No puedo teminar mi relacion ni dejar de ser infiel

Con mi novio siempre tuvimos una relación hermosa gobernada por el inmenso amor que sentíamos el uno por el otro y nuestras inmensas ganas de sacar nuestra familia adelante, literalmente luchamos desde que supimos que íbamos a ser padres a tras cuatro años de noviazgo, él con 20 y yo con 18 años , éramos un par de niños dispuestos a cargar con la responsabilidad con mucho entusiasmo, sin embargo para mí nunca estuvo en mi mente dejar mis estudios de traducción en alemán recién comenzados, pero al pasar un año y ya con el bebe, la lejanía se interpuso y en vista de la informal petición de él de quedarme a vivir en la casa de sus padres, que solo constó de un par de frases que me sumieron en una inmensa confusión entre seguir con mi ya tercer año de universidad y el quedarme a vivir el archirreconocido cuento de vivir con los suegros pero junto al amor de mi vida y nuestro hijo Dejé pasar el tiempo y no volví a la U, que se encontraba en otra región y poco a poco me quede junto a él, pero no duró más de seis meses en los que nuestra relación se deterioró a tal punto que posterior a una discusión en la calle me fui a casa de mi mamá con mi hijo y mis maletas, intentamos continuar un par de meses pero ya no tenía vuelta y él comenzó a salir con otra chica aún estando juntos, de lo que me enteré el día que quise terminar con él y casualmente le pregunte si estaba con alguien más a lo que a mi sorpresa dijo que si No nos vimos por algún tiempo y refugié mi dolor en brazos de un amigo a quien intentando encontrar consejos terminé aún mas confundida ya que un día que lo visité sorpresivamente me besó, lo que para mi condición fue grato pero al poco tiempo noté que el solo quería pasar el rato y me sentí peor Me fui a otra ciudad a casa de una amiga unos días tratando de procesar el quiebre en mi vida y ver la posibilidad de retomar mis estudios con la intención de cambiar de carrera a traducción en inglés puesto que mi carrera tenía pocas o nulas posibilidades de futuro trabajo, pero debía hacer un años mas de traducción en alemán para poder cambiarme por lo que volví a mi ciudad con la intención de buscar algunos papeles y que mi niño viera a su padre. El reencuentro fue emocionante, el tiempo sin vernos sin duda nos ayudo para aclarar nuestras mentes, conversamos sobre lo que había que hacer para ahora si estar felices juntos y el aceptó por fin que lo necesario era vivir solos. Al día siguiente nos estábamos mudando a una pieza pequeña pero llena de esperanzas, al poco tiempo encontré entre sus llamadas una que él había hecho a la chica con la que me había engañado lo que me hizo sentir como una ... y al encararlo me dijo que no sabía porque lo había hecho y que ni siquiera le había contestado, el siempre fue pésimo para mentir por lo que se la deje pasar y nunca volví a tener ese tipo de situaciones con él, aunque la confianza nunca volvió a ser la misma.
