Foro / Pareja

Una reflexión

Última respuesta: 14 de abril de 2003 a las 8:26
Y
yuhao_8718622
9/4/03 a las 9:44

Me llama muchísimo la atención que en este foro sobre sexo se pregunte qué nos parecen ciertas técnicas. De veras resulta fascinante descubrir, por un lado, cuántas dudas nos quedan todavía al respecto, lo que demuestra cuán poco sabemos de este asunto y (o) que es un asunto que por sí mismo da lugar a tal despliegue de comportamientos que nunca acabamos de conocer la mayor parte de ellos; y claro, cuando de pronto descubrimos que algo que ni siquiera conocíamos, nos encanta la primera vez que lo probamos, no tenemos más remedio que preguntarnos si no seremos los únicos "raros". De pronto hay quien descubre que le excita imaginar a su mujer en brazos de otro hombre, cuando lo normal (es decir, lo habitual) es que una cosa así no sólo no guste, sino que provoque en nuestro ánimo la ira o la tristeza.
Por otro lado, no menos fascinante me resulta darme cuenta de que hay cantidad de comportamientos que a mí me resultaban "normales" o "corrientes" (vamos, que son de uso común, a mi entender) y que sin embargo siguen siendo un misterio o un descubrimiento fabuloso para no pocas personas. Aquí incluyo lo relativo al sexo oral, o algunas prácticas masturbatorias que yo creía que formaban parte del despliegue ordinario de comportamientos cuando alguien está manteniendo relaciones sexuales.
Está claro que en esto del sexo nunca acabamos de conocernos del todo, ni de conocer a los demás. Estoy convencido de que ahí está la mayor gracia del asunto. Porque el acto sexual es un comportamiento que tiene tanto de imposición como de sumisión (y aquí no me estoy refiriendo concretamente a prácticas sadomasoquistas, por más que entendido en un sentido amplio entren de lleno en lo que digo).
En el fondo, el sexo es un comportamiento que da como ningún otro la medida de nuestra salud mental, porque reúne a partes iguales, a mi juicio, hostilidad y generosidad pero por encima de todo remite a nuestra capacidad de control. Queremos que otra persona haga por nosotros lo que a nosotros más nos gusta (y esto es una imposición, o sea, un acto hostil), y al mismo tiempo queremos que la persona con la que estamos disfrute al máximo (lo que supone un acto de sumisión a sus gustos, de generosidad, de entrega), y en ese frágil equilibrio nos movemos cada vez que practicamos el sexo con alguien.
Sin duda que nunca, o casi nunca, conseguimos de la otra persona todo lo que desearíamos, ni le damos todo lo que a ella probablemente le gustaría; y lo peor de todo es que, pese a lo que con tanta ligereza se aconseja por este foro, no se puede hablar de ello con franqueza. Me explico: no podemos (o no es lo más recomendable, me parece) plantear a nuestra pareja qué nos gusta y qué no nos gusta, abiertamente, como cuando planeamos dónde vamos a pasar las vacaciones. Antes decía que la mayor gracia del sexo radica en que nunca acabamos de conocernos del todo, ni de conocer a la otra persona. Es un juego de "descubrimiento", que se va desplegando día a día, de manera sutil. No se puede planificar. Yo, al menos, no me siento capaz de decirle a mi mujer: "cariño, ¿qué te parece si a partir de ahora practicamos el sexo anal, y lo hacemos de este modo, mientras tú con tu manita haces esta otra cosa?". Esto es absurdo. Si se hacen las cosas así, probablemente lograremos practicar el sexo anal, pero será mucho menos placentero que si logramos darnos cuenta de que a nuestra pareja le apetece sin que hayamos llegado a preguntárselo de una manera, digamos, tan directa. De hecho, creo que el mayor placer del sexo se produce justo en ese instante en el que descubrimos que nuestra pareja está deseando que le hagamos justo eso que nosotros deseamos, y no tanto en el momento del acto en sí.
Por eso mencionaba también lo de la salud mental. Y me explico: uno de los rasgos que a mi entender definen la salud mental de alguien es su capacidad para situarse en el lugar del otro, de comprender sus deseos, y por tanto qué le gusta y qué no. Esta empatía nada tiene que ver con las instrucciones explícitas. Es un aprendizaje emocional que nunca es completo. Y, por supuesto, sobre esta capacidad de adoptar la perspectiva de otro, debe primar el deseo de no perjudicarle (hay quien es capaz de penetrar en la mente de los demás, y lo aprovecha para infligirle dolor y sufrimiento).
Así que en el fondo, todo lo que no perjudique a nuestra pareja y que le haga gozar no sólo será un acto sexual de lo más divertido, sino que encima nos hará sentirnos un poquito más sanos mentalmente. Ya sé que esto debe sonarle a tremenda aberración a un cerebro puritano. Un "todo vale", que casaría muy mal con la moralidad impuesta por la religión o la costumbre, pero bueno, es que a mí me parece de temer alguien que es capaz de condenar a otra persona porque se masturbe o le guste practicar una felación. En el fondo, me parece una peligrosa perversión imaginar un sexo en el que se penalice, sin más, la búsqueda del placer por el placer. Es muy fácil que así, al final, se acabe causando dolor o, en el mejor de los casos, se acabe desarrollando una atroz indiferencia por la otra persona.

