Tal y como reza en el título, soy un hombre dudoso, aunque en ningún caso muestre exteriormente lo que hay en mi interior, sin embargo la imagen que doy es la contraria, aparento seguridad y tener las ideas claras.
Hace un par de años, un buen amigo mío, de un día para otro, pasó a luchar por su vida, acompañarle en el hospital, me hizo recapacitar, ponerme en su lugar pensando en si me ocurriese a mí algo similar con un desenlace fatal. ¿Qué echaría de menos haber vivido?
Me di cuenta que tenía un vacío, algo que me faltaba por vivir, no me sentía pleno, porque mi vida sentimental y sexual era una auténtica porquería. Me casé por amor, pero al ser tan joven, la ignorancia y la inexperiencia no me permitían ver que me faltaba algo, mi mujer desde siempre ha sido tremendamente austera en demostraciones de afecto, y hasta ahora, muy poco interesada en el sexo. Siempre he pensado que era por mi culpa, por no saber hacer nacer el deseo en ella. Durante años lo intenté, busqué la forma, la manera ideal, no de tener sexo, que lo conseguía en escasas ocasiones, sino de crear en ella el deseo imprescindible para tener sexo de una forma satisfactoria, no por cumplir, sino por el placer de sentirlo. Terminé frustrado, fue un fracaso que duró muchos años. Finalmente desistí, ya no me acercaba a ella, ya no buscaba, ya el que no quería era yo y ella no hacía nada, no reaccionaba. En mi interior nació el resentimiento, ella era la única que tenía la llave de mi sexualidad y estaba oxidada de no usarla.
Cuando las circunstancias de mi amigo me hicieron pensar, decidí vivir de forma clandestina lo que me había sido negado. En el resto de aspectos mi matrimonio es perfecto, tengo un solo motivo para romperlo y no lo creo suficiente. De ahí que no pensase en pasar página y decidiese vivir algo fuera de casa. Alguien podría pensar que no he hablado de esto con ella, pues se equivocaría, sí lo hemos hablado, pero es el camino que no lleva a ninguna parte.
Comencé a buscar de una forma torpe, no sabía lo que quería, ni como exponerlo, he podido comprobar que las mujeres rara vez aceptan que un hombre las hable de primeras como lo haría con otro hombre, después sí, tras un tiempo, lo aprecian y lo valoran, pero de primeras no. Ahora ya no tengo ese problema, sé cómo hablar a una mujer.
Poco a poco, fui conquistando ese terreno desconocido que era para mí la infidelidad, aprendí a mentir a mi esposa, aunque en el fondo creo que lo intuye, puede que se haga la tonta. Con todo, tampoco me he llegado a sentir bien, pleno, imagino que porque realmente no busco sexo, sino despertar deseo, alimenta mi alma mucho más, sentirme deseado que tener un desahogo insensible.
Después de entender que encontrar sexo no es nada complicado, me surgió la gran duda, el sexo en sí mismo no aporta nada, no es nada sin sentimientos y los sentimientos causan problemas, dependencia, dolor, culpabilidad e impotencia por no poder ofrecer apenas nada. He sabido lo qué es sexo de calidad, pero para ello he tenido sentir algo por alguien. Todo esto me ha llevado a descubrir que sentirte deseado tampoco sirve, alimenta el ego, pero poco más. ¿Por qué el ser humano complica tanto las cosas?
Ahora mi mujer quiere acercarse a mí, pero yo ya no quiero, supongo que el resentimiento me produce rechazo, no puedo evitar recordar con dolor sus anteriores desplantes durante años. Me siento un poco perdido, sé que he cambiado mucho y no estoy seguro de que el cambio sea para mejor.
Esta misma reflexión quizá responda a todas las dudas que tengo, pero agradeceré vuestros comentarios.