Vivimos casi dos años en la pieza muy felices de emprender juntos, él estaba estudiando en la universidad, financiada por una de sus hermanas y trabajaba fines de semana como cajero de un supermercado, yo lograba a duras penas permanecer en algún trabajo mientras nuestro hijo sufría de Asma bronquial, por lo que buscaba trabajos que se acomodaran al horario de su jardín infantil hasta que logré encontrar un trabajo de fin de semana en una viña que ofrecía un sueldo más razonable y contrato, al poco tiempo un viejo amigo de mi novio, con el que había realizado su práctica de técnico eléctrico, llegó hasta el supermercado a ofrecerle un trabajo en la misma empresa pero ahora que era el jefe, iría a un puesto de administrativo, lo que nos permitió arrendar una casa, en ese momento fue un salto tremendo para nosotros. Durante ese año nos esforzamos y crecimos económicamente, comencé los trámites para postular a través del gobierno a la compra de una casa la que rápidamente fue gestionada, fuimos muy felices durante todo ese tiempo, me sentía tremendamente agradecida de la vida que tenía y muy enamorada. En mi trabajo comencé a hacer amistades las relaciones eran cada vez mejor, había un ambiente de mucha fraternidad. En una fiesta a la que asistí, creo que era la primera a la que acepté ir, fui sola ya que él nunca me quiso acompañar a esas cosas, tomé más de la cuenta porque como no tenía costumbre, se me pasó la mano con facilidad y me la pasé con un chico que había llegado hace poco pero con quien tenía mucha buena onda, nos reímos toda la noche y bailamos mucho, la pasamos muy bien, conversamos y de pronto me dijo que yo le gustaba y yo pensé -No esta tan mal En ese momento cambió mi forma de mirarlo. Al rato se fue a acostar y lo seguí, estaba acostado de espalda y lo comencé a molestar pero no me hacía caso, comencé a tentarlo hasta que terminamos besándonos sin embargo el pronto se dio vuela y me ignoró, me sentí una violadora, fue extraño. Al día siguiente me pareció cómica la situación y lo atribuí al alcohol que había tomado, Marcos no me quería ni mirar, tenía novia. Ya en el trabajo nos reímos del tema y tan amigos como siempre, sentí que no era necesario contarle a mi novio, había sido una estupidez y no valía la pena, pasó el tiempo y cada vez que veía a Marcos me parecía más atractivo, me caía muy bien, pero nunca le demostré nada, sabía que amaba a mí hombre, era una confusión pasajera o eso creía, pasado un año ya no podía con lo que sentía Comencé a buscar trabajo en otro lugar para librarme de ese sentimiento, tenía que salir de la viña pronto y se presentó la oportunidad de un trabajo estable y bien remunerado en una automotora y no lo dudé, mientras tanto ya vivíamos en la casa nueva, lo que no me emocionó en lo absoluto, comencé a sentir la asfixia de mi relación, mi novio continuaba estudiando pero hace tempo que no aprobaba ni un ramo y las deudas con el banco por sus años de estudio y nuestras nuevas responsabilidades se acumulaban, pese a eso yo era comprensiva porque lo veía esforzarse y había ascendido con rapidez en el trabajo, su carácter se había vuelto más duro pero seguía siendo el hombre con el que quería estar hasta vieja, sin embargo mi anhelo de volver a estudiar comenzó a volverme loca, ya que cada vez que tocaba el tema su respuesta era que no alcanzaba el dinero pese a que yo sabía que si alcanzaba y que él cada vez acumulaba mas ramos desaprobados. En el intertanto trabajaba en la viña y en la automotora mientras esperaba a que el trabajo fuera seguro antes de salir de la viña, no me sentía segura de hacer el cambio, tenía amigos y era un lugar tan agradable, pero ya no quería seguir con la confusión que tenía en la cabeza de ver a Marcos quien no veía en mi más que una amiga, así que anuncié el cambio a mis amigos, quienes programaron una despedida en una disco a la que claro fue Marcos Bailamos, tomamos, lo pasamos increíble y yo que me había aguantado el sentimiento casi un año sentía por fin que había solo una buena onda y estábamos en paz, de pronto en pleno baile Marco me mira fijamente y dice -Esta va a ser la despedida, ¿ya?, Lo miré atónita y asentí con la cabeza, me besó un largo rato y mi cabeza dio mil vueltas, no entendía nada, que era todo eso? No lo sé Lo pasamos increíble y nos fuimos a quedar a la casa de una de las chicas todos se acomodaron y me acosté con él en un saco de dormir estábamos todos en la misma habitación, nos besamos, nos tocamos, pero me daba mucha vergüenza estar con todos ahí y Marcos no se contenía, le pedí que parara en voz audible, se estuvo quieto y nos dormimos. Al día siguiente teníamos que trabajar, pero el de nuevo ni me miraba y a los pocos días su novia me envió un mensaje por Facebook tratándome pésimo porque su novio le había contado todo. No lo volví a ver en mucho tiempo.
