Erase una vez en un lugar cuyo nombre no me acuerdo, había una dulce niña muy FEMENINA que estaba comiendo junto al río. De repente muy sigiloso y sin hacer ruido, se acercó por detrás un LOBOMALO, y entonces la dulce niña se asustó y cayó toda su comida al suelo. Pero entonces en ese momento apareció de la nada SERE JONES, una chica que sabía jugar muy bien con el látigo. Cuando el lobo la vio con eso en la mano huyó con el rabo entre las piernas, de lo cual se alegró mucho la niña. En medio del silencio que se hizo, se oía a lo lejos a alguien silbandoque se acercaba. Era MARCO, un muchacho aragonés, cargado con un zurrón lleno de embutidos de su tierra. Al ver que la niña se quedó sin nada que llevarse a la boca, le ofreció el magnífico chorizo que llevaba encima. La niña se lo agarró y se lo llevó a la boca. Lo encontró muy bueno. Marco se sentó ya que le dolía la espalda de llevar tanto peso durante todo el día. Entonces Sere se ofreció para darle un masaje en la zona, pero en ese preciso momento, otra chica que iba por el camino, al ver que podía ser útil se acercó. Era DJINS, masajista y experta en curaciones y en aliviar a las personas. Y en pocos minutos solucionó el problema. Ya relajado, observó a una niña sonriente que le miraba, y a quien por ese motivo apodó SONRISAS. Se quedó tan maravillado de la misma que no dudó en pedirle una foto.
Mientras estaban todos sentados sobre la maleza del bosque, allá a lo lejos se divisaba algo que brillaba. Se levantaron todos y se acercaron para ver que era. Era un cofre de oro, y rápidamente pensaron que en su interior habría un TESORO. Se preguntaron cuál sería su valor, que habría escondido dentro de ese cofre. Pero cuando se dispusieron a abrirlo apareció la mujer que velaba por él, encargada de guardarlo de cualquier mano ajena. Era DEBORAHOMBRES, capaz de deborar a cualquiera que se interpusiera entre el cofre y ella. Por su experiencia, sabía que normalmente eran hombres los que más se interesaban por el tesoro, así que era a Marco a quien más vigilaba.
En estas que de repente una luz brillante apareció en el cielo, y se acercaba cada vez más a la posición donde se encontraban todos. Cuando estuvo suficientemente cerca vieron que era un platillo volante, el cual lentamente descendió hasta tocar suelo. De él apareció un TEGUICOLA con forma extraordinariamente humana. Las cuatro mujeres presentes se giraron hacia él, ya que una aureola luminosa lo envolvía.
Mientras todos estaban mirando al alienígena, un genio con forma de mujer salió del cofre. Debora se percató de ello y boquiabierta se la quedó mirando. Bautizó a la chica con el nombre de Tesoro, era lo más adecuado. Se quedaron hablando y de pronto apareció una chica que tenía mucha curiosidad por ese tesoro. Parecía como si ya lo conociera. Era PAOLACURIOSA dijo, dispuesta siempre a colaborar en lo que fuera necesario. Era tan amable, tan sonriente, tan dicharachera,... casi TANDIcharachera como una chica que, escondida tras un árbol, observó todo lo que ocurrió desde un principio, y finalmente optó por salir de su escondite y unirse al grupo que allí se estaba formando.
Pero aún se unió alguien más a él. Una pareja que estaba pasando el día en el campo, también fue atraída hasta allí por el brillo del cofre y del platillo volante. Era un chico sevillano llamado CHIKISEV y su compañera MAMEN. Ellos habían oído hablar de ese tesoro, y sabían que dentro de él había escondido el zapato que en su día perdió CENICIENTA. Eso mismo también resultó saberlo Tandi, enterada del secreto.
Su guardián Debora no lo supo nunca, pero ahora ya tuvo la tentación de abrir de una vez por todas el cofre. Mientras estaba pensando si decidirse por abrirlo o no, Teguícola alzó el dedo y señalando al cofre dijo mi tesoro. Ahora se comenzaba a producir una confusión, ya nadie sabía de quien podía ser la propiedad del mismo. Hasta que llegó ATI, la chica que se encargaría de decidir quien lo abriría. Comenzó diciendo: a ti no t toca, a ti tampoco, y a ti tampoco. A ti sí. De ahí su nombre de ati pensé.
Finalmente, no voy a decir quien abrió el cofre, pero el zapato era muy valioso, y se llevó a tasar a una casa de tasación. Lo que nos fue dado por él fue guardado en nuevo cofre pero para ser gastado en una monumental fiesta entre todos los componentes del grupo que se formó. Incluso el lobo que huyó regresó y fue aceptado entre ellos ya que tenía cara de bueno y no clavaba las zarpas, de ello ya se encargaba Sere con su látigo.
Así que alquilaron una carroza imitación a la de cenicienta, pero con su interior totalmente lujoso, con sofás acondicionados, abanicos automáticos en el techo, cócteles para servirse, etc.
Todo ello acabó en orgía en una mansión, donde todos los componentes participaron, incluido FELLINI, ese personaje que lo observó todo desde la distancia y por ello lo pudo plasmar en este cuento.
Y colorín colorado, la orgía aún no ha acabado
