Era una hermosa tarde de sábado, pero no me sentía feliz, algo en mi me entristecía y no sabía el motivo, o eso pensaba yo. Fue en ese momento que llamé a mi mejor amigo para conversar, entonces él me escuchó pacientemente y luego me invitó a salir.
Nuestra primera parada fue un pequeño bar que se ubica en una zona comercial, un lugar muy bonito y con un agradable ambiente, luego de los tragos nos fuimos a ver una película, pero durante toda la función no me sentí bien, a veces sollozaba por lo triste que me sentía, eso puso un poco nervioso a mi amigo, que pensó que algo grave me estaba pasando.
Para distraerme luego de la película salimos a caminar, sin rumbo definido, caminamos mucho, hasta que no aguanté más y sin más lo abracé y comencé a llorar en sus brazos, mientras el tiernamente me acariciaba el cabello y las mejillas, me dijo que me tranquilizara, que fuéramos a un lugar tranquilo, para conversar mejor, lejos de la gente y de los autos, fue así como llegamos a una pequeña plaza y nos sentamos en el césped, él me preguntaba cosas y yo a veces le respondía, otras me quedaba en silencio, fue así como una cosa nos llevó a la otra y sin pensarlo, me dio un inesperado beso, que fue maravilloso. Luego de eso, nos comenzamos a besar más apasionadamente, hasta que le dije que era tarde, que debíamos regresar a nuestras casas, le molestó un poco, pero me dijo que estaba bien. Siempre recorremos el mismo trayecto cuando vamos de regreso a casa, pero me extraño que no tomara por la misma calle de siempre, en su lugar se desvió por una pequeña zona verde que conducía a un estrecho pasadizo en medio de dos edificios de oficinas que por ser fin de semana estaban solos.
Cuando caminábamos por ese lugar, paró y me comenzó a acariciar la espalda, mientras me besaba nuevamente, pero de forma más profunda que antes, introducía su lengua en mi boca y recorría con ella mis dientes, mis labios, luego sujetaba mi labio inferior entre los suyos y me mordía suavemente, eso me excitaba muchísimo. Luego pasó a otra clase de maniobras para seducirme, comenzó a besarme lentamente el cuello, lo recorría de arriba hacia abajo, lo lamía con movimientos suaves, hasta llegar a la base de mi garganta, luego recorría la zona de mi escote e intentaba besar la parte que se encuentra entre mis senos. Sus manos comenzaron a bajar de mi espalda, hacia mis nalgas, donde las apretaba con sus manos como si fueran cojines. Para ese momento yo estaba súper excitada, me sentía flotando en una nube, no sabía nada más de lo que sentía, solo deseaba con todas mis ganas que hiciéramos el amor, entonces el empezó a introducir sus manos entre mis piernas, para excitarme aún más de lo que ya estaba, para ese momento me encontraba toda mojada y con un enorme deseo, metió nuevamente su mano entre mi falda pero esta vez apartó suavemente mi tanga para acariciar mi clítoris, eso me hizo gemir de placer, mientras le pedía que continuara.
Entonces él tomo una de mis piernas en su mano y la apoyó en una de las suyas, mientras metía nuevamente su mano en mi tanga, para acariciar nuevamente mi trasero y mi clítoris, luego de eso, se desabrochó la faja y bajó el zipper de su pantalón, en ese momento pude ver lo excitado que estaba, pues su amiguito estaba muy erecto y duro. Tomó una de mis manos y la metió en su boxer para que yo pudiera acariciar su pene, quedé encantada con su gran amigo y cómo se sentía, era fascinantemente excitante lo que hacíamos, pues estábamos en un lugar público y en cualquier momento alguien nos podía ver.
