Te comprendo bastante bien...
Gracias en primer lugar por tu comprensión y por aportarme tu experiencia personal. Yo conozco muy bien las motivaciones humanas (en parte porque lo estudié en su día) y en parte porque me gusta mucho observar el comportamiento de la gente y más en estos casos. Yo se más que nadie que ciertas cosas no se pueden reprimir (o sí se puede pero es dificil), como por ejemplo que pienses, que te guste otra persona, pero entre eso y pasar a la acción es síntoma de debilidad. Yo no es que sea el más fuerte del mundo, pero he tenido alguna oportunidad y te puedo decir que las he rechazado (a mi pesar en cuanto al placer), porque puse en una balanza lo placentero de la situación frente a lo doloroso si mi mujer se enterase y ganó lo segundo. Yo se que soy (o era) raro, que no es fácil encontrar a alguien tan bobo como yo y más siendo hombre, que se ponga freno al desenfreno con otras personas. Y encima el destino me ha jugado esta mala pasada, mejor dicho mi mujer, esa por la que yo tanto miré, por la que tantas cosas hice. Pero el hecho de que haya tanta gente que no se puede resistir, o que no quiere, al placer con otras personas, nos arrastra a los que sí podemos a ser como la mayoría (por nuestra propia supervivencia psicológica). Llámalo venganza o como prefieras, pero las consecuencias son tremendas (espero que en tú marido no lo sean): para empezar yo desde que pasó eso hace unos meses (y además solo llevaba casado un año), no descanso igual, me asaltan ideas y pensamientos sobre lo que pasó continuamente, no siento el mismo afecto por ella, no la deseo ningún mal pero ya no daría mi vida (literalmente hablando) por ella, ya miraría en primer lugar por mí y lo más importante y peor de todo, es que he puesto "el libre", como los taxis: no se trata de que yo ande buscando por ahí por vengarme (que no es el caso) sino para que se produzca cierto equilibrio psicológico al menos en mí. El riesgo está claro: mientras yo siga casado no voy a descartar nada que se me presente, pero he aquí la pregunta ¿y si ahora el que se enamora soy yo? La respuesta es: se habrá roto una relación que iba muy bien (dicho por mi mujer) sólo por no haberse sabido controlar. Esa es la parte negativa y la parte positiva está clara: se siente mucha chispa con alguien nuevo, etc, etc. Ahora ya hay que valorar lo que es mejor.
Pero sí, como dices ella es la primera dolida, la primera que me comprende, es muy débil psico- afectivamente y se podría enamorar de cualquiera (menos mal que ya no hay butaneros), etc. Todo eso está muy bien, pero a mí no me consuela. Mi forma de entender la vida e incluso la pareja, ha cambiado. Ya soy uno más de tantos, así que podéis darme la bienvenida. Esas cosas son las que hacen que cada vez quede menos gente que se tome algo en serio.
Una vez más gracias por tu consuelo y enhorabuena por el marido tan bueno que tienes.
Jose