Hace casi dos años escribí en este foro mi caso, muy reciente en ese momento. Mi mujer me confesó su infidelidad con un compañero de oficina. Una relación de largo tiempo iniciada y terminada sin que yo me diera cuenta.
El golpe fué durísimo, ya que mi confianza en ella era absoluta, y mi amor también.
No le doy a nadie esos momentos, viví el infierno acá en la tierra.
Sin embargo mi mujer estuvo a mi lado sufriendo conmigo. La odié, la desprecié, la insulté... y ella seguía a mi lado. Quise vengarme relacionandome con otra mujer, pero al final sólo me quedó el gusto amargo del despecho y la rabia de no poder cambiar nada.
Ella corrió el riesgo de perderlo todo al confesarmelo todo. No era necesario , yo ni lo habría sospechado, pero ella no podía vivir con esa mentira y, al darse cuentas de que era a mí a quien amaba se la jugó por mí.
Hubo muchas personas en ese momento que me aconsejaron partir y dejarlo todo, pero también hubo otras voces que me decían lo contrario. Al final decidí quedarme y luchar, ya que mi amor por ella era y es muy grande y al final entendí que hice muchas cosas que incidieron en su decisión.
Hoy , al cabo de un largo tiempo puedo decir que estoy en paz. Hay un dicho que dice algo así..."lo que no te mata, te hace fuerte"...
Creo que he crecido como hombre, hoy puedo mirar hacia atrás y entender que nada es casualidad, las cosas no le pasan a uno, son generadas por nosotros mismos.
Ella tambien ha crecido, sé que entiende que la responsabilidad como mujer, esposa y madre pasa por ser honesta con ella misma y no creer en espejismos.
Hoy puedo decir que al fin tengo una MUJER conmigo, la de ayer fué una chiquilla caprichosa que se negaba a dejar de ser una niña.
Nuestra relacion se ha hecho fuerte y completa, hoy corro a casa para llegar a ella, no invento trabajo para llegar tarde, mis amigos pueden esperar, mi prioridad es ser feliz , y la felicidad la tengo en mi hogar.
Quise compartir mi vivencia con ustedes, sé que hay personas que están sufriendo la ruptura de su pareja.
No voy a dar consejos ni recetas, sólo puedo decir que de repente es bueno mirarse hacia adentro y preguntarse que agradable estamos siendo hacia los demás, si vale la pena que nos soporten y quieran sin que hagamos mucho esfuerzo nosotros.
Aprendí que habiendo aún motivos para jugarsela es preciso hacerlo, si ya no queda nada, pues es mejor dejar que l mundo siga su curso y buscar nuevos rumbos.
Gracias por compartir conmigo este momento.
Manuel