Nunca me imaginé escribir sobre este tema en un foro, pero pienso que no debo ser única. A mis cuarentitantos años, se puede decir que prácticamente lo he vivido todo, menos ser madre, que dudo que eso ya pueda pasar.
Hoy relato lo que probablemente sea la última historia de mi vida, hablando desde la más profunda serenidad, pues alguna amiga se empeña en decirme que me volveré a enamorar, como si una fuera una enamoradiza y se cambiara de traje de un día para otro. Tal vez eso sucediera cuando era joven... pero a mis espaldas tengo ya unas pocas relaciones que me duraron varios años y ninguna cuajó realmente.
Después de tantos años, comprendí que fué con esta última persona, con la que realmente sentí lo que yo siempre había deseado, complicidad y miles de gustos en común, como si fuera mi viva copia de mí misma pero en versión masculino. Tenía depositado sobre él, muchos proyectos en común, ganas de hacer mil cosas y sobre todo, la ilusión de compartir todo lo que la vida me había enseñado, sin cometer los mismos fallos que en el pasado.
Pero nada de nada ha sido suficiente, para despertar en él, esas ganas por tenerme a su lado. Su vida es un infierno, porque está condenado sí o sí y no quiere hacerme daño, de ahí que no quiere nada serio conmigo, se piensa que no es un buen partido. A día de hoy ya no sé si al menos querrá ser mi amigo, pues él sabe que tiene mi amor incondicional, pero está claro que le molesta enormemente.
Extraña situación la de dos personas inteligentes que se encuentran, se desean y quieren estar juntas... luego una se derrumba al ver que su vida no vale nada y se desmarca de todo, sumida en una especie de depresión y arrastrada por un trabajo estresante... La otra parece perder los papeles, por parecer obsesiva y lucha por superarlo en soledad, aislada en el más petreo silencio...
La cuestión es, cómo superar al amor de verdad? Creo que no se puede, se tiene que vivir en soledad, pues buscar el amor en otra persona, al final sólo te crea más frustración y daño a esa tercera persona. La condena está clara, vivir en solitario el resto de tus días, total hay mucha más gente que vive sola y no les pasa nada. A mí, mi amor no se ha muerto, pero como así lo fuera, pues no quiere estar conmigo, su orgullo es más fuerte que su amor por mí, el cúal ya lo destierra y hablarle de lo contrario es enfadarlo. Así que, mi final es claro. Me espera una vida espiritual...