Luego comenzó a besarme y me acercó hasta quedar completamente unidos en un abrazo fuerte, para que yo pudiera sentir su miembro excitado contra mis piernas, como en ese momento ninguno de los dos resistíamos más la tentación, el me propuso ir a su apartamento para hacer todo lo que imaginábamos. Sin pensarlo dos veces le dije que si, llegamos en 20 minutos, a partir de ahí fue algo especial, comenzamos por darnos una ducha, cada uno por separado, para ir calentando motores, primero me duché yo, seguidamente lo hizo él, cuando salió yo lo estaba esperando en la cama sin sostén, cubierta por su camisa a medio abotonar y con mi tanga.
Él salió completamente desnudo de la ducha, sin mucho preámbulo fue directamente a donde yo estaba, me desabotonó la camisa y me comenzó a lamer los senos, mientras los mordía suavemente, luego me besaba el cuello con movimientos excitantes, mientras introducía su mano en mi ropa interior para acariciarme el clítoris para excitarme. Pasamos un momento así, hasta que de pronto introdujo uno de sus dedos en mi vagina y comenzó a moverlo de arriba hacia abajo, de derecha a izquierda, eso me ponía a cien, me excitaba muchísimo y gemía de placer. Ya no aguantaba más y le pedí que me quitara la tanga mientras yo quitaba su boxer.
El estaba muy excitado, porque cuando le quité su boxer, solamente pude ver a su amiguito completamente erecto, era enorme y de él goteaba un líquido transparente, en ese momento me tiró a la cama y me comenzó a lamer la vagina, mientras acariciaba con sus manos mis senos, yo no soportaba más la excitación y le pedí que me penetrara de una sola vez. El abrió mis piernas y las sostuvo entre sus brazos, mientras introducía su enorme pene en mi vagina, y comenzó a bombearme fuertemente, yo solamente daba gemidos de placer mientras le pedía que siguiera, le decía que así me gustaba, que me diera más.
Cambiamos de posición y me tocó el turno de estar arriba, mientras yo acariciaba su pecho, el recorría con sus manos mis senos, mi espalda y mis nalgas, mientras yo me movía hacia arriba y abajo, adelante y atrás, él solo decía, sí mi cielo, sigue así, me encanta como lo haces, sigue, sigue. Luego él decidió experimentar otra posición en la que yo quedaba sobre él, pero con mis piernas extendidas sobre su cabeza, en ese momento me penetró y lo sentí muy adentro de mí, mientras él movía su cuerpo hacia arriba y luego hacia abajo, cambiamos nuevamente de posición hasta que quedamos como al principio, él sobre mí, así pasamos largo rato hasta que el se vino dentro de mí, en ese momento dio un enorme grito de placer, mientras yo gemía porque había tenido el mejor orgasmo de mi vida.
Descansamos un momento, para seguir luego experimentando posiciones, me penetro de pie, sobre una mesa, en cuatro patas, de lado, yo solamente sentía el ir y venir de su pene dentro de mi vagina, mientras el me acariciaba los senos y el clítoris. Así continuamos toda la madrugada, el tuvo varios orgasmos al igual que yo, cada vez nos deseábamos más.
Por último lo hicimos en la posición del misionero, el me penetró nuevamente, mientras lamía mis senos y los succionaba, me bombeaba fuertísimo y yo solo sentía su pene dentro de mí, rozando mi clítoris y mi vagina, estaba a punto de tener un orgasmo cuando él me dijo que ya casi se venía, entonces comenzó a moverse más rápidamente, mientras yo gemía, en un momento cerró sus ojos y me dijo ya me vengo, ya me vengo y luego dio un gran gemido de placer. Luego de eso descansamos y decidimos dormir un poco, pues nuestra aventura ya tenía 5 horas. Al despertarnos nos duchamos juntos y nuevamente hicimos el amor mientras nos caía lentamente el agua de la ducha en nuestros cuerpos. Al terminar, nos vestimos y salimos a desayunar, prometiéndonos volver a experimentar todas esas maravillosas sensaciones de placer el fin de semana siguiente.
