Me doy cuenta de que he buscado y no he encontrado, de que no he tenido la tranquilidad que hubiera deseado, de que ha sido difícil comprender y que me comprendan, de que ha habido tantas veces en que no me he sentido identificado con nadie, en que el diálogo era inconexo, pero al mirar hacia atrás a momentos más cercanos a mi presente, me doy cuenta de que allí está la calma, allí está la paz, creo que tú podrías dármela, no sé si lo sabes, pero si no, a lo mejor me atrevo a confesártelo.
No sabes quién soy, y yo sí sé quién eres, pero esto es para tí, que apareciste en mi vida de repente y que aún no sabes lo mucho que te lo agradezco.