Conducta del maltratador:
Abuso de poder, en forma de chantaje emocional u amenaza de abandono, con ausencia de comunicación o comunicación hostil dirigida de manera sistemática por el hombre a la mujer, para arrastrarla a una posición de indefensión y desvalimiento, con el fines prácticos concretos.
El 80% de los maltratadores se creen superiores a las mujeres, el origen en consecuencia del problema es el sexismo. Del 20% restante, que si pueden tener alguna patología, el peor es el perverso, quizás con rasgos psicosomáticos. Aunque no llegue a matar, hace uso del desprecio, la descalificación y la humillación cotidianas para inducir a la victima a la depresión o al suicidio.
Es raro que un hombre colabore de verdad, al 50%, en casa y en la educación de los hijos, que no tenga envidia si le va bien a la mujer como profesional, que no sabotee sus éxitos, que no la culpabilice por no ser una buena ama de casa, buena madre, buena esposa. Muchas mujeres no asumen mayores responsabilidades profesionales por esa simple razón, aunque ni se dan cuenta.
En nuestra cultura los hombres son los triunfadores, los expertos de opinión. Y las mujeres ven al compañero como si fuera un héroe. Les puede maltratar, pero agradecen que es un buen padre o que por lo menos trae el sueldo a casa.
¿Que pasa por la mente de él?: Para el es normal, la mujer se lo gana por su comportamiento o por sus deficiencias.
¿ Que pasa por la mente de ella?: Miedo y culpabilidad por lo que sea: porque es mala madre, mala profesional, tea. Resultado del lavado de cerebro.
Reacciones del maltratado:
La mujer maltratada sigue dando oportunidades al maltratados como mecanismo de defensa producido por el miedo, es lo que se llama Síndrome de Estocolmo: se tapan las características negativas y se potencian las positivas, para sobrevivir al temor.
Se llega a una situación extrema en la que se padece a un desgaste inútil de energía, reacciones llevadas por la angustia y desesperación autodestructiva, reacciones negativas autodestructivas, dificultad para distinguir la reacción instintiva ante lo que ocurre y lo que se decide hacer a conciencia, no saber lo que está pasando, ni saber definir estrategias y acciones con conocimiento de causa, el sufrimiento y el estrés de la situación superan la capacidad de procesamiento, puede acabar incluso con suicidio.
Síntomas :
En muchas ocasiones se confunden con trastornos de la personalidad sin indagar si son origen del maltrato, también se suelen tildar a las mujeres que lo sufren de neuróticas o histéricas.
-Recuerdos obsesivos, que alteran a la persona hasta el punto de que pueden llegar a producir crisis de angustia, rabia y llanto.
-Necesidad de contar experiencias traumáticas hasta el punto de volverse monotemática.
-Temor a todo lo que le recuerde los acontecimientos estresantes y lugares en los que se dieron el conflicto.
-Dificultades de concentración con perdida de memoria, distraibilidad y sensación de estar ido.
- Hostilidad: irritabilidad y rencor hacia las personas del entorno
- Trastornos ansioso depresivos: apatía, tristeza y trastornos del sueño.
- Síndrome de estrés postraumático: imposibilidad de parar la mente y de abandonar la tendencia a revivir una y otra vez, los incidentes del maltrato.
EL MALTRATADOR:
- Mediocridad: Ausencia de interés, aprecio o aspiración hacia lo excelente. Falta de exigencia interior que le hace estar, pese a su grisura, bastante contento consigo mismo.
- Envidia arranca siempre de un defecto de identidad, de una insatisfacción, oculta pero profunda, con su realidad personal y de una cobardía generalizada ante el futuro.
- Necesidad de control: busca crear indefensión en la victima; y sabe que a través del control puede reducirla, manipularla y, por consiguiente, lograr sus objetivos.
LA VICTIMA:
- Autenticidad: persigue sobretodo la autorrealización y el autodescubrimiento, aún a costa de la propia comodidad y seguridad.
-Inocencia: Tiende a ver el lado bueno de las cosas, y no está inclinado hacia la desconfianza ni a los juegos de poder. Tiene, pues, incapacidad para detectar la posibilidad de ser dañado.
- Dependencia afectiva: en el fondo de su personalidad hay un matiz depresivo y dependiente que le hace susceptible a las técnicas del acosador. Padece una cierta carencia afectiva, con hipersensibilidad al rechazo.
EL ESCENARIO
- Aislamiento: limita las opciones de escapatoria de la victima
- Improductividad: el acoso es mas frecuente en entornos cuya cultura considera el poder y el control sobre los demás como valores prioritarios sobre la productividad o la eficacia.