Ya les he contado como antes de casarme, tuve un momento extraño con mi cuñada cuando fui a su casa y tuve que quedarme con ella y cuando le di un masaje. Pasado un tiempo me casé, y hasta ahora todo ha ido de maravilla, las cosas con mi cuñada son muy cheveres, ella me cae muy bien, es agradable y casi nunca anda amargada. Me da un poco de tristeza es ver como se le pone la vida gris, sobre todo en su relacion con su esposo ya que no han podido tener un hijo y según cuenta ella misma están en un abismo de falta de comunicación donde pasan dias enteros donde solo se hablan por cosas de trabajo o para pelear. Asi, surge la tercera vez que me pasó algo extraño con ella, en la casa donde yo comenzaba a vivir, le hacían falta algunos arreglos de pintura, mas que todo al patio, mi esposa tenia las tardes ocupadas, asi que mi cuñada se ofreció a ayudarme a pintar. Como era en el patio iba a ser pintura blanca de cal, ella estaba contenta, decia que era muy lindo compartir con alguien acomodando la casa y que su esposo nunca lo hacia, pintamos bastante y la cal, al contacto con la piel reseca mucho, irrita, y no es nada saludable, por eso cuando terminamos le dije que se diera un baño y si, fui un poco atrevido al ofrecerle un masaje si ella gustaba después que se bañara. Cosa que ella aceptó. Estabamos solos en la casa, mi esposa aun no llegaba, yo estaba ansioso de que mi cuñada saliera del baño y se tendiera en la cama para masajearla, a la vez me sentía como nervioso pues no queria volver a decirle lo del masaje, solo pregunté: ¿ya estas lista? ella dijo si ven y estaba allí, boca abajo, en short, sin brassier y ese trasero hermoso que aun acostada boca abajo estaba levantado y super respingon, hacia que mi corazón latiera intensamente, yo no podia dejarme dominar por esos impulsos, tenia que controlarme. Así que educadamente comencé el masaje, pies, piernas, muslos, cintura, espalda, cuello, no deje nada de lo que podia tocar sin hacerlo, me sentia tentado a subir un poco mas a tocarle el trasero, pero no lo hacia, ella estaba relajada, y no pude evitar que mi pene se pusiera duro y cuando vi el momento perfecto lo saqué por debajo de mi short y lo tomé con mi mano refregando la cabeza en la planta de su pie. ella, tranquila, no decia nada, solo respiraba profundamente.. yo me preguntaba ¿será que no se da cuenta? Dios!!! estaba mi mente vuelta un ocho no sabia si subir un poco mas, tenia muchas ganas de hacer mas cosas, pero no me atrevía. Ya no sabia que mas hacer, asi que le dije que ya estaba terminando, ella contesto que estaba muy agradecida. Dijo ay! ya va a llegar mi hermana, entonces salí de la habitación y ella acomodo la cama que era una que estaba en la habitacion de al lado a la que yo dormía con mi esposa, arreglo la cama de tal forma que parecía que nadie se hubiese acostado allí y nunca le dijo a su hermana que yo le hice masaje, yo tampoco le dije nada, pero si percibí que ella sintió que hacia algo que no estaba del todo bien... La historia no termina aqui. Pronto continuaré contandoles esto que aun me esta pasando.