En respuesta a alaa_6748093
Mi respuesta
a todas las que opinais que no tengo vergüenza, me acabais de demostrar lo facil que resulta opinar sobre la vida de los demás sin pararse a pensar en las razones de cada uno la mayoria os habeis dejado llevar por propia experiencia sin preguntarme antes porque y como ocurrió.
Como tú sirenita35, mi pregunta es ¿tu marido o compañero a tratado de dejarte porque ya no te quiere y tú te empeñas en mantener la relación mediante chantajes? Si es así tienes lo que mereces o por el contrario¿has descubierto que te engaña cuando creias que teniais una relación perfecta? Entonces tienes toda la razón del mundo pero planteate si él tiene la culpa y es quien te está engañando a tí y a ella, antes de dirigir tu odio hacia la otra.
Yo tengo vergüenza, respeto y educación simplemente he querido comprobar hasta que punto nos cerramos en nosotros por experiencias pasadas y somos incapaces de escuchar a los demás.
O como intentó Vandalo demostrar lo intolerantes que somos.
A mí me pasó...
... que me enamoré de un chico que me dijo estar divorciado con una hija. Cuando ya estaba enamorada hasta la cabeza me enteré, por una amiga, que no sólo no estaba divorciado, ni siquiera separado. Entonces entendí por qué siempre quedábamos en mi casa, a mí me decía que era por la hija, que la tenía él y era pequeña y que no sabía cómo explicárselo. Y claro, como una idiota me lo creí, igual que me creí la sarta de mentiras que me contó cuándo me enfrenté a él y le pregunté que qué pasaba con su mujer.
Si te digo que se le saltaban las lágrimas contándome lo mala que era su mujer, lo mal que trataba a la hija, la de veces que ella le había sido infiel y que además ella le hacía chantaje emocional, que si se separaba ella le quitaría a la niña y un largo etc.
Con mi super venda en los ojos le creí y la convertí en mala a ella, hasta que por fin recuperé la lucidez y lo envié a la m*****. Y lo mejor vino una vez terminada la relación: resulta que a ella le decía que yo le perseguía, que le llamaba a todas horas, que le acosaba y que, pobre de él, no podía evitar irse conmigo porque yo estaba loca y le daba miedo.
No digo que el tuyo sea igual, claro, pero que pienses dos veces lo que te dice antes de creértelo, que puede estarte contando un montón de historias para no dormir simplemente para mantenerte ahí, mientras le compadeces por tener que aguantar a su mujer.
Moraleja: a mí me pasó una vez y ni loca vuelvo a pasar por lo mismo.