Continué mi trabajo en la automotora con la sería ilusión de rectificar mi vida, tenía un vacio que no sabía cómo llenar, con mi novio habíamos pensado que la solución era casarnos debido a la enseñanza cristiana que ambos habíamos recibido de que en el matrimonio bendecido por Dios se encontraba la verdadera felicidad y hasta pedí la hora en el civil pero cuando él cayó en cuenta del gasto que significaba y me propuso que solo fuéramos y firmáramos el compromiso, sin celebraciones, ni invitados, la ilusión se rompió nuevamente. Trate de llenar el vació con estudios y me matriculé en una carrera corta de Quiromasaje, una vocación que tenía desde siempre, pero mi novio me pidió que lo olvidará porque no lo íbamos a poder costear, pese a que yo sabía que si y que podía postular a becas, le hice caso una vez mas y cancelé la matricula, lo que me produjo una frustración aún mayor, ya nada tenía sentido para mí y no tenía el valor para terminar mi relación, así que me matriculé en un preuniversitario para prepararme para estudiar el siguiente año en la universidad a lo que él extrañamente no se opuso. Me empeciné en cumplir con mis responsabilidades de madre, dueña de casa, trabajadora y estudiante, fueron meses duros, no me gustaba el trabajo y las clases eran exigentes, él ganaba un buen sueldo y compramos un auto pequeño pero moderno, crecíamos económicamente pero el vacío en mi corazón no se llenaba con nada, discutíamos mucho, su carácter era cada vez más difícil de llevar. Intenté llenar mi necesidad de cariño un día que uno de los amigos que hice en el trabajo me invitó a conocer su departamento nuevo, yo sabía a lo que iba, tomé mucho y cuando me sentí valiente, ya que no me gustaba pero me caía bien, le di un beso y fue como en las películas cuando los amantes dan vueltas por el lugar hasta llegar a la cama y cuando sentí que la cosa se puso subida de tono le dije que necesitaba ir al baño y logré zafarme, me encerré en el baño un buen rato y me sentí tan mareada que comencé a vomitar y cuando me sentí bien salí y me acosté junto a él, me abrazó y comprendió mi deseo de solo pasarla junto a alguien que me arrullara un poco y dormimos. Luego de eso lo despidieron y lo volví a ver a los días, me preguntó cuando nos volveríamos a juntar y le conteste que eso no iba a volver a suceder y no lo volví a ver nunca más.
Pasaron los meses y mi disconformidad ante la vida que llevaba ya no podía ser más, me cargaba el trabajo, mi relación y el estudio en el Preu me tenía agotada, le conté en varias ocasiones a mi novio que no me gustaba el trabajo que quería buscar nuevamente algo part time porque ya no veía a mi hijo, ni a él y estaba agotada del ritmo de vida, pero siempre me decía que no se podía, que me aguantara, hasta que en una ocasión en que a mi hijo le dio una crisis de Asma que lo llevó al hospital me sentí superada y no volví al trabajo ni al Preu. Me dediqué a las labores de la casa y el cuidado de mi hijo, me comencé a sentir mejor y la relación fue mejorando debido a que lo atendía, él también puso de su parte, pensé que las cosas podían ser mejores y me sentí en paz durante un tiempo. Llegado el tiempo de los exámenes para ingreso a la universidad él me contó que nuevamente había reprobado el año en la universidad, hace mucho que estaba haciendo el último año y el trato que teníamos era que yo podría estudiar cuando el terminara sus estudios. Mi frustración volvió y me sentí tan decepcionada que terminé con él. Me fui a la casa de mi mamá y comencé rápidamente una relación con un chico que conocía de antes y que hace rato me rondaba, semanas antes ya habíamos tenido un episodio en el living de mi casa porque él me estaba ayudando a pintar la sala de estar y terminamos besándonos, comenzamos a vernos más seguido y necesitaba una distracción para no extrañarlo y mantenerme firme en mi decisión, pasó el tiempo y me fui al campo con mi hijo (quien nunca notó la situación ya que tuvimos el cuidado de no involucrarlo) a reflexionar sobre mi vida lejos de todos y me sentí muy sola y desesperada, en esos meses mi novio fue muy tierno y considerado, era el hombre que yo quería, el mismo que había conocido hace tantos años, conversamos y nos comprometimos a cambiar, lo creímos de corazón, lo habían despedido así que mientras buscaba trabajo se encargaba de el niño la casa, comencé a estudiar en la universidad y me sentí completa, me esforcé mucho y todo ese tiempo él me ayudó mucho, pero de trabajo nada, comenzó a escasear el dinero, pero estábamos felices, hasta que por fin encontró un trabajo en el que lamentablemente tenía que viajar y quedarse allá, volvía cada diez días más o menos, las cosas se comenzaron a enfriar nuevamente.
