Les cuento, que mi novio lo conocí online, está en otro país, estuvimos un mes juntos pero se portaba muy frío, poco cariñoso y caballero, pensé que era porque era canadiense que ellos son más fríos que los latinos, pero sinceramente no me sentí querida y hubo muy poca comunicación. Sigo comunicandome con él por skype y esperando mi visa de turismo para Canadá porque él quiere que yo vaya a su país (yo pagando todo, obviamente) pero aún no me la han aprobado ni la embajada se ha comunicado conmigo, que lo más probable es que me la nieguen. Lo cierto es que hace dos semanas conocí a un hombre por medio de una amiga, me gusta mucho, tiene mi misma edad, es muy guapo y hoy salimos, se portó como todo un caballero, me llevó a un buen restaurante, incluso me regaló unas pendientes de plata que yo en principio se los rechacé porque no sentía merecer eso, me sentí comprada. La cuestión es que este hombre tiene novia, él dice que no vive con ella, pero creo que si y en su facebook vi que estaba comprometido, pero al agregarme lo ocultó para mi, pero él sabe que yo tengo novio y que yo se que él tiene novia, aunque él me dice que quiere dejarla, no le creo nada. Sinceramente me siento mal conmigo misma, yo nunca he sido infiel, pero a la vez veo que lo del canadiense no va para ningún lado, si me niegan la visa ya no hay manera de verlo, él tampoco va a dejar todo allá para venir acá, además que no trabaja, ni quiere trabajar, es poco caballero, siempre dice que la mujer que deja que un hombre le pague es una prostituita, de verdad, mientras estuvo aquí me sentí ignorada, ni siquiera quería cogerme de manos, siempre me la quitaba. Pero este hombre con quien estoy empezando a salir es todo lo contrario, me toma de manos, pero tiene ese compromiso y se ve muy mujeriego y ese detalle no me gusta. No me gustaría que su mujer sufriera por él, porque si se lo hace a ella a mi me lo hará, eso es lo malo de los hombres latinos, que por lo general son infieles. El dice que quiere conocerme y después decidirá con quién quedarse, pero hoy me siento entre la espada y la pared, no se qué hacer ni con el canadiense ni con este otro hombre.