Mi historia con lady g, relatada por mister p. (todo gracias a mi movil) (i)
Son las nueve de la mañana y, después de haber pasado la noche casi en vela, tengo la mente muy confusa y no logro mantenerla despierta. Llego a mi puesto de trabajo y doy los buenos días a todos. Trabajo en un despacho donde estamos colocados de dos en dos pero con las mesas una al frente de otra. De esta manera tenemos todos un compañero/a con el que compartimos incluso mesa si resulta que todo lo que hay encima de ellas está desordenado.
Antes de sentarme me doy cuenta de que tengo el teléfono móvil descargado, con la batería agotada. Saco el cargador de mi cajón y me dispongo a enchufarlo en una de las tomas que hay debajo de nuestras mesas, por donde pasan los cables tanto de electricidad como de datos, justo por donde quedan las dos mesas unidas. Me agacho y me meto debajo de la mesa y, antes de conectar la clavija, veo que mi compañera de la mesa de enfrente lleva una falda de ejecutiva de esas que quedan justo hasta encima de las rodillas, pero que al estar sentada le llega solo hasta medio muslo. Como que ella está justamente delante de mi, mis ojos quedan situados frente a sus piernas, a su entrepierna para ser exacto. Sin querer o poder evitarlo, mi curiosidad me lleva a intentar adivinar entre la penumbra que produce su falda en su entrepierna, qué ropa interior lleva. Pero no lo consigo distinguir con claridad, aunque sí que me he podido fijar que no lleva puestos unos panties sino unas medias, ya que justo antes de llegar a la penumbra que oculta el color de su braguitas, caso de llevarlas, puedo distinguir con meridiana claridad que su carne cambia de tonalidad. Y es que lleva unas medias de licra color carne muy finas, de esas que me ponen rápidamente a cien, y más cuando a todo ello se les une unas sandalias altas de tiras muy sexys, con un tacón de 13 cm. Ver esas piernas enfundadas en esas medias y acabadas en esos preciosos tacones me estaban quitando el espesor de cabeza con el que entré en el trabajo, y me estaba empezando a poner todo los pelos en punta, y también lo que no eran los pelos.
Me ruboricé un poco al pensar que ella podría darse cuenta de que al estar yo allí debajo podría aprovecharme para mirarle sus intimidades, así que giré la cabeza hacia la parte de la mesa en donde estaban los enchufes para conectar el cable de la batería en uno de ellos. Pero al hacer el movimiento para ello, sin querer le di un ligero golpe con mi mano en su pierna. En este momento pensé que ahora sí que se percataría de que yo podría estar mirando algo que no debía, y como siempre la he conocido como una chica muy bien puesta, y que incluso no se metía en conversaciones picantes que teníamos entre los compañeros, pues su reacción lógica sería la de apartarse de la mesa.
Pero he aquí que la lógica a veces está reñida con lo previsible. Me quedé un momento quieto esperando su reacción, y cual fue mi sorpresa que, contrariamente a lo que pensé, y sin separar sus pies de la posición que tenían en el suelo, separó ligeramente sus rodillas, dejando ahora sí entrever el color azul cielo de sus diminutas braguitas. Azul cielo era donde empezaba a estar yo ahora. No sé si fue un acto reflejo instantáneo por su parte, sin haber pasado nada por su cabeza, o si bien fue un acto totalmente voluntario. Lo cierto es que lo que había entre mis piernas recobró vida de repente.
Y así estuve unos instantes sin saber muy bien que hacer: si salir ya de debajo de la mesa, o si esperar un minuto más bajo ella; al fin y al cabo ella o bien no se había dado cuenta de la situación o, si contrariamente sí lo había hecho, tampoco había hecho nada por evitarlo. Así que fuera cual fuera el motivo, no había excusa para tener que salir tan rápidamente de ahí donde me encontraba metido.
Antes de que pasara ese minuto que me di de margen, de repente ella estiró una de sus piernas en dirección a mí, (claro en su posición de sentada no podía estirarla hacia ningún sitio más), y la punta de su zapato quedó a escasos centímetros de la cremallera de mi pantalón. Uffff, empecé a acalorarme. Ahora tenía una de sus piernas en toda su extensión ante mí y me estaban entrando deseos de acariciarsela. Pero, ¿y si ha sido todo una casualidad y simplemente lo que quiere es desentumecer su rodilla para que no se le agarrote de estar tanto tiempo sentada? Mis dudas cada vez eran mayores pero mis deseos también, así que casi inconscientemente me moví apenas un palmo, lo justo para que los centímetros que separaban a la punta de su zapato de mi miembro ya despierto se acortara a cero. En ese momento las dos puntas se tocaban, la mía y la suya. Ella lo notó y en vez de retirar la pierna aplastó la suela de su zapato sobre mi miembro.
