Foro / Pareja

Mi historia. final. la reconciliación

Última respuesta: 10 de julio de 2008 a las 12:42
R
rus_7293253
9/7/08 a las 13:03

Ya lo cantan los autores, después de la tormenta siempre llega la calma, pero después de ti, después de ti no hay nada.
Estaba inmersa en un mar de dudas, de contradicciones. Jamás imaginé la situación en la que me encontraba, ni siquiera al lanzarme a esa aventura sin final feliz. Realmente no lo pensé, y estaba pagando las consecuencias.
En los ojos de mi novio, veía el miedo al fracaso, aunque en el fondo, muy al fondo podía ver un halo de esperanza. La tormenta había arrastrado todo el lodo que había en nuestra relación, todo lo que se nos había ido quedando en el tintero tras años de convivencia.
Al fin estábamos solos, él y yo, frente a frente dispuestos en cambiar el rumbo a la relación , sin más equipaje que nuestra convicción y nuestro amor (¿¿¿Amor???¿¿¿Realmente le amo??)
Apenas sin ser consciente le acaricié el rostro. Su mejilla, con la barbita de una semana, rasposa, pero tan lindo... Hacía mucho tiempo que no me fijaba en él. Sus ojos de ese verde mar embravecido, profundos.... Sus labios, gruesos, con el color de la fresas, y tan jugosos... mmmmm que ganas de mordérselos.
Le besé, como si nunca lo hubiera hecho. Un poco de miedo, un poco de duda, ¿y si me rechaza? No. El también lo ha sentido. Responde a mi beso con mi misma dulzura. Nos miramos fijamente, como si nos reconociéramos. La costumbre nos había cegado. Nos habíamos olvidado de mirarnos.
Con delicadeza nos acariciamos, el rostro, las manos, el cuello. Mirando la piel tras la caricia, a sus ojos. Reconociendo el terreno, olvidado ya. Disfrutando de su caricia, del calor de su piel. Cerré los ojos. Le amé. Recordé el por qué. Recordé la razón que me había llevado a contestar que si, a compartir mi vida con él. Claro que lo amo. Rescaté ese sentimiento del rincón del olvido, como quien saca un niño escondido en el desván, de entre cajas y cajas de malas caras, malas palabras. Te quieros no dichos, desplates almacenados en el alma.
Y le besé. Y mi beso se transformó en pasión, en un torrente de agua desbocada, como mucho tiempo atrás. Mis besos encendieron la pasión. Me correspondía, a igual fuerza que yo, me cogió en brazos y me llevo al cuarto. Esa cama, nuestra cama.
Con delicadeza me desvistió, frenando su impulso. Tomándose tiempo para acariciar mi piel, besarla. Sus manos encendieron mi fuego, deseé su cuerpo. Deseé su alma. Deseé su deseo.
Con la misma delicadeza me besó. Primero en los labios, luego en el pómulo, luego en el cuello, bajaron sus labios por mi cuerpo, parándose sobre mis pechos y continuando por mi tripa, mis caderas, mis piernas,.... y vuelta hacia arriba. Se paró en mi sexo, delicadamente besó mi pubis, rasurado. Me abrió las piernas y me beso las ingles, los labios, el clítoris. A pesar de lo pudoroso de su beso, mi cuerpo ardía de deseo. Me incorporé y me dirigí hacia el, le desabroche la camisa, con delicadeza, la retire ligeramente y le besé el pecho. No era lo musculoso de otros tiempos, pero era el suyo.
Desabroché su cinturón, su pantalón y se lo quite. Por encima del calzoncillo acaricié su miembro, que reaccionó a mi estimulo. Se lo besé. Iba a practicarle una felación cuando él me lo impidió. No, no quiero sexo- le miré extrañada, - solo quiero amor- Comprendí, me dejé hacer. Me recostó sobre la cama, me separó las piernas y se acostó sobre mí. Me besó. Le bese. Lo amé.
Me penetró suavemente, con dulzura infinita, tan poquito a poco que aumentó mi deseo. Inicie suaves movimientos, acompasados a los suyos, a la vez que nuestras bocas se buscaban y acariciábamos nuestra piel. Los ojos se encontraban, a media luz. Cómplices.
El ritmo se aceleró. La respiración se agitó. La pasión se desbordó. Nos amamos con furia. No sabemos hacerlo de otro modo. Sentía su miembro dentro de mi, y en cada envite mi placer subía de nivel, hasta que llegó el climax. A la vez, ligeramente retardado el suyo, lo que a mi me dio más placer. Adoro sentir la explosión dentro de mi, y como su miembro reduce el tamaño.
Una lágrima se deslizó por mi mejilla, lágrima furtiva. Y me besó. Con dulce pasión, con rabia contenida. Nos habíamos reencontrado en nuestras vidas. Y el me había recuperado. Y el lo sabía. Y lo decidí. Nunca más le dañaré. Mis historias pasarán, como pasa el río calmado, poco a poco, sin prestarles atención. Se irán.

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J
jolita_5935485
9/7/08 a las 20:17

Hay kata!!!!
Me mori con este relato, que dulce por favor, cuanto amor y como siempre, hiciste que lo sintiera..

A
aprincipales_6a9358z
9/7/08 a las 21:09

Te lo dije¡
No soy la única que esperaba tu relato, que maravilla leerlos, sin duda de los mejores. ¡Enhorabuena!

M
miley_9891465
9/7/08 a las 21:09

Me encanto
Felicitaciones uno de los mejores relatos leidos hasta ahora, muy tierno pero sobre todo refleja amor, pues una historia de sexo es increible pero una historia de amor, implica mucho mas, no se resume en palabras ni en silencios, las historias de sexo cansan las de amor jamas.

Suerte en tu relacion, valora mucho lo que tienes, ama en su momento

U
urtzi_6414891
10/7/08 a las 12:42

Comentario
Tu relato es muy genuino, muy intimo.

Sea quien fuere el que te disftuta, le valdria la pena hacer un esfuerzo por no perderte, ya que es muy afortunado.

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