Soy súper fan de este foro pero nunca pensé escribir algo hasta apenas que viví algo realmente caliente, bueno hace unos dias me paso algo demasiado caliente y quiero compartirlo con todos los lectores
La semana pasada fue el cumpleaños de un vecino, se llama Armando y es el gran amigo de mi esposo, cada que habia algún evento se reunían y mucha veces le decía en broma que parecía su mujer y que nadamas faltaba que compartiera a su mujer con el, no sabia que eso iba a pasar ese mismo día que íbamos a su fiesta de cumpleaños. Resulta que nosotros vivimos en la primer planta de un edificio de departamentos y el amigo en el tercer piso, ese día fui con ropa casual holgada, nada de cosas rebuscadas, una falda amplia y blusa camisera, en cuanto llegamos le dimos el abrazo de felicitación y sentí como me apretaba al pecho mas de lo normal, pensé que habia sido algo accidental y no dije nada, después comimos y empezamos a beber, mi esposo charlaba alegremente y parecía que no le preocupaba que yo estuviera tomando, Armando aprovechaba para servirme mas cada que notaba mi vaso medio vacio, -échate otra que te va a caer bien para que estés alegre y para que no se te suba pues te pones a bailar y ya-, como yo no aguanto mucho tomando y preferí bailar para que no se me subiera tanto el alcohol, en esos bailes el vecino me saco a bailar y en los giros la falda se me levantaba dejando ver mis ropa interior, unas pantaletas blancas pero transparentes, mi esposo me veía y se reía y me decía al oído que estaba calentando a su amigo enseñando los calzones pero no lo dijo molesto, mas bien divertido. La cosa fue que seguimos tomando y ya entrada la noche mi esposo estaba que se caía de tomado y acabe por decirle que nos fueramos, mi amigo muy gentil se presto a ayudarme porque decía que podía caerse al bajar la escalera, lo malo de todo esto fue que en cuanto abrió la puerta y me dio el aire sentí que se me aflojaban las rodillas y casi me caigo, al sentir el aire el alcohol se me subió de inmediato y ya no pude mas, el vecino nos ayudo a los dos a subir y en el trayecto con el pretexto de sostenerme me iba manoseando los pechos, yo estaba tan mareada que no dije nada y así subimos al departamento, en cuanto entramos me recargue en la pared para agarrar fuerza para llegar al baño para vomitar mientras Armando llevaba a mi marido a la cama, el cuanto lo dejo se fue a parar atrás de mi apoyándome y sobándome el estomago para que vomitara mas,
-Ándale almita echa todo- decía mientras me sobaba pero sus manos subían por debajo de la blusa para sobarme los pechos.
-No seas abusivo- le decía con palabras entrecortadas por la borrachera pero el no dejaba de manosearme al mismo tiempo que por atrás se me pagaba al trasero haciéndome sentir su verga ya dura, en medio de mi borrachera sentía como se colocaba para que quedara en medio de mis nalgas y se movía, una ves que acabe de vomitar me abrazo y me llevo a la cama acostándome pero sin dejar de manosearme.
-No seas encajoso, ya déjame- le decía con palabras cortadas por la borrachera.
-No te preocupes no pasa nada, relájate-
-Ya vete que esta mi marido aquí, por favor vete-voltee a ver a mi marido y estaba sumido en un sueño profundo que hasta roncaba eso me tranquilizo un poco pero seguía rechazándolo aunque cada ves con la voz mas débil por favor vete ,no seas abusivo- pero ya era tarde, en ese tiempo me habia desnudado y estaba solo en pantaletas, el brasier estaba aun lado y mis pechos en su boca, rápidamente se bajo el pantalón y puso su verga en mis manos, para entonces ya mi resistencia era poca, estaba adormilada pero al mismo tiempo mi sexo despertaba y quería seguir, mi mente me decía que debía parar pero mi cuerpo no hacia caso, volteé de nuevo pero mi marido ni se movía. Empezó a bajarme los calzones y se acerco a mi puchita oliéndola y besándola.
-Que haces ya vete por favor-
-Nunca mi Reyna, e esperado esto por mucho tiempo y no voy a dejar esta oportunidad, mañana me dirás lo que quieras pero hoy no te dejo-
-Se levanto y con su verga dura se acerco a mi cara para ponérmela en la boca.
-Pruébala chiquita, prueba y dime si no la quieres-
No pude evitar abrir la boca y sentirla, estaba dura y suave a la ves, gruesa pero rica, no dije nada solo deje que la metiera al tiempo que sus manos acariciaban mis nalgas y su dedo entraba en mi rajita que ya estaba húmeda por las caricias. En cuanto sintió que no aguantaba más se salió de mis labios para cargarme y voltearme bocabajo levantando mi grupa.
-Para la cola mi Reyna, quiero contemplar esas nalgas que me han gustado siempre, siénteme por completo-
Apenas levante el trasero un poco cuando sentí como de un empujón lo metía
-Oye despacito- le dije en susurros mas que en palabras porque para entonces ya estaba bombeando de la manera mas deliciosa, ya no dije nada, solo me deje llevar por el momento y en ocasiones sentía que me queda dormida sintiéndolo entrar y salir, el sueño me ganaba pero el seguía, entre sueños sentía la delicia de ser cogida por alguien diferente a mi esposo, su verga entraba y salía mientras hablaba, yo me excitaba mas por lo que decía
-Ay mamacita, cuanto tiempo deseándote, hasta que se me hiso, se que también tu me deseabas por dentro, siente mi carne, disfruta mi verga.
Todo eso decía mientras metía y sacaba su rico pene. Oír todo eso me excitaba mas todavía y paraba mas las nalgas para sentirlo, de pronto aumento sus embestidas y su miembro temblaba dentro de mi, en cuanto sintió que se venia se dejo caer sobre mi moviéndose como loco, sentí su peso sobre mi y los chorritos calientes que me bañaban por dentro y el seguía hablando,
-Dime que lo disfrutaste, dime que te gusto-
En sueños moví la cabeza dándole a entender que si lo habia disfrutado
-Dime que volveremos a repetirlo, que vas a ser mía otras veces-
Nuevamente repetí el movimiento de cabeza en señal afirmativa. En cuanto lo saco sentí como escurría mojándome el trasero, me acaricio y me dio un beso en las nalgas.
-Ya me voy linda, gracias por este rico momento, mañana hablamos de esto.
Ahí quede en mi cama, desnuda y llena de semen de otro, mi marido durmiendo a un lado y vestido y yo desnuda por completo, ya no hice nada, así me quede dormida con los restos del semen y el recuerdo de esa rica cogida.
Al otro día desperté antes que mi marido y me metí a bañar, el recuerdo estaba vivo y sentía remordimientos y vergüenza, ¿que hacer? decidí fingir que no recordaba nada, era lo mejor, la pena me mataba, así que lo mejor seria fingir olvido. Ese mismo día por la tarde habíamos quedado de comer en su casa para curarnos la cruda, en cuanto estuvimos en su casa se me acerco y me dijo al oído.
-Gracias por el buen momento, espero poder repetirlo otro día.
¿Que dices, de que hablas?
¿No recuerdas lo de anoche?
No, que dije o porque dices eso
De verdad no recuerdas nada?
No de verdad
Mmm, bueno olvídalo, vamos a comer
Así quedamos ese día, yo sabia que no me habia creído mi olvido, los dos sabíamos que era mentira pero quizá comprendió mi vergüenza me siguió el juego. También sabíamos que eso se podía repetir otro día pero de momento habia que aparentar indiferencia. Así pasamos la tarde y nadie sospecho nada de lo pasado, ni su esposa ni mi esposo.