En respuesta a lica_7829160
Te contaré uno
Estaba yo solo en mi casa, después de una mañana de colegio. Había sido una mañana de ejercicios y me urgía bañarme. Debo recalcar que en ese tiempo, con 17 años, tenía un buen cuerpo, con los músculos marcados, pero de contextura delgada. Siguiendo con la historia, decidí quitarme la ropa de deporte e ir a la ducha. Estaba terminando de lavarme el cabello cuando sonó el timbre. Era María, una buena amiga. Mis padres le abrieron la puerta y le dijeron que vaya a mi cuarto puesto que ellos ya se iban. Tocaron la puerta del baño. María me dijo que era ella, que venia para contarme una noticia algo triste. Me alarmé, cogí una toalla, me la puse cubriendo todo bajo mi vientre y salí del baño. Era un día caluroso y María, de 16 años, vestía una licra muy corta y un polo de deporte. Ella me dijo: "Dan, no me gusta quedarme sola en mi casa y mis papás se irán de viaje por una semana". Se le notaba entre triste y emocionada, se le veía extraña. Le dije, "no te preocupes, no es tan malo" mientras la abrazaba. Inmediatamente, me dijo: "esás desnudo". Asentí y le dije que me esperase acá, que iría a cambiarme al baño. Inmediatamente, salió de sus labios un "espera". Y le dije "qué pasa, María?". Me dijo: "es que me da curiosidad algo", y le dije :"es lo que creo que es?". Me dijo que sí, que desde que me vio en toalla sintió mucho curiosidad y que su cara se puso caliente. "Bueno, no está mal que lo veas, supongo" dije, a la par que en un movimiento me quitaba la toalla. María abrió se quedó con la boca abierta pues era la primera vez que veía uno, y uno de 17 cm, puesto que su curiosidad me había excitado. "Es muy grande! puedo tocarlo?" fue lo último que dijo, pues accedí y lo comenzó a tocar. Maravillada, empezó también a besarlo y a tocarlo con deseo, para luego pararse, sin dejar de tocarlo. La besé inmediatamente. Mi pene estaba muy duro y ella pegaba su cuerpo al mío, mientras se quitaba el polo y el bra. Sus senos, de medida 80, salieron a la luz, listos para ser devorados por mí, ella gimió. Los lamía, los succionaba, jugaba con los pezones, de todo le hice a su senos. Luego le bajé la licra, solo para que ella pegara su pelvis a mi pene y notar cuan excitada estaba: mi pene se empapó de sus jugos. Ella abrió las piernas, colgándose de mí, friccionando sus labios vaginales con mi pene. Yo la cogía del trasero, la cargué a la cama. Allí, embriagados de besos, le besé los pezones, bajé por su vientre hacia sus ricas piernas, las lamí, besé. Ella moría porque fuera a su vagina, pero la hice esperar. Lamí el costado de su vagina, sus labios, hasta que llegué al clítoris. Lo comencé a lamer, le di lenguetazos, ella se retorcía. Seguí y lo comencé a besar, mientras tocaba con mis dedos, un poco dentro de su vagina.usé mi lengua y labios a la vez para succionar su clítoris. Reventó en un orgasmo, gritó fuerte. Al pasar eso, me fui directamente a sus labios, abrazándola, mientras mi pene friccionaba con su vagina que quería más. De una sola vez, entró todo mi pene. Comencé a bombear cada vez más rápido, mientras ambos geníamos como locos. Me vine dentro de ella, muy muy fuerte. Ella llegó al orgasmo por segunda vez porque le excitó demasiado que me viniera dentro de ella. Nos quedamos dormidos en esa posición. Para mi suerte, ella estaba en sus días no fértiles y esta fue su primera vez. Se excitó tanto que su vagina estuvo muy muy dilatada, no necesitamos más.