El primer amor

PARA QUIENES TENGÁIS LA PACIENCIA DE LEERLO.

))))))))))me parece un bello texto y una dulce reflexión(((((((((((



BIXOS MUXOS



-El primer amor de mi nieto
Félix Arbolí


M I nieto se ha enamorado! Es su primer amor y anda como loco recibiendo y enviando mensajes a través del móvil a Marta, su Dulcinea toledana. Se ha dado cuenta, con ese prodigioso sistema que utiliza la Naturaleza para ir adaptándonos a través de los años a las normales circunstancias de la vida, que es más divertido y fascinante contemplar los ojos y el contorno de ese bombón quinceañero, que le hace sentir sensaciones hasta entonces desconocidas, que seguir dándole a los botones de su PSP, insustituible acompañante y única obsesión en sus ratos de ocio hasta la llegada del amor. A sus quince años recién cumplidos, ha descubierto que aparte de la play, el ordenador y las tareas escolares, (donde abundan los sobresalientes, hay que reconocerlo), existen otros alicientes capaces de producir maravillosas experiencias que le alteran el ritmo cardiaco y le hacen evadirse de la realidad hacia paraísos desconocidos. Hasta la fecha, normal en los chavales que no quieren complicaciones prematuras, las chicas eran compañeras de clase, de juegos y visitas familiares, con las que se llevaba mejor o peor y a las que catalogaba de diversas maneras, dependiendo del carácter y de lo que su físico le indicara. Me figuro, porque lo conozco bien, (digno descendiente de su padre y abuelo), que no bajaría la vista avergonzado, aunque es algo tímido, cuando una pavita guerrera le incitaba,. con sus risas, comentarios y acosos pandilleros. Pero no le había llegado aún la hora de lanzarse sin vacilaciones desde el acantilado de su cómoda existencia a la seducción y el influjo del proceloso mar de Cupido, sin sopesar las consecuencias de esa decisión. Como nos ha pasado a todos en los más bonitos y añorados años de nuestra incipiente pubertad.

¡Que se preparen los padres para las facturas del móvil!. Aunque, pienso que sería el dinero que más a gusto y con mayor placer estaría dispuesto a pagarle. Pienso que los abuelos tendremos que aumentarle el salario semanal, ya que es lógico suponer que sus gastos y obligaciones van a incrementarse.

Recuerdo mis lejanos tiempos de esas primeras experiencias amatorias y le envidio (con el máximo cariño que siento por este trozo tan entrañable de mi propia vida), los momentos tan fantásticos e inolvidables, dulces y embarazosos a un tiempo, que le toca vivir de ahora en adelante. Sin olvidar, por supuesto, los resquemores, las dudas, malos tragos y pesadillas ( muy duros en su momento, aunque ahora nos parezcan chiquilladas), como resultado de las rencillas, celos y otros quebraderos de cabeza que queramos o no, vamos a tener que soportar.
Pienso en ti y estoy deseando verte. El mensaje suspende momentáneamente el estudio, la carrera del malo y sus cambios de coches huyendo del de la policía en el juego de la play o cualquier otra actividad, ahora siempre menos interesante para el receptor.
--Yo también. ¿Qué estás haciendo ahora?.
-- Estudiaba los verbos en inglés. ¡ I love you!. Tengo tu foto delante y te veo muy guapo. Como eres en realidad.
--- Yo la tuya la llevo en el móvil, así te puedo ver en cualquier momento y me acompañas a todas partes. ! I love you so much also!. ¡Eres preciosa!


¡Qué bonito es el amor a estas edades!. Bueno a éstas y a cualquiera si es sincero y mutuo. Pero no hay nada comparable a la emoción que se siente ante el primer contacto físico con la persona amada, aunque se trate de cogerle simplemente la mano y mucho más, el rubor y acaloramiento del primer y furtivo beso, que se da todo apresurado para evitar ser cogido en ese instante tan íntimo. Son fácilmente apreciables los nervios de ella al recibirlo y los de él por el atrevimiento de lanzarse a esa efusiva demostración de cariño y entusiasmo. Aun es pronto para la pasión, que llegará sin apenas darse cuenta los protagonistas. En la actualidad, no es privativo de él iniciar los ritos amorosos con su pareja, como era habitual en mi época. Hoy comparten ese bonito privilegio ambos. Indistintamente. La exclusividad que gozaba el hombre en el inicio de este delicioso preámbulo sentimental, ya es un recuerdo de otras épocas y la mujer, afortunadamente para ella, se siente con idéntico derecho a ser la que rompa el hielo y de paso a la más absoluta intimidad con el hombre elegido y amado. Esta generación es mucho más sensata, generosa y sincera que la nuestra, tan llena de tabúes y prejuicios.

