Estuve saliendo con alguien que finalmente dejé, por su mal comportamiento, tras solo 2 semanas de tormentosa relación.
Lo conocía desde hacía años por unos blogs de cariz serio e intelectual, desde donde se mostraba encantador, buena persona y afín. Pero cuando entablamos una relación personal pude comprobar que era muy manipulador, egoísta, descortés, falso y sobre actuado. Además tuve que sufrir constantes críticas e ironías hirientes disfrazadas de sentido del humor o confianza, de las que no podía quejarme porque encima me acusaba de ser una insegura También tenía numerosas muestras sutiles pero intolerables de desprecio, y además absurdos e infundados ataques de cólera en los que golpeaba lo que encontrase a su alrededor.
Realmente yo no parecía gustarle gran cosa. Sin embargo, cuando quise zanjar aquella incipiente relación, comenzó toda una batalla para no perderme. Me hizo chantajes emocionales de lo más exagerados, y empezó a escribirme infitinas cartas donde me acusaba de estar paranoica y haber malinterpretado sus actitudes. Cuando quise acabar el contacto de forma radical, por el bien de ambos, llegó incluso a amenazarme con contar cosas íntimas de mi vida, y fastidiar mi nueva relación con otro chico.
Por miedo a que cumpliera sus amenazas, y después de pedirme lo que parecían sinceras disculpas, acepté su proposición de al menos ser amigos por correspondecia y telefono. Pero después de seis meses algo desquiciantes me ha vuelto a insistir, obsesionado y obcecado, en que quiere estar conmigo.
Así que ahora, al contestarle de nuevo negativamente, ¡me ha amezanado con venir a vivir a mi ciudad para tenerme cerca!
Y es angustioso, no puedo más. Realmente ya no sé de qué manera actuar con él para que me deje en paz de una vez y que, sobre todo, no cumpla con sus amenazas. He leido mucho y creo reconocer en él un trastorno narcisista, o algo peor, y temo que sea algo así lo que provoque su obsesión conmigo, y acabe siendo la cosa más grave aún de lo que ya parece.
Hoy mismo le he vuelto a pedir, esta vez de forma tajante, que cortemos la relación de forma radical, y parece haberlo aceptado. Pero sigo temiendo que algún día cumpla sus amenazas, y es horrible vivir con esta angustia, llegar siempre a casa con el corazón estrujado por si está esperándome escondido en algún sitio.
¿Qué le pasará a este hombre, por Dios? ¿Por qué no me deja en paz?