Entiendo tu decisión, pero...
...por el mismo respeto que debes a tus hijos y a tí misma, por el que has dejado de ver a este chico, debes acabar con un matrimonio que no te aporta nada, que te hace sentir mal. Un hogar fantasma con un marido al que no quieres y por el que no sientes nada tampoco será nunca la meca de la felicidad, eso está claro. Ahora, es cierto que las relaciones a distancia, cuando ves a la otra persona pocas veces, poco tiempo cada vez, y siempre a escondidas, dan a la historia un halo de misterio, de romanticismo, que tampoco es real, seguro que sabes muchísimas cosas de él, muchísimos detalles de su vida... pero en realidad NO LE CONOCES, solo a ratos. No le ha visto con su familia, no has oído sus conversaciones con amigos, no conoces su ambiente más que de referencias... cuidado, en estas circunstancias es fácil engañarse. Conozco varias historias que acabaron mal. Lo que no quita que tampoco tu matrimonio parece hacerte feliz. Yo separaría una cosa de la otra. Toma una decisión respecto a tu matrimonio, y si esa decisión es continuar con él, corta radicalmente con tu amante. Pero si la decisión es romper el matrimonio, no te lances sin más en sus brazos, conócele, examínale, pasa tiempo con él en su casa, en su bar favorito, con sus amigos... y si sigues sintiendo lo mismo, pues adelante.