Todos hemos oído hablar de la famosa crisis de los 40 sobre todo en los hombres. Realmente no está demostrado que exista, pero si es cierto que en muchos casos se repite una pauta muy concreta de comportamiento y de actitud que hace que se haya catalogado con esta etiqueta .
Los síntomas más claros en hombres de 40 años suele ser la necesidad de sentirse jóvenes de nuevo y la búsqueda de nuevas experiencias que se han perdido con la edad o que en su día no pudieron experimentar.
Se producen muchas rupturas matrimoniales ante estas actitudes, ya que la mujer no puede aguantar el cambio al que se somete el marido.
Se pasa de vivir una vida sosegada y estructurada a comenzar a vivir unas experiencias parecidas a las de cuando tenían 20 años. La pareja no se haya en la misma situación y se hace difícil aceptar los cambios.
Además, es fácil sentirse poco valorado o querido cuando tu pareja te dice que quiere salir solo con los amigos, que no quiere responsabilizarse de los niños o que necesita salir de noche y emborracharse.
Realmente se vienen abajo unos objetivos de vida en común ya que uno de los miembros vuelve hacia atrás mientras que el otro lucha por seguir adelante con los planes.
El hombre siente ganas de volver a su juventud
El hombre va a experimentar una serie de sensaciones y emociones que van a ser las que le lleven por este camino, una sensación de madurez o responsabilidad excesiva, unas ganas de volver a la juventud cuando eran libres , sin cargas ni responsabilidades, una búsqueda de estimulación en nuevas experiencias de riesgo o atrevidas como cuando eran jóvenes, sensación de tiempo perdido o de aburrimiento.
Todo ellos hace que se produzca un cambio de pensamiento, a menudo distorsionado, puesto que les va a provocar más problemas que gratificaciones.
Aunque la búsqueda de estimulación es inmediata y puede resultar gratificante en un primer momento (hacer puenting, rafting, salir a discotecas con amigos) a largo plazo les va a provocar más problemas y una pérdida de cosas por las que han luchado durante años.
El riesgo está en perder lo que tienen ahora para poder conseguir un estímulo que será pasajero, igual que la famosa crisis.
Si no se contienen pueden cometer muchos errores: Abandono del hogar, salidas con personas más jóvenes con las que no tienen cosas en común o con las que nunca estarán conectadas como ellos quieren, infidelidades con compañeros de trabajo más jóvenes, borracheras con amigos, separaciones, grandes inversiones en coches de lujo para aparentar y llamar la atención, etc...
Motivos de la crisis
Todo esto les ayuda a sentirse jóvenes y atractivos , pero lo que hay debajo de esta crisis es algo más.
Personalidades inseguras son las más adecuadas para padecer este problema.
También en parejas que han establecido una rutina excesiva y que carecen de estímulos gratificantes de ocio y tiempo libre.
A veces las excesivas responsabilidades juegan malas pasadas.
Aunque la persona que la sufre es la principal responsable y es quien tiene que darse cuenta de los errores cometidos, realmente, también su entorno puede ayudar a que dicha crisis se agudice.
Cuando nuestra vida en general nos aburre, cuando todos los domingos hacemos lo mismo, deja de ser gratificante y comienza a ser aburrido en todos los sentidos, los niños, los problemas en casa, la pareja poco anexionada con nosotros.
¿Exceso de responsabilidades?
Todo esto se vuelve una carga difícil de llevar, si además en otro entorno, por ejemplo, el laboral, aparece algo o alguien que nos alegra la vida, está claro que le dedicaremos más tiempo.
En muchos casos se pasa más tiempo en el trabajo con los compañeros de cañas, etc, que en casa.
Se llega a casa a última hora, cuando los niños duermen y todo está resuelto, así es más llevadero.
¿Qué ocurre realmente?
Ante esta situación, tendríamos que plantearnos si estamos haciendo lo correcto, si estamos cubriendo nuestras necesidades sin hacer daño a nadie, si los que nos rodean están satisfechos con nuestro comportamiento, etc.
Está claro que nosotros estamos muy bien con esta nueva vida, pero, ¿en qué lugar queda nuestra mujer? ¿o nuestros hijos? ¿o las parejas amigas de toda la vida?
Tendremos que analizar la situación y qué es lo que está pasando realmente.
Todos sabemos que la vida son etapas y que a veces nos cuesta adaptarnos a ellas, sobre todo al principio.
La vuelta a la adolescencia no es tan fantástica
El volver a épocas pasadas está muy bien, pero es contranatura.
Además, cuando volvemos a experiencias de nuestra juventud, sólo recordamos las buenas, salidas, fiestas, pero no los problemas a los que no sabíamos enfrentarnos y nos estresaban.
Así es que la vuelta a la adolescencia no es tan fantástica como estamos imaginando. En nuestra memoria solo recordamos lo bueno porque es lo que echamos de menos, pero haz un esfuerzo por acordarte de los malos momentos, a ver si también te sigue apeteciendo volver a ser joven de nuevo.
Síntomas de depresión o ansiedad
Cuando se está viviendo una crisis de este tipo, pueden aparecer determinados síntomas que van ayudar a que el problema se agudice y tendrás que ponerte en marcha utilizando todo lo que esté en tu mano para salir adelante.
Es fácil pasar por momentos de depresión y de ansiedad, puesto que la lucha entre lo que me apetece hacer y entre lo que debo hacer es muy dura.
Me apetece salir con los amigos pero debo quedarme en casa con los suegros. Es una lucha continua entre nuestras obligaciones adquiridas en los últimos años y nuestros gustos actuales.
Ante esto debes tener en cuenta que los gustos pueden estar distorsionados debido a los pensamientos negativos y depresivos por los que estás pasando, así es que ten paciencia e intenta ver la parte positiva de esta situación.
Cuando estamos deprimidos vemos todo en una visión de túnel, sólo vemos una parte de las situaciones filtrando la demás, solemos dejar de lado lo bueno y solo nos centramos en lo malo.
Debes ser más positivo
Esto tienes que cambiarlo intentando hacer un razonamiento más lógico de la situación y más positivo.
Las cosas rara vez son horrorosas o insufribles, de hecho, cuando has vivido una situación muy mala, realmente la has superado y con el tiempo no ha sido para tanto.
La visión catastrofista te hará encontrarte muy mal.
Considerarás aburridas las reuniones con amigos que antes te gustaban, verás solo los puntos débiles de tu pareja y , por lo contrario, pensarás que la vida de otros es más agradable que la tuya.
De ahí la necesidad de compartirla con ellos.
Acuérdate que cada uno vive la vida que elige vivir.
Lo que puede parecer muy agradable desde fuera tal vez desde dentro no lo sea.
Lo que no tienes es lo que echas de menos, realiza algún cambio e intenta conseguirlo, pero sin perder nada de lo que tanto te ha costado conseguir hasta ahora.
Tal vez las dos cosas sean compatibles.
Habla con tu pareja y llegar a acuerdos para poder salir más a menudo y cambiar de vida , entre los dos podéis conseguirlo sin haceros daño el uno al otro.