"Pero yo sé curarme las heridas
aprendí a andar en un suelo
cubierto de canicas..." (Ella baila sola)
Ahora mismo miro hacia delante y sólo veo canicas. No les tengo miedo, ni siquiera tengo miedo al dolor que las caídas me van a hacer.
Sin embargo, a ratos sigo sintiéndome vulnerable y sé q quizás esto no sucedería si me hubiera colocado el caparazón. Hace tiempo que sé q es cuestión de elegir, o el caparazón o la vulnerabilidad. Conozco el caparazón, lo he llevado puesto demasiado tiempo, a veces sabiéndolo, otras inconscientemente y sinceramente, como máscara es la mejor, pero Absurda... la vulnerabilidad duele, pero hace tiempo también que me atreví a ponerme frente a frente a ella y mirarla a los ojos, sin miedo.
Y salgo a la calle a piel, sin la armadura, y duele mirar al sol, y hace frío sin protección, pero voy ligera de equipaje porq las armaduras protegen, pero llega un momento en q pesan y la gente que merece la pena acaba cansándose de no poder verte los ojos, ni la cara, sino una máscara de metal hecha a medida. No quiero armaduras q me protejan de vivir, q frenen las caídas si el precio q tengo q pagar es vivir sin q me dé la luz del sol, sin sentir ni frío ni calor y sin q la gente pueda mirarme a unos ojos q son pura expresividad y q gritan desde mis entrañas todo lo q siento.
El dolor ya no me da miedo, aunq sepa q soy vulnerable pero me siento viva y esta sensación no la puede igualar ninguna armadura del mundo... no quiero armaduras q me protejan de vivir, no quiero pagar un precio tan alto si renunciar a sufrir significa renunciar a amar, a sentir, a descubrir... La cuestión es, hasta q punto uno es consciente de la armadura q lleva, si niega q la lleva, o si ni ni siquiera lo sabe. Yo llené una maleta de sueños y me monté en un tren para evadirme de la mía, de la armadura q me protegía de abrir mi corazón despedazado. Y descubrí q la había perdido una vez más, q no sirvo para cargar con el peso de una máscara, q prefiero el dolor a la mentira, q prefiero apostar sabiendo q puedo perder a quedarme eternamente mirando la vida pasar, mientras el tiempo me vive a mí en vez de vivirlo yo. Hacer o no hacer??? Aunq no hagas nada o huyas, tb es una decisión porq el tiempo es un arma de doble filo q sigue corriendo siempre hacia delante y no espera por ti. Quiero decidir, y no quiero llevar una armadura, cada cual tiene la suya, la mía es la "chulería", esa pose de estar siempre por encima de todo, de q nada me afecta, de q soy fuerte, de que ni siento ni padezco, de q soy inalcanzable... Cómo dice una de mis canciones favoritas:" mírame... me marché, y mi corazón quedó atrás, lo q ves es sólo un papel q representar, dime a quien puedo engañar..." No sé si engaño a alguien, pero a mí misma no puedo y aunq soy fuerte, no puedo vivir siempre de cara a la galería representando el papel de q puedo con todo porq no es cierto. La armadura... siempre la armadura. Alguien consiguió hace escasamente unos meses
traspasar un poquito mi armadura, abrí una rendija para q entrara luz y se coló todo el Sol de la mañana, fui capaz de besar sin pensar qué estaba haciendo, fui capaz de dejarme a mí misma ser un poquito más feliz después de tanto dolor y la armadura se reblandeció. Ahora estoy aquí, sin armadura, y sintiendo de nuevo vulnerabilidad, sintiendo tristeza y dolor y sintiendo miles de cosas a la vez sin poder explicarlas, pero lo más bonito es q he sentido "algo" por alguien, por ti, y q no tengo miedo de sentir lo q siento y de decir lo q siento (no en vano soy una valiente y lo llevo tatuado en mi cuerpo), sea o no recíproco, no me importa... ya me he quitado la armadura.