Hola! Mi historia es asi…A pesar de considerarme a algo grande para estas cosas que podrían ser propias de una adolescente (tengo 32 años), tarde varias clases en darme cuenta que me gusta mi instructor de manejo. Bueno, eso de decir que "me gusta" es una manera de explicar el sentimiento porque realmente el no es un adonis, pero es joven, mucho mas de lo que es mi marido. Y además tiene un buen cuerpo. Si, eso mismo, soy casada, otro gran problema para ser explicado en un capitulo aparte.
Como les contaba, poco a poco comencé no solo a familiarizarme con las clases y el auto (cosa que aun le tengo cierto cuidado) sino también con Hugo, mi instructor. Luego de una desastrosa primer clase, como suele suceder cuando intentas aprender algo, estas tomaron un camino importante: el de entrar en confianza. Es así que con Hugo charlábamos de todo, no solo sobre la clase. Como el era quien daba el pie para la charla yo no tenia reparos en contarle todo sobre mi, sentía como si estuviese dando una entrevista y eso me divertía un poco. A veces yo también le preguntaba sobre su vida. Tanto hablamos de todo que por momentos me pareció como si fuésemos amigos que se conocen desde hace mucho. Esa fue mi impresión y tal vez así es como me confundí tan tontamente.
Pronto, la espera de una clase a la otra comenzó a hacerse pesada, parecía que no llegaba mas. Yo creía que se trataba del entusiasmo porque al fin estaba aprendiendo a manejar, cosa que deseaba hacer desde hace tiempo. Por eso y por la ansiedad, intentaba con cada persona que me cruzaba, sacar el tema del curso, y enseguida me encontraba hablando sobre Hugo: “el que me da la clase me dice que haga esto…o me dice lo otro…o el otro día estaba doblando la esquina y justo paso el..etc…” Hasta que llego una clase, en la que entre muy nerviosa al auto, casi temblando, mi respiración era lenta y profunda y no me atrevía a mirarlo. Se que el se dio cuenta porque dijo algo sobre mi prenda de abrigo que lleve ese día –como que la había notado- pero se limito a conducir hacia el parque sin decir palabra, muy serio. Fue la peor clase de todas, quería que se terminara pronto porque me moría de nervios y no podía concentrarme a cada indicación que el me daba. Me equivoque en todo, ponía marcha atrás cuando debía poner primera, chocaba los conos de estacionamiento, etc… aun así, hiciera bien o mal, muy cruel de su parte, Hugo “festejaba” cada movimiento que yo hacia con el auto, y ahí fue que no me pude aguantar y mirándolo de una manera especial, de esas miradas que “lo dicen todo” solté: “esto, hay que festejarlo” ….Dios mio! Para que habré dicho eso? Enseguida el me respondió que “no íbamos a festejar nada” y cortante me dice que manejara hacia la agencia, cosa que debía hacer el, pero que así “quería que me divirtiera un poco”. Lento y un poco torpe, volvimos a la agencia. Una vez fuera del auto corrí a mi casa muerta de vergüenza. Todavía sigo preguntándome porque le di el gusto a el, de demostrar lo que sentía, al menos el impulso que no pude contener durante esa clase. Hasta entonces todavía me faltaban 3 clases mas, y hoy solo me falta una, la del miércoles próximo! quiere decir que todavía tengo que seguir viéndolo…No se que hacer, si debo pedir disculpas o hacer como si sucedió nada, realmente no se que debo hacer…
P.
p.d. vivimos en una ciudad chica donde todos nos concemos, por eso por una cosa u otra, se que nos vamos a cruzar en otras situaciones...