En fin, era sólo una reflexión.

Saludos a todos.

Otroquebusca@enfemenino.com

Ver también

A
an0N_936876499z
9/4/03 a las 12:41

Hola otroquebusca
Estoy de acuerdo con tu reflexión, parece que hubieses pasado mis pensamientos a escritura.

Es bonito (en cierto modo) descubrir que lo que antes no te gustaba (no habiendolo probado) o no admitias (por religión, tabús, prejuicios...etc), ahora resulta que te encanta, y se convierte en practica asidua.

Es bonito que el sexo no tenga limites, que esos limites sólo se marquen entre dos, eso es (bajo mi punto de vista) tener libertad sexual.

Lo malo? Que esa "libertad sexual" cuesta alcanzarla, pero si somos conscientes de querer hacerlo podemos hasta disfrutar del proceso. Aunque yo creo que el proceso nunca termina... siempre aprendemos más!

Respecto a lo de la salud mental, pues mirado desde ese punto de vista podrías tener razón, es una buena teoria, y no tengo argumentos ni para desmentirla ni para afirmala.

En fín, lo dicho, estoy de acuerdo con tus palabras, aunque no siempre lo estoy...


Besos

Y
yuhao_8718622
9/4/03 a las 13:37
En respuesta a an0N_936876499z

Hola otroquebusca
Estoy de acuerdo con tu reflexión, parece que hubieses pasado mis pensamientos a escritura.

Es bonito (en cierto modo) descubrir que lo que antes no te gustaba (no habiendolo probado) o no admitias (por religión, tabús, prejuicios...etc), ahora resulta que te encanta, y se convierte en practica asidua.

Es bonito que el sexo no tenga limites, que esos limites sólo se marquen entre dos, eso es (bajo mi punto de vista) tener libertad sexual.

Lo malo? Que esa "libertad sexual" cuesta alcanzarla, pero si somos conscientes de querer hacerlo podemos hasta disfrutar del proceso. Aunque yo creo que el proceso nunca termina... siempre aprendemos más!

Respecto a lo de la salud mental, pues mirado desde ese punto de vista podrías tener razón, es una buena teoria, y no tengo argumentos ni para desmentirla ni para afirmala.

En fín, lo dicho, estoy de acuerdo con tus palabras, aunque no siempre lo estoy...


Besos

Agradecido
Gracias por tus comentarios. Dices que no siempre estás de acuerdo con mis opiniones. Y menos mal, porque estoy seguro de que yo, como cualquiera, se equivoca más veces de las que supone. Así que me parece saludable (hoy todo va de "salud") que alguien confronte conmigo sus puntos de vista (aunque, dicho sea de paso, no recuerdo haberlos confrontado antes contigo).

Lo de la "salud mental" lo he destacado porque a nadie se le escapa que el comportamiento sexual, por su carácter privado y por ser tradicionalmente objeto de ataques y achaques por parte de moralistas intransigentes, preocupa a muchas personas y les hace plantearse su propia "normalidad" como individuos.

Besos.

Otroquebusca@enfemenino.com

A
an0N_936876499z
9/4/03 a las 14:55
En respuesta a yuhao_8718622

Agradecido
Gracias por tus comentarios. Dices que no siempre estás de acuerdo con mis opiniones. Y menos mal, porque estoy seguro de que yo, como cualquiera, se equivoca más veces de las que supone. Así que me parece saludable (hoy todo va de "salud") que alguien confronte conmigo sus puntos de vista (aunque, dicho sea de paso, no recuerdo haberlos confrontado antes contigo).

