Soy comercial de publicidad y debido a ello me desplazo bastante. Tan pronto estoy en Valladolid, como en cualquier otro punto de España (generalmente en Madrid). Somos bastantes compañeros en la empresa (dentro de mi equipo somos 5 en total) y nos solemos desplazar por equipos teniendo que dormir fuera de casa en muchas ocasiones. Generalmente vamos de hotel (sencillitos, no creas que 5 estrellas ni mucho menos) corriendo los gastos, sin pasarse, a cargo de la empresa.
Como nos desplazamos muchísimas veces a Madrid y casi siempre nos quedamos allí a dormir, esto supone un desembolso bastane importante para la empresa al cabo del año por lo que han hecho una restructuración de presupuestos para alojamientos y la empresa ha convenido alquilar o comprar un piso en Madrid ya que, a la larga, han estimado que les va a salir más barato que pagarnos el hotel cada vez que vayamos.
¿Adivinas a quién le encomendaron la misión de buscar y visitar pisos? Acertasté, un servidor, se lo podían encargar a alguien que conociese mejor la ciudad, pero no se les debió pasar por la cabeza esa brillante idea.
Soy bastane decidido asíque no discutí con la responsable del departamento que me lo encargó. Me metí en Internet a buscar inmobiliarias y contacté con varias para desplazarme a Madrid y poder visitar unos cuantos pisos...
Al día siguiente, a las 9.00 ya estaba en Plaza Castilla, ¡vaya barullo de gente y tráfico! Como había quedado allí con el de la inmobiliaria y esperaba a un chico de unos treintaytantos todo trajeado, me encendí un Marlboro y me puse a contemplar la gente pasar. A lo lejos ví a una chica morena, de pelo largo y liso, bronceada (seguro que volvía de vacaciones) con una figura muy bonita y con un paso elegante. Llevaba un vestido veraniego blanco con dibujos de hojas verdes y un portafolios rojo de la mano. No pude evitar quedarme mirando descaradamente como se iba aproximando...
Al llegar a donde estaba yo, se para frente a mi y yo, un poco avergonzado, aparté la vista como si estuviera mirando al vacio. De repente me dice: "¿Estas esperando para ver unos pisos?" Me quedé un poco cortado pero enseguida asentí. "Hola, soy María, de la inmobiliaria". Nos presentamos y nos dimos la mano como saludo (¿No hubiera sido más cortés un par de besos?, pensé). Y empezamos la ruta....
Vimos tres pisos en venta "casi en ruinas" y hablamos de forma profesional, que si tiene mucha luz, que es muy espacioso, que tiene muchas posibilidades... lo típico en estos casos, pero ninguno me convencía. Finalmente llegamos al último piso. Este era en alquiler.
Era una segunda planta sin ascensor, muy amplio, con cuatro dormitorios y 2 baños. La verdad es que estaba impecable... Como era la última visita, ella sacó del portafolios unas hojas que yo debía firmar para confirmar que habíamos estado allí. Mientras sacaba las hojas, una de ellas se le deslizó entre los dedos cayendo al suelo.
Ella, perfectamente educada, me dijo: "Disculpa" y se agachó doblando las rodillas para recogerla. Súbitamente perdió el equilibrio y alargó el brazo derecho para encontrar apoyo y no caerse. De pronto noté una mano en mi muslo, casi en la entrepierna. Miré hacia abajo y ví a María con la mirada un poco avergonzada y a la vez lasciva. "Perdona, no era mi intención, perdona, perdona". "No pasa nada, María, no le des importancia. Ha sido un accidente" le dije tranquilamente.
La noté ruborizada y me dijo que la aguardase, que necesitaba ir al baño. La verdad es que aunque no tengo un miembro demasiado grande en lo que se refiere a la longitud, si lo tengo bastante grueso y parece ser que a las mujeres tal grosor os fascina.
He de reconocer que estaba un poco excitado porque, todo hay que decirlo, María no tenía desperdicio... y durante toda la mañana había estado fantaseando en mi mente con ella.
Me preocupé un poco al ver que estaba tardando bastante en el baño, iluso de mi, pensé que se encontraba indispuesta o que se había mareado y me acerqué a la puerta del baño. Al acercarme a la puerta escuché un gemido semiahogado, toque en la puerta con los nudillos "¿Te encuentras bien?". Ella contestó casi murmurando "Si, enseguida termino..." a lo que añadió"...pero si prefieres entrar...".
Reconozco que esto me puso a mil y, ni corto ni perezoso, abrí la puerta lentamente...
Junto a la bañera había una pequeña repisa a modo de asiento con espacio suficiente para reclinarse y relajarse.... Allí estaba María, reclinada hacia atrás, con las piernas flexionadas apoyando los pies sobre la bañera... La falda del vestido un poco recogida hacia arriba, uno de los tirantes del vestido caido por el brazo dejando ver un pecho de tamaño más bien normal, redondo, bronceado, con un pezón pequeño e irresistible.... Estabá bastante acalorada, acariciándose el pecho con una mano, mientras que con la otra mano ladeaba ligeramente su tanga negro para acariciar su sexo depilado, con una pequeña linea de pelo, lo que lo hacía muy apetecible...
"Al palpar tu miembro no he podido contener las ganas de masturbarme inmediatamente, deseándo sentirlo dentro de mi"
Sin mediar palabra me acerqué a ella y, cogiéndola suavemente por el cuello, la besé apasionado y lascivo....
CONTINUARÁ