Yo trabajaba en una empresa y al cabo de unos meses entro él. Tal y como me habían comunicado era un gran profesional y sería mi nuevo compañero. Estaba nerviosa por conocer aquel hombre que todo el mundo indicaba que era un gran profesional.
Así fue, eran tan buen profesional como persona. Un hombre con un carácter muy especial, que no le importaba resolver todas aquellas dudas que teníamos. Yo a su lado aprendí muchísimo.
Empezamos una relación muy buena como compañeros, que al poco tiempo se convirtió en amigos.
Yo creí que era eso, cual fué mi sorpresa que llegó las vacaciones de verano y estuve sin poder hablar con él más de un mes. Cuando volví pregunte en la empresa que día regresaba. Tenía tantas ganas de verlo. Aquello me hizo mucho que pensar en mis sentimientos.
Aquellos sentimientos que yo ya no tenía por mi pareja.
Todo trascurrió con normalidad, cada vez teníamos más complicidad, nuestras bromas muchas veces iban más allá.
En una cena de empresa, los dos nos quedamos solos y paso lo que tenía que pasar.
Por mi parte hacia muchísimo tiempo que no sentía en un beso todo aquello que sentí.
Como dos personas adultas queríamos más, pero mi cabeza no me dejaba. Por la manea que me han educado, sabía que eso estaba mal hecho. Los dos casados y con hijos.
Pero los dos deseábamos ese momento.
Aquel día fue unos de los días más importantes de mi vida. Me sentí viva, mujer, feliz, eso fue el principio.
Lo que parecía algo divertido se convirtió en un grabe problema.
Los dos estábamos muy bien juntos. Al principio no hay que negar nada era pura atracción, pero conforme fueron pasando los meses, se convirtió en una locura.
Además de nuestro problema de no poder estar juntos, empezaron los problemas en el trabajo, se enteraron de nuestra relación y empezaron a presionar.
Ya no podíamos hablar, eran mil ojos los que miraban.
Nos dimos cuenta que estábamos hecho el uno para el otro, y que teníamos que seguir hacia delante aquello que empezó siendo atracción y acabo con dos personas que se quería muchísimo.
Ahora ya hace una año que vivimos juntos, es el año más maravilloso de mi vida, aunque hemos tenido tantos problemas. Ex-parejas heridas, hijos que se tenían que conocer, trabajo, familia...
Sólo quiero hacer una reflexión, por escuchar a mi corazón he sido despedida, criticada, humillada y otras muchas cosas.
Creo que todos tenemos derecho a la felicidad, aunque hay veces que esa felicidad hace daño a otras personas.
Aquellos que se encuentren en la misma situación, solo escuchas a vuestro corazón vale la pena.