Lo de la "salud mental" lo he destacado porque a nadie se le escapa que el comportamiento sexual, por su carácter privado y por ser tradicionalmente objeto de ataques y achaques por parte de moralistas intransigentes, preocupa a muchas personas y les hace plantearse su propia "normalidad" como individuos.

Besos.

Otroquebusca@enfemenino.com

No, me parece..
que nunca nos hemos "cruzado". Si no te he contestado ha sido o bien porque otros ya habían expresado lo que yo opinaba (no me gusta hacerme repetitiva), o porque la charla ya haya adquirido ciertos grados de confrontación, en tal caso prefiero mantenerme al margen.

La mayoria de las veces que no estoy de acuerdo contigo es sobre temas de infidelidades, yo no lo veo de la misma manera.

Sí, me ha convencido tu teoría sobre la salud mental. Aplicandomela un poco a mi persona (para no generalizar) podría decir que llegó un momento en el que dije "basta" y empecé el proceso del que te hablaba, te liberas de tabús y prejuicios (no tan rápido como se quiere), y realmente se vive de otra manera, a la vez que el aprendizaje lo trasladas a la vida cotidiana, y digamos que te haces más abierto de miras. El juzgar menos a nuestra propia persona te dá la salud mental de la que creo que hablas. Corrigeme si no lo he entendido.


Un beso

H
huimin_6753762
9/4/03 a las 15:36

Me ha gustado...
tu reflexión, no porque esté de acuerdo o no, aunque en líneas generales si lo estoy, pero me parece muy interesante para todos reflexionar un poco sobre ello.
Soy lo que se podría llamar una "lectora asidua" de este foro, aunque no participo mucho, en algunos casos porque hay cosas que me dejan atónita y no me gustaría contestar a nadie elevando el tono, ya que no tengo ningún derecho a ello, pero me conozco y sé que no podría responder de otra forma. En otros casos es simplemente porque quizás no tengo mucho que aportar, tal vez únicamente un punto de vista o simplemente mi experiencia.
Un tema que me solivianta bastante que a la vez me da mucha pena es la "incultura sexual" que se deja de manifiesto en muchos casos. Desde luego no me las doy de experta, porque no lo soy, pero me da pena la gente que se deja llevar por tabúes o creencias que son, en la mayoría de los casos y a mi modo de ver, irracionales. Quizá lo veo así porque yo he tenido una educación sexual bastante abierta y nunca se me han dicho cosas como "eso no se hace" o "eso es malo". Al igual también me da pena (muchísima) la gente que alegremente juzga el comportamiento de otra persona sin ponerse en su lugar, que tacha el comportamiento de otra persona de inadmisible o le considera poco menos que un enfermo mental. Por supuesto hay cosas que a mí no me gustan, pero pueden gustarles a los demás sin que ello implique que estén más "chiflados" que yo, ni muchísimo menos. Simplemente no me parece sano.
Coincido con lo que se comenta aquí, para mí es básico tener una cierta libertad para hacer y para decir, considero que los prejuicios y los tabúes se han de quedar a un lado de la cama junto con la ropa, si se quiere disfrutar plenamente del sexo, me parece simplemente maravilloso compartir algo así con tu pareja (ya sea una pareja estable o simplemente una pareja sexual ocasional); encuentro igual de estimulante dar placer a la otra persona, esforzarse en complacerle, que recibir ese mismo placer y que se esfuercen en conocer nuestros gustos, por eso considero que todo tipo de prejuicios están de más, porque todo lo que suceda entre dos o más personas estando todas ellas de acuerdo, me parece estupendo.
No sé si habré malinterpretado parte de tu reflexión, me explico, cuando hablas de que no te parece recomendable hablar con franqueza a tu pareja sobre gustos o apetencias sexuales, no puedo estar de acuerdo, salvo quizás algunas excepciones. Me parece que la comunicación es básica en todos los aspectos de la pareja, incluido por supuesto el sexo. Obviamente no me refiero a decir por ejemplo: oye, mira, me apetece muchísimo hacer un trío, así que ya sabes. Pero ir conociendo a la otra persona, explorar juntos el camino del placer... me parece precioso y muy sano.
Bueno, creo que me estoy extendiendo demasiado y tiendo a ser bastante soporífera, así que mejor me despido.
Repito que me ha gustado leer tu reflexión y los comentarios que se han hecho.
Un saludo.