Ahora ya no había lugar a dudas, desde el comienzo todos sus actos fueron voluntarios, e incluso diría que estudiados ya que fueron hechos poco a poco, pero siendo cada vez más insinuantes, sabiendo que con ello cada vez me subiría más la líbido. Esta linda muchacha que nunca hizo insinuaciones a nadie, más bien al contrario, me dejó ahora totalmente sorprendido y perplejo.
Con su pie aún sobre mí le saqué su zapato, y comencé a acariciarle muy suavemente las piernas, solo rozándole para sentir el tacto de sus medias bajo mis manos. La acaricié desde la punta de su pie hasta la rodilla, subiendo muy lentamente, volviendo hacia atrás y volviendo a subir; cada vez más arriba. Cuando mi mano llegó por encima de sus rodilla separó su pierna para apoyarla sobre mi rodilla, pues yo estaba sentado en cuclillas en el suelo. Ahora quedaban sus piernas más abiertas que antes, y ya podia ver perfectamente el color de su ropa interior, efectivamente azul claro. Seguí subiendo mi mano y acariciándola hasta llegar a su ingle, allí donde la pierna pierde su nombre, y en ese momento apareció su mano con la intención de ir directamente a su sexo, para tocárselo me imagino. Pero no le dejé y se la retiré, quería que aguantara el estado de excitación que empezaba a sentir, de la misma manera que yo me lo tuve que aguantar unos minutos antes cuando me empezó ella a seducir. Así que ahora le separé la otra pierna, que aún tenia apoyada en la misma posición inicial, de manera que quedase ante mí a la vista todo lo necesario para poderla hacer gozar.
En ese momento se me pasó por la cabeza que llevaba al menos diez minutos bajo la mesa, y que quizás alguien podría notar mi ausencia. Esto me puso un poco intranquilo, y se añadió como una preocupación a mi mente. Para aligerar esta preocupación decidí salir un momento de debajo de la mesa, más que nada para ver la situación en que se encontraba el personal de lo oficina. No llegué a ponerme del todo erguido, pues el bulto bajo mi pantalón hubiera delatado alguna cosa a los demás (ese día precisamente no llevaba slip ajustado, sino uno tipo pantaloncillo bastante holgado), ya fue mala suerte escoger esa prenda ese preciso día. Acabé directamente sentado en mi silla, subiendo desde el suelo, y tras divisar el panorama a mi alrededor observé que parte del personal no estaba en su puesto, y el resto estaba ocupado con sus papeles sin prestar atención a si estaba yo ahí o no. Eso me tranquilizó, así que hice una pregunta a uno de ellos para que los demás me escucharan y se dieran cuenta de que yo seguía allí. De esta manera conseguiría un margen de otros diez minutos para volver bajo la mesa. Miré por un instante a mi compañera de juego y vi que estaba muy concentrada en su pc, disimulando muy bien lo que había ocurrido. Aproveché el momento oportuno para volver a mi anterior posición en cuclillas, y sus piernas se abrieron y elevaron en posición horizontal ante mí cara. Las hice descansar sobre mis rodillas, bien abiertas y le saqué el otro zapato. Empecé nuevamente a dedicarme a sus piernas, besándoselas desde los pies hasta la parte más alta e interna de sus muslos. Para ello tiré de sus ligas hacia abajo, dejando sus medias a la altura de sus rodillas. No iba a bajárselas más por precaución, no fuera que fuese requerida por algún superior y tuviera que levantarse de improviso. Me gustaba acariciarla con ternura, no quería ir con prisas, besaba y lamía una y otra vez sus piernas y al llegar a la parte más alta e interna de sus muslos, y conforme me acercaba a su sexo, se los mordisqueaba delicadamente. Ufff, cuanto le excitaba estos mordisquitos en esa parte, ... no paraba de mover sus piernas de gozo, abriéndolas y cerrándolas como si estuviera ansiosa por algo. Apareció nuevamente una de sus manos y de nuevo se la retiré. Tenía su braguita totalmente húmeda, ahora su azul claro había pasado a oscuro, y mis mejillas quedaban mojadas cada vez que se las rozaba mientras jugaba con sus muslos alrededor de su sexo. Entonces puse mi palma de la mano totalmente sobre el triángulo de sus braguitas para que su sexo quedara totalmente dentro de ella y así podérselo acariciar y apretar y soltar por entero, pero desde encima de su tanga. Con mi mano ahí, se lo estrujaba como si tuviera una esponja dentro de ella, cada vez que se lo apretaba y soltaba, tensaba sus nalgas y su cuerpo se erguía sobre su silla, volvía a relajarse y se volvía a erguir. No sé si le era muy difícil disimular ante los demás lo que estaba ocurriendo bajo su cintura, pero eso daba un morbo añadido a la situación. Retiré mi mano de ahí, y le aparte con los dedos la braguita hacia un lado para que por primera vez pudiera ver su sexo en primer plano. Que maravilla, lo tenía muy arreglado, hasta en ese detalle se cuidaba, lo llevaba rasurado tipo depilación brasileña, no podía ser de otro modo para ocultarlo bajo ese tanga.
