Razones de la infidelidad
La carne es débil y eso se plasma a cien leguas en la sociedad actual, pero ¿quién engaña más?, ¿por qué se engaña?, ¿para qué?, ¿quién es realmente la víctima?, ¿qué hacer tras una infidelidad?. La infidelidad no es de hace cuatro días, en Roma y la Europa de la Edad Media era incluso tolerada. Pero algo que nos ha de quedar bien claro es que no es cosa de la pareja sino de uno mismo, y que se puede salir del bache.
RAQUEL BASCUÑANA / SCD PRESS
En la actualidad la infidelidad es la causante de rupturas, separaciones y divorcios. Es tan frecuente como dolorosa porque además de romper el corazón, ataca la autoestima, destruye la confianza y hace aflorar los sentimientos más negativos. Desde ambos lados de la pareja la infidelidad se ve diferente. Sobre todo las mujeres tienden a creer que si estás enamorado no te interesan los devaneos. Sin embargo, las encuestas demuestran que muchos hombres que quieren a sus mujeres nunca rechazarían una oportunidad de sexo fuera del matrimonio. De hacho el 56% de los hombres que han tenido experiencias sexuales extramatrimoniales aseguran que en sus matrimonios son completamente felices, cifra que contrasta con el escaso 34% de las mujeres. Ellas creen que si un hombre tiene una aventura es porque su matrimonio va fatal.
Otro de los tópicos entorno a la infidelidad es pensar que una vida sexual satisfactoria es un seguro antiengaño. Pero hay quienes son mucho más pasionales en casa que fuera de ella. Según Shirley Glass, la norteamericana experta en problemas de pareja "un hombre me explicó que cuando dejaba a su amante y volvía a casa, deseaba a su mujer como nunca". La mayoría de hombres que son infieles aseguran que no se sienten involucrados emocionalmente. Por el contrario son la minoría de las mujeres las que aseguran tal cosa. Existen por tanto grandes diferencias. Los infieles casados hace mucho tiempo suelen tener un alto concepto de su matrimonio, les parece satisfactorio. Las infieles, sin embargo, echan pestes de su unión oficial.
La infidelidad es en si un sentimiento relacionado con la posesión. Los hombres se sienten más traicionados si sus mujeres se van a la cama con otros. Ellas, sin embargo llevan peor que sus maridos se enamoren de otras. La infidelidad hiere tanto porque acaba con el sentimiento de seguridad y confianza que se encuentra en una pareja. Todo lo que creías conocer de tu pareja empieza a esfumarse y empiezas a ser recelosa y a desconfiar de cualquier argumento que él esgrime.
Según la doctora Glass para que exista infidelidad se deben dar tres condiciones: secreto, intimidad emocional y química sexual. De acuerdo con este argumento quién simplemente tiene un devaneo no se puede considerar un traidor. Pero lo malo es que se ha producido una traición y que no se va a solucionar tan rápidamente el restablecimiento de la confianza. Será o no más engaño, pero el daño está ahí.
Las diferencias existen incluso en las razones por las que se engaña dependiendo si se es hombre o mujer. En el hombre un affaire halaga la vanidad e introduce un plus de emoción en la vida conyugal del infiel. "Muchos hombres unidos a mujeres muy competentes tienen devaneos con otras mucho más sencillas: así se sienten más fuertes y necesitados" argumenta la Dra. Glass. Cuando una mujer no es feliz se lo hace saber a su pareja. Él puede que lo interprete como una crítica. Si entonces conoce a una mujer que le dice lo maravilloso que es, entonces se volcará en ella.
Cuando las mujeres se cansan de engaños, empieza a pasar de su compañero y empieza a estar emocionalmente preparada para interesarse por otro. La pareja lo empieza a comprender cuando ella se muestra cada vez más reacia al sexo. Pero quizás ya es demasiado tarde. En definitiva, para las mujeres un affaire suele ser el resultado de una larga relación insatisfactoria. Aunque no todas las parejas con problemas de comunicación tienen una aventura, para las mujeres la principal justificación de una infidelidad es el amor, y la última el sexo. Justamente lo contrario que para ellos.
¿Quiénes son los candidatos?
Normalmente la gente busca lo contrario de lo que tiene en casa. O bien a alguien muy parecido pero en versión joven, muy habitual entre ellos. Cuando las mujeres engañan, suelen elegir a hombres con los que tienen afinidades o son muy poco parecidos a sus maridos. La que se casa con un hombre serio y trabajador puede verle aburrido en algunos aspectos y sentir interés por otro más frívolo e incluso un tanto crápula. Quien careció de afecto en la infancia suele unirse a alguien que le trasmita seguridad y estabilidad. Y acaba disociando seguridad y tranquilidad de atracción sexual y vivencias excitantes. Muchos infieles son víctimas de un triángulo sin salida. Por un lado está el cónyuge que da sentido y seguridad a la familia, y por otro la aventura apasionante.