Entro en casa, aún no ha llegado, menos mal. No quiero que me vea en este estado, podría sospechar.
Enciendo la radio y me preparo para darme un baño que elimine todo resto de traición de mi cuerpo. No puedo evitarlo, solo con pensar en los labios de mi encargado recorriendo mi cuerpo, un escalofrío de placer estremece todo mi cuerpo.
Suena el movil, es mi novio. Vida, voy con el jefe y unos clientes a cenar, no me esperes despierta, no se lo que tardaré.- Genial, mucho mas tiempo para mi. Pienso cenar y darme un baño relax, con velitas, aromaterapia......
Tras la larga ducha con sesión de belleza, y el baño relajante de después, estoy acabando de untarme la crema por el cuerpo, cuando oigo la puerta. No puede ser, que hora es? Ya las 11? Y este? Tan temprano en casa?
Abre la puerta del baño, buscándome, en su carita se refleja el cansancio de todo el día. Yo, con el albornoz ligeramente entreabierto me estoy aplicando crema en las piernas, con una apoyada sobre el borde de la bañera, dejando entrever mi sexo desde su posición. Su cara muta hacia la sorpresa y después al deseo. Jo, vida, con recibimientos así uno no quiere tardar en regresar a ti- Se acerca a mi sin apenas poder apartar su mirada de mis pechos, que asoman por el albornoz. Me agarra uno, con fuerza, como solo el sabe que me gusta. Me besa y mientras lo hace acaricia mi sexo, excitándome. Sécate el pelo-, me susurra- mientras yo me doy una ducha.
Antes de acabar de secarme el pelo el sale de la ducha, y aprovechando que me encuentro con la cabeza agachada, me levanta el albornoz y me acaricia con su miembro. Siento como su glande pasa por todo mi culito, desde la vagina hasta el ano. Adoro esa sensación. Él lo sabe.
Que distinto es el sexo entre el y mi encargado. Con el no necesito decir nada. Lo sabe todo, conoce mejor mi cuerpo que yo misma. Sabe lo que hay que hacer en cada momento y que boton tocar para conseguir lo que quiere.
Lo se, y el sabe q lo se.... mi postura al secarme el pelo le ha puesto muy cachondo, quiere jugar en el otro campo.... pues si... pero antes un poquito de juego previo, que la adoro cuando esta enorme, llena y deseosa de mi. Es así como la quiero adentro.
Me giro y le cojo el miembro, con ese simple gesto se estremece. Yo también lo conozco mejor que a sí mismo. Con mi mirada lasciva desde abajo le lamo el miembro, los genitales, se los agarro con fuerza pero si apretar, solo un poquito, hasta que emite ese gemidito. Y me la meto toda enterita dentro de mi boca, de un solo envite. Gime suavecito. Me excito aún más comparando la situación con la vivida en la tarde, en la caseta. Eso sí, ahora yo quiero que me penetren, no le voy a permitir correrse con la felación...
Me coge la cara y me levanta, me besa y me dice que me ama, me gira sobre mi misma y me penetra. Es tan enorme la sensación dentro de mi, es tan dura su penetración que me lleva a orgasmo en menos de 3 minutos. Adoro a este chico. Se la saca, me acaricia el ano y despacito me la mete por detrás. Si, suavecito al principio mientras coge holgura, luego fuerte, fuerte, fuerte, mientras me acaricia los pechos q bambolean con los movimientos, yo me masturbo y llego a un orgasmo que precipita el suyo. Dos embestidas y ya está todo hecho.
Deshechos nos tiramos sobre el frió suelo del baño, nos miramos, un beso y otra ducha.
-Luego habrá más?- Pregunto con voz infantil. Su contestación es agacharse y comenzar a lamer mi clítoris, mordisquearlo y jugar con mi vagina.
Me coge en brazos, me envuelve en la toalla y me lleva al cuarto. Me posa delicadamente, como si fuera un tesoro que se pudiera romper.
En sus ojos se refleja una curiosa mezcla, el amor de un padre y el deseo de un amante. No me lo merezco. Una punzada de arrepentimiento cruza mi corazón. No es momento para sentimentalismos. Ahora no.
Para alejar la sombra de la culpa decido tomar la iniciativa, le tiro sobre la cama, saco mi lazo negro y le ato al cabecero de la cama. Te prohíbo abrir los ojos hasta que yo lo diga.- le susurro al oído. De la que me levanto paso mi dedo desde su boca hasta su pene, y se deshace en espasmos.
El obediente, cumple. Mientras tanto aprovecho para ponerme alguno de mis disfraces... a que jugamos hoy..... a profesora, a enfermera... a colegiala, decidido. Ya había empezado a jugar de niña, y de niña terminaré.
Busco las medias blancas, el corsé con ligero a juego.. y por encima el tanguita, la camisa masculina medio abrochada y la faldita a cuadros que muestra mas que oculta, y el pelo recogido en una cola alta. Lista para el juego.
Me acerco a el, y le paso mi lengua desde su tobillo a la entrepierna, esquivo el miembro y le beso la tripita. Mordisqueo sus pezones y llego a su cuello. Un buen mordisco, se queja, pero su quejido a sonado mas a gemido que a queja. Pongo mi sexo sobre su cara y el me lo lame. Me giro sobre mi misma y nos estimulamos mutamente. Llego al orgasmo en pocos minutos. No el.
Cambio la postura, me monto sobre el, y cabalgo como una amazona sobre su miembro, me acerco y le susurro que ya puede abrir los ojos. Sonríe. Adora el conjunto. Me acompaña en mis movimientos de trote y justo al llegar al climax me saca, me gira y empieza a penetrarme nuevamente de rodillas. Le miro a los ojos a través del reflejo del espejo, su cara muestra todo su deseo, toda su pasión animal. Su mirada se desvía hacia mis pechos, bailando al son de los embistes, su miembro aumenta aún más si cabe y yo alcanzo nuevamente el climax en un gemido desgarrador. Mis movimientos en el orgasmo y mi gemido le han excitado aún más y cuando abro los ojos alcanzo a ver su cara llegando al climax, y siento su semen dentro de mi, la explosión en mi cuerpo.
Caemos rendidos sobre la cama, aun con su miembro dentro de mi, contrayéndose. Se me cierran los ojos. Buenas noches mi amor.