Y
yuhao_8718622
10/4/03 a las 20:23
En respuesta a an0N_936876499z

No, me parece..
que nunca nos hemos "cruzado". Si no te he contestado ha sido o bien porque otros ya habían expresado lo que yo opinaba (no me gusta hacerme repetitiva), o porque la charla ya haya adquirido ciertos grados de confrontación, en tal caso prefiero mantenerme al margen.

La mayoria de las veces que no estoy de acuerdo contigo es sobre temas de infidelidades, yo no lo veo de la misma manera.

Sí, me ha convencido tu teoría sobre la salud mental. Aplicandomela un poco a mi persona (para no generalizar) podría decir que llegó un momento en el que dije "basta" y empecé el proceso del que te hablaba, te liberas de tabús y prejuicios (no tan rápido como se quiere), y realmente se vive de otra manera, a la vez que el aprendizaje lo trasladas a la vida cotidiana, y digamos que te haces más abierto de miras. El juzgar menos a nuestra propia persona te dá la salud mental de la que creo que hablas. Corrigeme si no lo he entendido.


Un beso

Prejuicios
Sí que has entendido mi punto de vista, aunque bueno, yo apuntaría alguna cosilla más, por matizar.
No es tanto el hecho de que juzgarnos con menos severidad en materia de sexo nos haga más sanos mentalmente, sino que la actitud que debemos mantener en el sexo es la del equilibrio entre la satisfacción de nuestros deseos y los de la otra persona.
Este equilibrio requiere ir descubriendo esos deseos y asumirlos como propios en la medida en que nos parecen tolerables, agradables, interesantes. Claro que hay un juicio, sobre nuestra conducta y sobre la de los demás; lo importante es que no se convierta en un "prejuicio".

Besos.

Otroquebusca@enfemenino.com

Y
yuhao_8718622
10/4/03 a las 23:18
En respuesta a huimin_6753762

Me ha gustado...
tu reflexión, no porque esté de acuerdo o no, aunque en líneas generales si lo estoy, pero me parece muy interesante para todos reflexionar un poco sobre ello.
Soy lo que se podría llamar una "lectora asidua" de este foro, aunque no participo mucho, en algunos casos porque hay cosas que me dejan atónita y no me gustaría contestar a nadie elevando el tono, ya que no tengo ningún derecho a ello, pero me conozco y sé que no podría responder de otra forma. En otros casos es simplemente porque quizás no tengo mucho que aportar, tal vez únicamente un punto de vista o simplemente mi experiencia.
Un tema que me solivianta bastante que a la vez me da mucha pena es la "incultura sexual" que se deja de manifiesto en muchos casos. Desde luego no me las doy de experta, porque no lo soy, pero me da pena la gente que se deja llevar por tabúes o creencias que son, en la mayoría de los casos y a mi modo de ver, irracionales. Quizá lo veo así porque yo he tenido una educación sexual bastante abierta y nunca se me han dicho cosas como "eso no se hace" o "eso es malo". Al igual también me da pena (muchísima) la gente que alegremente juzga el comportamiento de otra persona sin ponerse en su lugar, que tacha el comportamiento de otra persona de inadmisible o le considera poco menos que un enfermo mental. Por supuesto hay cosas que a mí no me gustan, pero pueden gustarles a los demás sin que ello implique que estén más "chiflados" que yo, ni muchísimo menos. Simplemente no me parece sano.
Coincido con lo que se comenta aquí, para mí es básico tener una cierta libertad para hacer y para decir, considero que los prejuicios y los tabúes se han de quedar a un lado de la cama junto con la ropa, si se quiere disfrutar plenamente del sexo, me parece simplemente maravilloso compartir algo así con tu pareja (ya sea una pareja estable o simplemente una pareja sexual ocasional); encuentro igual de estimulante dar placer a la otra persona, esforzarse en complacerle, que recibir ese mismo placer y que se esfuercen en conocer nuestros gustos, por eso considero que todo tipo de prejuicios están de más, porque todo lo que suceda entre dos o más personas estando todas ellas de acuerdo, me parece estupendo.
No sé si habré malinterpretado parte de tu reflexión, me explico, cuando hablas de que no te parece recomendable hablar con franqueza a tu pareja sobre gustos o apetencias sexuales, no puedo estar de acuerdo, salvo quizás algunas excepciones. Me parece que la comunicación es básica en todos los aspectos de la pareja, incluido por supuesto el sexo. Obviamente no me refiero a decir por ejemplo: oye, mira, me apetece muchísimo hacer un trío, así que ya sabes. Pero ir conociendo a la otra persona, explorar juntos el camino del placer... me parece precioso y muy sano.
Bueno, creo que me estoy extendiendo demasiado y tiendo a ser bastante soporífera, así que mejor me despido.
Repito que me ha gustado leer tu reflexión y los comentarios que se han hecho.
Un saludo.

