir el anónimo escrito mas abajo?
¿Me contestaría, pasaría de ello, tendría curiosidad, me denunciaría?
¿Creéis que es ofensivo, o que no se entiendo lo que quiero decir?
¿Creéis que pensaría que es obra de una loca y que le voy a acosar?
¿Creéis que está mal que se lo envíe?
Necesito vuestras respuestas, sé que no existen los milagros, no los espero.
Muchas gracias.
El anónimo:

Lo sé, es una cobardía presentarme así, pero de otro modo creo que sería violento para ambos y la verdad, jamás ocurriría. Puedes llamarme: la cobarde sin nombre.
Si decido enviarte este mensaje es porque hoy no soporto como me encuentro y me siento con la necesidad de contar lo que jamás he dicho a nadie, tengo un secreto que me está matando y me gustaría gritarlo, a ver si así me quito la gran losa que me oprime el cerebro, mis órganos vitales y mi sentido común.
Quizás hoy, me atreva y pulse enviar, quizás hoy te enterarás de lo ... que soy.
Resulta que te has cruzado en mi vida sin pretenderlo, y me ha causado un efecto devastador que no alcanzo a entender. Ya está, dicho.
Si al final te envío esto, se que desearé que la tierra me trague, te escribo con frecuencia pero nunca lo envío, ni siquiera se me pasa por la cabeza, solo me sirve para desahogarme.
La vida de por si es complicada y yo lo multiplico por infinito para alcanzar un grado de estupidez insuperable, eso me pasa.
Por supuesto que nada tienes que ver con lo que me ocurre, creo que solo eres un detonante, te cruzaste, y en mi cabeza hubo un clic que puso mis sentimientos que creía bien afianzados en jaque. Ahora todo está patas arriba, ni siquiera eso, mi vida está hecha añicos como un maldito puzzle de piezas inagotables, me siento sin fuerzas, sin ánimos y sin ganas de recomponerlo, ese clic me ha bloqueado y anulado, pero también ha sacado a la luz sentimientos y sensaciones increíbles que creí dormidos para siempre.
Hoy tengo un pensamiento peligroso, y es que deseo realmente enviarte lo que escribo, deseo una reacción en mi vida, deseo que alguien me diga: basta, no sigas por ahí.
Voy a decidir si te lo envío o no, espero que no te enfades si lo hago, no quiero molestarte, ni mucho menos comprometerte o acosarte, aunque soy consciente creo, que en este momento no doy una imagen muy creíble,
Ya está, lo haré, y mañana no solo estaré muy muy arrepentida, además me volveré loca, puede que me de un ataque al corazón, mi cabeza no parará de hacer conjeturas, de medir consecuencias, de imaginar lo que me puedas decir, aun sabiendo como sé que no dirás nada, también pensaré en lo que tu puedas pensar. Madre mía, mis pensamientos me empiezan a asustar de verdad.