Hola chicas. Necesito un consejo.
Mi pareja y yo estamos juntos desde hace 10 años. Todo bien hasta que hace 3 años él empezó a decirme que necesitaba tener otras relaciones, ya saben, el cuento de la catedral y las capillitas. Por supuesto a mi me dolio mucho que me dijera eso porque yo ni soñando hubiera pensado en tener mis capillitas. Sin embargo, él dijo que no cambiaría. Terminé aceptando que yo lo amaba mucho y que realmente no me importaba si estaba con otras. Todo ese tiempo él hablaba de las ventajas que eso traería al matrimonio, que todos los hombres lo hacían, etc, etc, etc. Después empezó a agregra que no le importaba si yo hiciera lo mismo porque una persona sola no puede dar todo lo que necesita su pareja. Vino una temporada larga en que lo veía muy poco, todo el tiempo estaba trabajando y saliendo con gente. Ya no quería salir conmigo, aunque me traía regalos todo el tiempo. No tenía tiempo para mi. Me empecé a saturar de trabajo por su causa y realmente descansaba muy poco.
Un compañero de mi trabajo me empezó a cortejar. Sentí lindo que alguien se fijara en mi. Hicimos amistad pero un día que estábamos solos me pidió sexo. Les juro que yo no buscaba eso. Debí echarlo y no volverlo a ver. Pero me insitió tanto y sólo sació su asqueroso vicio fingiendo amor. En ese momento sentí que perdí algo inmaterial, me sentí terrible conmigo misma y hacia mi novio. Tenía mucha verguenza como para decirselo a alguien y entonces le llamé al amigo para desaogarme. Pero no funcionó, porque solo pidio vernos otra ves en secreto para volverlo a hacer. Cada vez fui sintiendome más basura porque no podía hacerle entender que yo no quería hacer eso. Y mi novio hablaba todo el tiempo de lo bueno que sería si él tuviera otras chicas. Quise creer que era cierto, pero lo único que encontraba en la otra relación era cada vez menos comprensión, así que me empecé a alejar y a evadirlo porque me chantajeaba mucho. Finalmente pude cortarlo y me sentí realmente bien. Le confesé a mi novio lo que había pasado y se puso realmente furioso. Dijo que todo lo de las capillitas era para hacerlo él y no yo. Me golpeó muchas veces, me gritó tantas cosas, me acosó con preguntas terribles, me amenazó con decirle a mis compañeros, a mi familia, a su familia. Han pasado meses y todavía me golpea. Pero los golpes ya no duelen. Lo que duelen son las palabras, las actitudes. He estado a punto de irme de casa, de suicidarme porque él me pregunta tantas cosas que no tengo respuesta. Me tiene acorralada. He perdido a mis amigas porque no tengo ganas de hablar con nadie mi familia también se alejó. ¿Qué hago chicas? Ya no puedo ponerme más de tapete. Él no quiere ir a terapias y dice que debo pagar por lo que hice. Pero ¿cuánto tiempo más?
