Hola he pasado muchas penurias en el pasado y finalmente estoy establecida con mi novio, tenemos una relación normalmente de cariño, pasión, complicidad, algunas veces hemos discutido porque tenemos caracteres distintos como todo el mundo. Todo está bien, dentro de lo que cabe, nosotros tenemos una relación de 10 años y ahora estamos planeando tener un bebe en el futuro, vivir siempre juntos. Sólo hay una cosa que me entristece y es que tengo la ilusión de casarme. Hace años no pensaba lo mismo, quería permanecer soltera, ni tener niños, cuando le conocí a él cambiaron esas ideas. Él no cree en el matrimonio, aunque tuvo un matrimonio anterior y se divorció, él se casó, dice, porque le obligaron. A pesar de todo él en algún momento de romanticismo me ha pedido casarnos, pero luego cuando está "normal" se enfada y me grita que él no quiere casarse, que si yo le obligo se casará, entonces me siento triste porque no es ya el tema que no se quiera casar, sino la forma como se pone cuando toco el tema. Ayer lloré mucho porque se puso muy prepotente, y me dijo que él no se quiere casar conmigo ni con nadie, y esto a pesar de saber su pensamiento y comprender su posición me dolía mucho, me impresionaba que se enojase tanto, luego su posición es que se va a casar porque yo le obligo y nada más pero que yo no pretenda que él esté feliz por esa decisión, ese día él fingirá y listo. En fin, como verán no debería ser algo importante, puesto que hay cariño y todo, pero sus arranques respecto al matrimonio, me hace sentir triste y ayer que estaba especialmente sensible terminé llorando y él me mandó al diablo y se fue, me dijo que ya se casaba conmigo pero que le dejara en paz... yo pensaba cómo puedo obligar a alguien a hacer algo que no quiere, me sentía culpable y a la vez pensaba que quizá tenía que renunciar a esa ilusión mía, si realmente le quiero, pero luego pensaba por qué tengo que renunciar a algo que no tiene nada de malo y que es algo que deseo y que él podría complacerme. Me siento muy confundida al respecto conmigo misma. Hoy continúo triste, porque cuando llegue el día fijado debe ser una pesadilla para él ese momento, quisiera olvidarme de esa ilusión que tengo para no entorpecer mi relación, puesto que por lo demás las cosas van bien, pero quizá mi egoísmo me impide hacerlo, soy conciente que lo más importante es que la relación esté bien, más que el matrimonio en sí, pero no puedo evitar desear que tengamos una boda pequeña e íntima, donde estén nuestros seres más queridos, ¿seré una cabeza dura?
Por favor, pido una opinión, no sé que pensar de él, de mí, de la situación.