Trataré de precisar
Quizá no he sido todo lo claro que pretendía al hablar de la franqueza en cuanto a nuestras apetencias sexuales. Trataré de hacerlo ahora:

La franqueza que podemos emplear para cualquier otro asunto en el que el "descubrimiento" de los deseos no forma parte del "juego", digamos, es un recurso que en las relaciones sexuales desactiva justamente este objetivo. Indudablemente, que se puede hablar de sexo con franqueza, sobre todo si hay problemas. Pero si lo que se pretende es degustar la sensación de ir investigando hasta qué punto nuestra pareja está por la labor de someterse a nuestros deseos, o nosotros de satisfacer los suyos, entonces no podemos actuar tan abierta y directamente.

Pero sobre todo lo que yo trataba era de poner en entredicho esa actitud tan extendida de aconsejar la "franqueza" para solventar esta clase de cuestiones como recurso óptimo e infalible. Yo no la descarto; sólo pongo en duda su efectividad en la medida, ya digo, en que no me permite poner en juego mi imaginación. Es más, estoy convencido de que aquellas personas que dicen: "habla con él abiertamente, y plantéale que te apetece montar un trío con una amiga común", en realidad, si alguna vez hicieron algo igual, fue porque antes de llegar a ese punto habían venido recibiendo señales por parte de sus parejas, o ellas las habían estado emitiendo, en el sentido de que esa es una práctica que les apetecía.

Yo ponía el ejemplo del sexo anal, y tú te has referido a lo de los tríos. Pero tampoco hay que remitirse a lo menos usual, o a lo que requiere ya de una confianza bastante notable en el seno de la pareja. Basta con que cualquiera de nosotros recuerde cómo llegó a dar el primer beso. Estoy seguro de que en la mayoría de los casos hubo dudas, no sólo acerca de cómo hacerlo, sino de en qué momento hacerlo, si la otra persona estaría deseando lo mismo que uno, si le gustaría que durase o no durase, si le agradaría el sabor de su boca. Y sin duda que antes de darlo hubo aparentemente inocentes tentativas de aproximación, insinuaciones que no sólo eran verbales, con el objeto de hacer acopio del suficiente arrojo, de la suficiente seguridad, como para apostar porque eso mismo que nosotros deseábamos hacer lo estaba también deseando la otra persona. ¿Te imaginas saltarse todo esto y plantear así, de entrada, a las primeras de cambio: "oye, quiero besarte, avísame cuando tú quieras que te bese". Ya te digo, igual se consigue así besar y que te besen, pero está claro que no se están teniendo las mismas sensaciones que siguiendo, digamos, el camino de la sutileza.

Espero haber sido ahora un poco más concreto. Y gracias por tu valoración.

Un saludo.

Otroquebusca@enfemenino.com

A
an0N_936876499z
11/4/03 a las 8:33
En respuesta a yuhao_8718622

Prejuicios
Sí que has entendido mi punto de vista, aunque bueno, yo apuntaría alguna cosilla más, por matizar.
No es tanto el hecho de que juzgarnos con menos severidad en materia de sexo nos haga más sanos mentalmente, sino que la actitud que debemos mantener en el sexo es la del equilibrio entre la satisfacción de nuestros deseos y los de la otra persona.
Este equilibrio requiere ir descubriendo esos deseos y asumirlos como propios en la medida en que nos parecen tolerables, agradables, interesantes. Claro que hay un juicio, sobre nuestra conducta y sobre la de los demás; lo importante es que no se convierta en un "prejuicio".

Besos.

Otroquebusca@enfemenino.com


Eso tambien lo había entendido, lo que pasa es que lo he dado más por hecho. Ya sabes que aveces nos regimos por nuestras propias experiencias y como en ese sentido no he tenido ninguna negativa...

Pero tienes razón, cuando existe esa complicidad y ese equilibrio del que hablas, las fantasias de tu pareja llegan a ser las tuyas propias, y a la inversa. Y no se trata de "renunciar" a nuestros deseos en pos del otro, sino que por algo inexplicable (?) los deseos del otro llegan a ser de uno mismo, y viceversa.

Un ej. (muy ligh) Yo cuando empecé a practicarle el sexo oral a mi pareja lo hacía más por su satisfacción que por la mia, pero llega un momento en que no lo haces por su satisfacción, sino por la tuya propia, y el acto ya no es para el otro, sino para uno mismo, llega como una compenetración en la que dar te excita tanto como recibir.

