Hola a tod@s,
No sé realmente si con este mensaje pretendo plantear una pregunta, encontrar una respuesta o simplemente desahogarme. En cualquier caso...ahí va.
Llevo algo más de año y medio saliendo con un chico y nuestra relación siempre ha sido "conflictiva". Podría decir que en ella ha habido hasta el momento tres periodos de aproximadam 6 meses cada uno.
Cuando yo le conocí él acababa de terminar una relación a distancia que había significado mucho para él y, sin embargo, yo estaba totalmente receptiva. Nos conocimos, nos gustamos y comenzamos a salir. Teniendo en cuenta que es muy cariñoso, muy activo y apasionado y además tenemos muchos sueños en común, la verdad es que no me costó demasiado enamorarme de él, a pesar de que notaba que él no se entregaba totalmente a nuestra relación, sentía que faltaba "algo". Sin embargo, cuando se lo planteaba a él, nunca conseguía sacar nada en claro, siempre terminaba diciéndome "los dos queremos lo mismo". Por fin, un día me planté y conseguí que él me dijera que yo le importaba mucho, pero que no quería llevar una relación demasiado "formal" (somos novios, cenamos con nuestros padres, vamos a todas los sitios juntos...). A mí me pareció estupendo, porque yo tampoco quería eso. Lo único que yo quería era saber que no estaba haciendo el tonto, que en realidad nuestra relación se basaba en un interés mutuo y no en mi obstinación, y así era.
Nuestra relación cambió para mejor, aunque yo me fui enterando de cosas de su pasado que no me gustaron demasiado, como que encadenó tres relaciones estables y (convencionalmente) formales, es decir, que dejaba a unas por otras. En fin, esas cosas que te hacen pensar que estás saliendo con un inmaduro total y sin saber hasta que punto ha madurado por el camino. Pero bueno, pese a las paranoias que a veces me daban con ese tema, las cosas nos iban cada vez mejor. Hasta que, cuando mejor estábamos, me enteré (de una manera absurda, dolorosa y muy fiable) que en un viaje de trabajo, (así los querrían todos), cuando llevábamos unos 4 meses de relación, se había enrollado con una chica. En ese momento sentí que se me rompía el corazón, quise desaparecer del mundo, morirme, pero luego la rabia se apoderó de mí y quise matarlo, sobre todo cuando le pregunté si había estado con otra desde que nos conocíamos y me dijo que no. En ese momento pensé "¿con qué clase de cretino estoy perdiendo mi tiempo?". Y así celebramos nuestro primer año juntos. Precioso, ¿no? Al final, hablamos más profunda y sinceramente del tema, pero ninguna de sus palabras fue un antídoto contra mi dolor y mi rabia. Estuvimos 10 días sin vernos, aunque sin aclarar nada sobre nuestro futuro juntos. Para colmo, habíamos reservado unas vacaciones y decidí ir, pero allí me di cuenta de que, aunque le quería, ya no aguantaba más. Y le dije que no podía seguir. El momento fue bastante patético, porque los dos terminamos llorando a moco tendido y él me decía que se había dado cuenta de que nadie le conocía mejor que yo, que algo había cambiado en su interior, que me quería y quería estar conmigo, que incluso su concepto de la fidelidad había cambiado. En fin, que nada, que le dije que no quería saber de él en una temporada, porque si no iba a ser más doloroso todavía. Pero él se mantuvo al pie del cañón y al mes, más o menos, volvimos a estar juntos.
Desde entonces (hace unos 7 meses) somos más una PAREJA, pero yo noto que estoy desgastada, que ya no tengo tanta ilusión, ni tanta pasión, que siempre coloco la red antes de saltar, que voy con pies de barro. Aparte que noto que a veces me ensaño sin motivo con él, se me va la cabeza, le ataco sin venir a cuento, le monto numeritos... y no me gusta ese comportamiento. Pero es que, después de unos meses tras nuestra reconciliación durante los cuales veía el final del tunel oscuro de la desconfianza, en los que vivimos en una luna de miel, en los que superamos sin recelos y con total confianza por ambas partes una separación de casi dos meses, ahora, sin tener ningún motivo concreto, vuelvo a pensar obsesivamente en su rollo y en su pasado, es como si no pudiese superar del todo la desconfianza, por más que ahora estoy segura de que ha madurado un poco y de que me quiere mucho y de que yo aún le quiero (pero no sé cuánto).
Y en esas estamos, sin saber de dónde vengo, ni dónde estoy, ni a dónde voy, pero eso sí, pese a todo el desconcierto que llevo conmigo a todas partes, disfrutando el momento (porque sé que tome la decisión que tome, algún día me reiré de esto).
Gracias por aguantar todo el rollo (si es que alguien lo ha aguantado y ha llegado hasta aquí). Creo que me van a dar el premio (o el castigo) al mensaje más largo...puaggg!!
Besitos para tod@s.