Qué mal...
Has pasado por todas las etapas en un instante.
- la duda que te presiona mentalmente... viene del miedo a perderlo. La distancia...
- la desconfianza directa... que te lleva a desesperarte y perderte el respeto a tí misma convirtiéndote en una entrometida... y perderle el respeto a la intimidad de él... porque, simplemente, no te atreviste a preguntarle, que tendría que ser lo primero que hicieras.
- la desagradable y dolorosa confirmación de tus sospechas... que, habiendo descubierto las cosas de aquella manera, te llevan a conclusiones definitivas que, en el fondo, no te quieres terminar de creer.
- el encuentro con la realidad ante tu marido, que lo niega todo siguiendo la regla número uno del infiel ("si te pillan, niégalo todo... niégalo todo hasta la muerte... jamás des tu brazo a torcer... miente, que algo queda").
- y ahora el desconcierto... porque tú no quieres perder lo que tenías... aunque la verdad es que ya no lo tienes y no quieres verlo.
La cuestión es: "no lo veías venir?" El tío se íba por un tiempo lejos, qué esperabas? Lo "normal" es que tenga necesidades y hay quienes ceden a ellas... o, aunque normalmente no lo hagan, de pronto se sientan bien con el calor que alguien CERCANO les de. Ese es el problema de las relaciones a distancia, que no se pueden satisfacer las necesidades inmediatas de la pareja ni por e-mail ni por teléfono. Un abrazo, un beso, una mirada... o una noche de sexo desenfrenado... Simplemente, no estás... y no te queda más que asumir que es probable que esas necesidades surjan. Creo que ya lo sabías y por eso te nació la desconfianza.
La realidad es la que es... las cosas se han dado así... Si sus negaciones son ciertas o no, en realidad, importa poco ahora. Lo que importa más es que tú te sientes defraudada, decepcionada, dolida y así no se puede estar. Si quieres intentar recuperar lo que tenías, entiende que es muy difícil, la confianza está rota. Toma mucho ganársela y apenas un instante perderla. Él la ha perdido.
No se trata de concedérsela a prueba o "darle otra oportunidad". Esas cosas son ficticias y difícilmente funcionan. Nadie tiene que dar o quitar oportunidades... Si él quiere recuperar la relación, se lo tendrá que currar con insistencia. Y tú, con toda naturalidad, decidirás qué camino tomar de acuerdo a lo que sientas en cada momento. Si quieres estar con él, perfecto. Si no quieres, lo dejas, con todo derecho.
Lo importante es que vuelvas a estar bien contigo misma, que recuperes el equilibrio emocional y te fortalezcas. Todos valemos mucho y vernos engañados hace, primero que nada, que nos sintamos tontos y maltratados... lo cual nos deja una pésima imagen de nosotros mismos. Eso nos debilita.
Tú has hecho tu parte correctamente excepto en una cosa... no escuchaste a tus alarmas interiores hasta que ya era tarde. De haber tenido claro que esto podía pasar (siempre puede pasar... a cualquiera le puede pasar), tal vez habrías montado la historia de otra manera... Aprende de esta experiencia, intenta dejar de mirar atrás y ponte en marcha, que hay mucho por vivir... y mucho por disfrutar...