En fín que el tema de lo prejuicios me tocaba más de cerca, y a mí personalmente, me ha traido muchos quebraderos de cabeza, es por eso que me centré más en ello en mi respuesta.


Más besos

H
huimin_6753762
11/4/03 a las 18:19
En respuesta a yuhao_8718622

Trataré de precisar
Quizá no he sido todo lo claro que pretendía al hablar de la franqueza en cuanto a nuestras apetencias sexuales. Trataré de hacerlo ahora:

La franqueza que podemos emplear para cualquier otro asunto en el que el "descubrimiento" de los deseos no forma parte del "juego", digamos, es un recurso que en las relaciones sexuales desactiva justamente este objetivo. Indudablemente, que se puede hablar de sexo con franqueza, sobre todo si hay problemas. Pero si lo que se pretende es degustar la sensación de ir investigando hasta qué punto nuestra pareja está por la labor de someterse a nuestros deseos, o nosotros de satisfacer los suyos, entonces no podemos actuar tan abierta y directamente.

Pero sobre todo lo que yo trataba era de poner en entredicho esa actitud tan extendida de aconsejar la "franqueza" para solventar esta clase de cuestiones como recurso óptimo e infalible. Yo no la descarto; sólo pongo en duda su efectividad en la medida, ya digo, en que no me permite poner en juego mi imaginación. Es más, estoy convencido de que aquellas personas que dicen: "habla con él abiertamente, y plantéale que te apetece montar un trío con una amiga común", en realidad, si alguna vez hicieron algo igual, fue porque antes de llegar a ese punto habían venido recibiendo señales por parte de sus parejas, o ellas las habían estado emitiendo, en el sentido de que esa es una práctica que les apetecía.

Yo ponía el ejemplo del sexo anal, y tú te has referido a lo de los tríos. Pero tampoco hay que remitirse a lo menos usual, o a lo que requiere ya de una confianza bastante notable en el seno de la pareja. Basta con que cualquiera de nosotros recuerde cómo llegó a dar el primer beso. Estoy seguro de que en la mayoría de los casos hubo dudas, no sólo acerca de cómo hacerlo, sino de en qué momento hacerlo, si la otra persona estaría deseando lo mismo que uno, si le gustaría que durase o no durase, si le agradaría el sabor de su boca. Y sin duda que antes de darlo hubo aparentemente inocentes tentativas de aproximación, insinuaciones que no sólo eran verbales, con el objeto de hacer acopio del suficiente arrojo, de la suficiente seguridad, como para apostar porque eso mismo que nosotros deseábamos hacer lo estaba también deseando la otra persona. ¿Te imaginas saltarse todo esto y plantear así, de entrada, a las primeras de cambio: "oye, quiero besarte, avísame cuando tú quieras que te bese". Ya te digo, igual se consigue así besar y que te besen, pero está claro que no se están teniendo las mismas sensaciones que siguiendo, digamos, el camino de la sutileza.

Espero haber sido ahora un poco más concreto. Y gracias por tu valoración.

Un saludo.

Otroquebusca@enfemenino.com

Anteanoche...
escribí un comentario larguíiisimo, pero hubo un error en la página y no conseguí insertarlo, así que os habéis librado, que tiendo a enrrollarme (y enredarme) y acabo perdiéndome entre mis propias palabras.
Básicamente te comentaba que había malinterpretado lo que habías dicho sobre hablar con franqueza con tu pareja en materia de sexo. En realidad nuestros puntos de vista no están alejados, porque "comentar la jugada" le quita su espontaneidad y eso es algo que valoro mucho en una relación.
Y como ya no me acuerdo del resto del rollo macabeo que os soltaba por aquí, os libráis, pero sólo por esta vez
Un beso.

A
an0N_936876499z
14/4/03 a las 8:26

Hola zoe
No había visto el mensaje.

Yo con la frase en sí, tampoco estoy de acuerdo, pero entendí, creo, el sentido que le queria dar Otroquebusca.


Si no me equivoco creo que se lo explica a otra forera en el mensaje que titula "tratare de precisar más".

Désde mi punto de vista, no es que no se pueda hablar de sexo con franqueza, es que DEBEMOS (por lo menos con nuestras parejas) hablar de sexo con franqueza.


Saludos y besos

ISDIN Si-Nails

ISDIN Si-Nails

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