El móvil ese pequeño y fundamental complemento de nuestra vida, convertido en algo tan ligado a nuestra cotidianidad, más que un aparato para utilizar en emergencias, recordaciones y recomendaciones importantes, se ha erigido en alter ego, para estar en contacto siempre desde donde sea y a la que hora que sea con la persona que quisiéramos tener ocupando su lugar en nuestro bolsillo. Es el más eficaz y utilizable mensajero del amor, sin limitaciones de tiempo y de lugar. Ajeno por completo a las posteriores consecuencias económicas. En él se escriben las cosas más bonitas y sentidas, con un simple tecleo de números, palabras y signos, con la misma intensidad y casi exacto efecto de que lo estuviéramos haciendo ante la persona receptora.

Ignoro cómo será Marta, si rubia, morena, estilizada, rellenita, pecosa o nacarada. Tampoco se sus cualidades físicas. Aún no he tenido oportunidad de hablar con el Romeo, ya que su cita de los fines de semana, para pernoctar en casa no se ha realizado. En las imaginarias alas del ave, se ha marchado a la antigua capital del reino visigodo, para reunirse con su nueva obsesión, aprovechando la fiesta reunión que su tía y primos han organizado con sus amigos, entre los que se encuentra ella. Esta vez me ha tocado pasar la noche sabatina en completa soledad, ya que me gusta trasnochar, eligiendo entre los canales del digital las películas y programas más interesantes, operación que siempre realizaba él, así como las continuas visitas al frigorífico para reponer energías, de las que yo pasaba olímpicamente. Ignoro cuantas otras semanas me quedaré solitario, pero me alegra saberlo feliz e ilusionado. No se lo censuro. Todo lo contrario, me llena de orgullo verlo convertirse en un chavalón adulto, siguiendo sus naturales instintos y deseando a ver si con un poco de suerte, Dios me concede la suerte de conocer a un bisnieto. (¡Que debe ser la repanocha!). Es lo lógico cuando los nietos alcanzan la edad de ir buscando nuevos alicientes y personas que más puedan satisfacer sus ansias de amor y libertad.

Comprendo que hay noticias más malas que buenas y nefastos presagios tanto en la política nacional, como en la de más allá de nuestras fronteras, que deben ocupar el interés general de escritores y lectores. Reconozco que Madrid está intransitable, auténtico laberinto para automovilistas y peatones, gracias a ese desmedido afán del señor Ruiz Gallardón (en términos callejeros le llaman Ruiz Socavón), por dejarnos a los residentes madrileños esquilmados y sofocados ante tan problemático panorama. Se que los monos están aún esperando el reconocimiento de sus derechos inalienables, a cuya reunión no se presentaron los señores diputados que tenían que atender tan trascendental tema para nuestra mejoría de vida. Que las regiones ha cogido el virus de las nacionalidades, como los africanos sufren el mal colectivo de la malaria. Que todo anda revuelto y roto como los célebres huevos de Lucio, (me refiero a mi veterano amigo el restaurador y al aspecto culinario exclusivamente). En fin , que como decía mi madre en sus tardes inaguantables y gruñonas, todo está manga por hombro (que aún sigo sin comprender qué tenía que ver con el desorden y el caos que ella denunciaba). Pero aún sabiendo todo eso y mucho más, hoy he querido dedicar este sencillo y cariñoso artículo al primer amor de mi nieto Juan. Para mi, en estos momentos, la noticia más grata y sorprendente que me han podido ofrecer. Me figuro que los abuelos que me lean, perdonarán mi atrevimiento o posible egoísmo, ya que ellos sabrán comprender lo que se siente ante un acontecimiento tan entrañable, viendo como nuestro nieto, la aventura más maravillosa que nos guarda la vejez, inicia la subida de esa rampa que sin prisas, pero sin pausas, lo convertirán en adulto.