Comencé a acariciarle alrededor de los labios externos con las yemas de mis dedos, los cuales deslizaban literalmente debido a que su flujo se estaba extendiendo por fuera de lo que era su propio sexo. Noté que su deseo por sentir algo dentro de ella empezaba a aumentar ya que acercó su silla lo más cerca que pudo de la mesa y dejó deslizar levemente su cuerpo hacia abajo y adelante para notar más mis dedos. Acabé finalmente metiéndole dos de ellos con suma facilidad, y nuevamente apareció su mano. Esta vez no se la pude apartar ya que tenía mis manos ocupadas en ella. Comenzó a tocarse y a poner su mano sobre la mía para meter mis dedos más hacia adentro. Pero yo quería acariciárselo suavemente, y tocarle el clítoris con dulzura exquisita. Al ver su estado de excitación y que sus ganas iban aumentando en progresión geométrica, decidí sacar mis dedos y dejar la entrada de los suyos. Su braguita volvió a su posición original cubriendo lo que debía cubrir y ella se metió la mano bajo ella y comenzó a trabajarse su clítoris. No sé exactamente cómo lo hacia ya que quedaba oculta su mano, pero los movimientos que hacía con ella lo delataba. Se estaba masturbando a gran velocidad, casi con desespero, a un ritmo casi frenético. Eso me puso a mil, y comencé yo también a acariciarme mi miembro ya que ella no podía hacerlo desde su silla, y yo no podía quedarme con ello tan duro durante toda la mañana. Era una situación única e irrepetible, los dos masturbándonos bajo la mesa, en la esquina de una oficina rodeada de trabajadores. Al final acabó teniendo un orgasmo, lo noté porque el ritmo de acariciar su clítoris fue disminuyendo poco a poco hasta dejar de hacerlo finalmente. La verdad es que aún me pregunto como una masturbación tan intensa como tuvo en aquel momento consiguió que fuera tan silenciosa y no emitiera ni un solo gemido (al menos yo no los oí).
Yo me quedé con mi miembro duro bajo mi pantalón y mi mano sobre él, y me arrastré como puede desde el suelo hasta mi silla para ocultar mi erección en ese momento ante los demás. Así me quede sin poderme levantar de la mesa durante un buen instante, y con unas tremendas ganas de vaciarme. Sería muy doloroso quedarse así después de esa casi media hora tan intensa.
Desde mi silla vi que ella hacía algunos movimientos con sus manos disimuladamente bajo la mesa, supongo que se estaría subiendo las medias que le dejé bajadas a la altura de la rodilla, y también se debería estar secando con un pañuelo perfumado el flujo que sin duda había quedado impregnado bajo su falda.
Finalmente se levantó y se dirigió a los aseos. Yo aún estaba alucinado con todo lo que inesperadamente acababa de ocurrir. Y todo porque me quedé sin batería en el móvil. Pero mi pensamiento estaba más en controlar ese arma entre mis piernas que tenía una necesidad enorme de ser disparada, pero no encontraba la manera ni lugar adecuado para ello.
