Para alisa, noely y aquell@s pasan situaciones similares

Cuando la persona que amamos nos lastima,nos deja o decidimos dejarla porque nos damos cuenta que nunca corresponderán plenamente a nuestros sentimientos, nomalmente nos invade la desesperanza.
El miedo a vivir sin la persona que fue hasta ese momento con la que compartimos maravillosos momentos nos abate y pensamos que no vamos a sobreponernos.
Cuando eso me pasó vino a mi mente muchas veces el recuerdo de una situación que presencié hace muchos años.
Un amigo se había inscripto en una maratón clásica en esos años en la cual intervenían miles de atletas,algunos profesionales pero el 90 % era amateur cuyo objetivo era el mismo de mi amigo: llegar a la meta tras recorrer los 42 Kms. de competencia.
Cuando la gran mayoría había llegado apareció un participante que al pasar por delante nuestro (estábamos a unos 400 metros de la llegada) denotaba estar al límite de sus fuerzas, no podía dar un paso más.
Cerca nuestro estaba un competidor que ya había terminado la carrera y estaba compartiendo con sus amigos y familiares, que al ver esto volvió a la calle y empezó a alentar al otro y hacerle aumentar su ritmo y el público comenzó a alentarlo con gritos y aplausos.
Cuando faltarían 100 metros para la meta el "ayudante" lo dejó seguir solo porque su cometido ya había sido alcanzado y el compatidor que había recobrado sus fuerzas cumplió su objetivo, llegó.
Nuestros verdaderos límites no los conocemos hasta que nos toca afrontar situaciones en las cuales tenemos que poner todo de nosotros.
Hay personas que van a estar incondicionalmente a nuestro lado para apoyarnos y otras aparecerán en el camino.
Y siempre vamos a sacar fuerzas para dar un paso más aunque creamos que no podemos hacerlo.
A no desfallecer.
Hay que intentarlo.
Saludos
Juan José