Sucedió ayer tarde. Mi padre estaba explicando que el coche es de su propiedad y le dije para averiguar su reacción: ¿y yo?. Dijo: También.
En ese momento me fui hacia él, con los ojos enrabietados, con cólera, con lágrimas en los ojos que apenas me dejaban ver, en el fondo era pánico lo que surgió de mí; no quiero tener nunca más un dueño. Me acerqué (mi madre estaba presente en toda la escena) y le di un manotazo en la espalda, sino bien con toda mi (poca)fuerza, sí con bastantes ganas.
Después me dicen que malinterpreto que como soy SU hija, soy suya; y bla, bla, bla. Pero por esa regla de tres: también puedo ser la ex de "x"; la vecina de "y", la compañera de trabajo de "z", y la mujer de "t" que también es posible que me indique: "eres mía".
Sé que me pasé; la violencia no tiene (casi) nunca justificación.
¿Es realmente preocupante mi reacción? ¿Es lógico que tenga tanto miedo a que alguien intente volver a ser mi dueño? Mi miedo a ser controlada es realmente desproporcionado...
Gracias.