Después de muchos años de matrimonio, conocí a un hombre que me hizo volver a sentirme viva, que en la vida aún era posible la magia, la ilusión. El también es casado y me decía que se sentía conmigo como en una nube. Ambos pensabamos, o mejor dicho no pensabamos, pero estabamos de acuerdo en algo: estabamos bien juntos, cada vez mejor. El problema es que a pesar de que a mi me costo mucho tiempo aceptar que el era muy importante para mi, cuando me quise dar cuenta, todo se vino abajo. Mi marido, un buen hombre del que no estoy enamorada aunque le quiero, me confrontó, me pregunto si es que había otra persona y yo no fui capaz de mentirle y le dije que si. Fue durísimo. Pero lo peor fue la reacción de mi amante: se asustó y despues de mucho silencio me confesó que no tenía la fuerza para afrontar una separación, es decir yo no era motivación suficiente. POr supuesto terminé con él en ese mismo momento. Tampoco le di muchas oportunidades, pero el no me las pidió. Supongo que se sintió aliviado. Pero desde entonces me quiero morir. He roto mi matrimonio, he roto mi vida y aún espero que me diga algo, aunque sea adiós para continuar con mi vida, solo eso, pero ni eso tengo.