Cinco minutos más tarde ella volvió, ya era casi la hora del desayuno. Se sentó en su silla y nos miramos a la cara. Estoy seguro que advirtió en mi cara o en mi mirada lo que estaba pasando en mi entrepierna. Cogió un papel, escribió algo en él y me lo pasó. En él decía: hoy tu desayuno lo vas a encontrar bajo mi mesa. La miré y me guiñó un ojo. Efectivamente se dio cuenta de la necesidad que yo tenía en estos momentos
Ver también
Wowwwwwww
chiquiturri pero que guardadito te lo tenias, que fogosidad x dio, te felicito y quiero mas de esos relatos , vamos que rico....
ahora quisiera saber realidad o ficcion???? la verdad chiquito , la verdad jejejejjeje.
Muy requetebien...fellini !!!!!!!!!!!!!!
Jopeta...qué relato más caliente,...guauuuuuu!!!...con lo que me gustan a mí las situaciones difíciles de ésas que te ponen a mil...aún a sabiendas,de que no podrás terminar,..pero...puff!!!!!!..qué maravilla,....además..sólo con leerlo...ya me he imaginado a uno..por aquí debajo de mi mesa,..buscando un enchufe para cargar el móvil,ajajajajaj....y encima...yo, precisamente...uso ése tipo de medias,jajajaajaj.......es que se ha juntado todo!!!!
Que...muy bien, Fellini...de verdad,..ésta faceta tuya, no la conocía...y me ha gustado...y algo más también...ha causado en mí,jajajaja...Un beso...
Chapeau!!!
buenísimo, morbo elegante, sí señor!
Un beso. ALOE.
Muy requetebien...fellini !!!!!!!!!!!!!!
Jopeta...qué relato más caliente,...guauuuuuu!!!...con lo que me gustan a mí las situaciones difíciles de ésas que te ponen a mil...aún a sabiendas,de que no podrás terminar,..pero...puff!!!!!!..qué maravilla,....además..sólo con leerlo...ya me he imaginado a uno..por aquí debajo de mi mesa,..buscando un enchufe para cargar el móvil,ajajajajaj....y encima...yo, precisamente...uso ése tipo de medias,jajajaajaj.......es que se ha juntado todo!!!!
Que...muy bien, Fellini...de verdad,..ésta faceta tuya, no la conocía...y me ha gustado...y algo más también...ha causado en mí,jajajaja...Un beso...
Te cuento un secre?
no te has fijado en una pequeña lente que había pegada justo debajo de tu mesa? Claro, supongo que no, estaba muy bien disimulada.
Es por esto que sabia como vestías,
Cuidadín a partir de ahora con las camaritas ocultas, jaja
Te cuento un secre?
no te has fijado en una pequeña lente que había pegada justo debajo de tu mesa? Claro, supongo que no, estaba muy bien disimulada.
Es por esto que sabia como vestías,
Cuidadín a partir de ahora con las camaritas ocultas, jaja
Pues te cuento yo otro??????????
Quizás..ésa pequeña lente, pueda ser que haya pasado desapercibida para mí,...y no la haya visto...pero........
si todo éso, me hubiera pasado...y cómo lo has contado,ge.ge.ge.ge.ge....seguro que éso no lo hubiera olvidado en mi vida,jajajaj....y sería otra de mis fantasías..realizadas para contar!!!!!!
Un besito..llevaré cuidado..contigo,gegegegeg
Juerrrrr
Buenisimo!!! me encanto , jo!! yo quiero trabajar en tu oficina jajajajajajaaj
BESOS............Dj
P.D. Me encanta el morbo, el buen gusto y la simpatia con que lo relatas
Eso me pregunto yo
donde estarías? que estarías haciendo? y que haces a las horas de tu post aún despierta?
Beso
Juerrrrr
Buenisimo!!! me encanto , jo!! yo quiero trabajar en tu oficina jajajajajajaaj
BESOS............Dj
P.D. Me encanta el morbo, el buen gusto y la simpatia con que lo relatas
Jo,
y yo quiero pasar una noche de tormenta contigo, jeje
Porque vaya noche pasaste, eh?
Jo,
y yo quiero pasar una noche de tormenta contigo, jeje
Porque vaya noche pasaste, eh?
Eso......
........mejor te lo cuento en pv jajajajajajjaja
BESOS......Lametones.....Dj
P.D. asi lo subo, que me gusta , me gusta y me gusta