Nació una mañana de mayo.
Tras haber estado resguardada del mundo, dormida durante días, una mañana de mayo se atrevió a salir.
Se abrió a la luz del sol, perezosa, aún dormida, soñadora. Aquella mañana, la rosa nació.
Era una hermosa mañana de mayo. El sol, estaba en lo alto brindándole calor, haciéndola por minutos más hermosa. Las nubes danzaban en el cielo creando un hermoso mosaico blancoazulado.
La rosita miraba atónita la belleza de lo que le rodeaba, escuchando los sonidos dulces a su alrededor, inhalando la suave fragancia del campo, observando atentamente con sus ojitos bien abiertos aquel nuevo mundo en el que acababa de despertar.
Aquella mañana de mayo, los seres del campo se acercaron a verla. Era una rosa fuera de lo común. Sus pétalos, a diferencia de los de las demás rosas, eran de un color azul intenso, lo cual le confería un aspecto único. Sus hojas eran de un tono verde brillante, fuertes, firmes, con una hermosa forma entre ovalada y puntiaguda. Su oscuro tallo verde la alzaba imponente, erguida en lo más alto del rosal.
La rosita de mayo nació pues, arropada, sintiendo la admiración y el respeto de quienes la rodeaban.
Pero aquella hermosa mañana de mayo algo llamó su atención. Las golondrinas volaban alegres, emitiendo unos bellos sonidos que a la rosita se le antojaron música. Iban y venían describiendo círculos en el aire, con sus pequeñas alitas desafiando el viento. Se posaban en el suelo y, durante unos segundos, parecían bailar hasta que se lanzaban de nuevo al horizonte para regresar minutos después.
Observó todo aquello con ojitos perplejos. Y la rosita, recién despierta a la vida, sonrió.
Aquella mañana de mayo, la rosa quiso ser golondrina. Intentó echar a volar, mover sus pequeños pétalos y no lo consiguió. Triste y a la vez furiosa volvió a intentarlo, pero aquello era inútil. Su firme y oscuro tallo verde estaba plantado en la tierra, profundo, fijo. Y la rosita de mayo lloró.
Ella quería volar, hablar con las nubes, acercarse al sol para recibir más calor. Subir a lo alto de los árboles a mirar el horizonte y maravillarse con todo lo que aquel nuevo mundo parecía ofrecerle.
Aquella mañana de mayo, la rosita inquieta deseó con todas sus fuerzas ser libre, sin darse cuenta de que la libertad estaba en su interior. Deseó ser golondrina y alejarse volando de aquella vida que se le antojaba monótona y sin alicientes.
Y la rosita de mayo, aquella misma mañana en que nació a la vida, comenzó a morir.
Poco a poco, sus pétalos color azul intenso, se tornaron pálidos, perdiendo todo el brillo que la caracterizaba. Su porte erguido y orgulloso ya no era tal, y se alzaba agachada, escondida, cerrando fuerte los ojitos para no ver más aquel mundo que se le negaba, que ella creía que le estaba negado.
La rosita azul de mayo, triste, cabizbaja, se encerró en si misma, poniendo sus pétalos ya azul pálido a modo de escudo, cerrándolos lo más que podía para no recibir más la alegre luz del sol.
Y esa misma mañana de mayo, la rosita azulada lloró desconsolada por aquel destino imposible.
Lloró marchita, hasta que sus lágrimas le impidieron ver, una vez más, aquel nuevo y hermoso mundo. Lloró preguntándose por qué ella era rosa y no golondrina, sin poder comprender aún, sin poder concebir siquiera el precioso regalo que le había sido dado. El regalo de la vida.
Pasaron varias mañanas antes de que la rosita azulada volviera a abrir sus ojitos a la luz del sol.
Como si acabara de nacer, se desperezó, y cansada de llorar, miró a lo alto. El sol seguía brillando, notaba su calor en los pétalos marchitos. Las nubes volvían a bailar en una danza improvisada, empujadas por el viento.
Una vez más, la rosita de mayo se maravilló ante la belleza del mundo. Descubrió lo maravilloso que era observar segura desde su rosal las cosas hermosas que se le ofrecían. Descubrió que podía hablar con las mariposas y las abejas, las cuales se le acercaban alegres. Miró a su alrededor y, por primera vez, se alegró de ser rosa.
Y aquella nueva mañana de mayo la rosita valiente respiró tranquila, y sonriendo, pensó para sí en lo hermoso que era estar viva en un mundo como el suyo.
Besitos a todos/as!!!!