Eso le preguntó Voltaire a su rey.
- "mi querido Voltaire, éso es un disparate, jajaja, eso me lo tendrás que demostrar!" contestó el rey.
El otro ni se inmutó e hicieron una apuesta.
Aquella noche cuándo estaban cenando se levantó el rey un momento, momento que aprovechó Voltaire, para darle un buen cachetazo donde la espalda pierde su nombre...
El rey se volvió rojo de furia y entonces le dijo el otro: " perdón majestad! Le confundí con su majestad la reina..."
Ganó la apuesta.
Otro día iban a dar un paseo en barca,
al poner el pie dentro, la barca se balanceó y Voltaire saltó a tierra, negándose a subir.
"Mucho miedo le tenéis amigo a la muerte!" Se mofó el rey.
A lo cuál contestó el otro: "Pués si majestad: Reyes hay muchos, pero Voltaire sólo uno!"
Otra anécdota, ésta vez de Hemingway.
En una de las visitas que le hizo el doctor, le prohibió terminantemente el whisky.
El otro rogó, pero el médico se mantuvo firme: " ni una gota!"
Una semana mas tarde, volvió a visitar al enfermo, el cuál afirmaba, que no habia tomado ni una gota de whisky.
"entonces, ni una gota? eso es magnífico, tiene mucha fuerza de voluntad, amigo!"
A lo cuál contestó Hemingway:
" Verá al principio me costó bastante, pero ahora me gusta la ginebra un poco más...."
Besos.