Me llamaron del antiguo trabajo en la viña ofreciéndome turnos de fin de semana nuevamente pero en otro sector y volví a ver a Marcos. El primer día conversamos como amigos otra vez, era raro, pero se sentía bien y me contó que ese día se iba a juntar con Javi un amigo en común y me invitó, fuimos a mi casa los tres y ni un rollo, hasta que al momento de ir a dormir Marcos me pidió que durmiera con él y la tentación me ganó, aunque esta vez fue distinta como si ya se me hubiese pasado el amor por él, quedaba solo un poquito y a pesar de que corría riesgo de inminente golpiza por parte de su novia no pensé en nada y me dejé llevar. Una vez más me hacía ese daño, esta vez él no le contó a su novia y de paso me contó que era bisexual, lo que ya más o menos me imaginaba, pero no me significo mucho aunque no dejó de sorprenderme y hasta el momento nunca llegamos a la penetración por el remordimiento. Al tiempo fuimos a su departamento pero fue frustrante, los dos nos sentíamos mal haciéndole eso a nuestras parejas así que me fui y no pasó nada.
Mientras tanto mi Pareja iba y volvía de su trabajo nos veíamos cinco días cada nueve de trabajo y de nuevo la relación empeoraba su carácter estaba impaciente y agresivo, gritaba constantemente y yo dejaba pasar el tiempo resignada. En una ocasión en que salí con amigos de la universidad a una disco bailé con un desconocido muy guapo nos divertimos mucho, intentó besarme pero no accedí y me pidió el número de teléfono, conversamos un par de veces y nos juntamos en su depa, nos dimos unos besos, nos abrazamos mucho y no nos volvimos a ver. Pasado un tiempo conocí a un chico en un estudio de tatuaje, tenía la intención de arreglar un tatú que me había quedado muy tenue y la tinta ya desaparecía, su nombre era David, pero le decían Cero, apenas lo vi me encantó, tenía una mirada sincera y alegre, comenzamos las sesiones y entre nosotros había mucho feeling, fluíamos conversando, el recientemente había terminado la relación con la madre de su hija y estaba medio depre, en una ocasión me invito a que fuéramos a un evento electrónico y encantada acepté, lo pasamos increíble, me divertí como hace años no me divertía, andábamos con unos amigos de él y nos pasamos a la playa , manejaba mi auto así que podía ir donde quisiera, de mañana tenía que ir a trabajar pero me convenció de que no fuera y nos pasamos a mi casa terminamos besándonos en mi cama luego de un largo rodeo. Como ya se me hace costumbre no paso a mayores, me conformé con besos y abrazos, mi necesidad era meramente afectiva y me frené una vez más. Seguí saliendo con David en varias ocasiones pero siempre como amigos, no volvimos a besarnos, me hizo entrar en razón sobre muchos aspectos de mi vida en los que estaba fallando, era necesario poner fin a mi relación, reflexioné sobre lo mal que me estaba comportando desde hace mucho tiempo y que su carácter ya se pasaba de la raya, los pocos momentos que teníamos juntos solo peleábamos , terminé con él un día en que me gritó en el auto porque no pedí unas indicaciones a un señor en una ocasión en que nos encontrábamos perdidos luego de una visita a unos amigos, en su alteración se salió de la carretera y caímos en una pequeña bajada que se sintió fuerte en su momento, yo no pude más que quedarme en silencio y sentir una tremenda indignación. Como era él quien viajaba constantemente cuando llegaba a casa yo me iba y así nos llevamos un par de veces hasta que de nuevo próximo a quedar sin trabajo se quedó doble turno y yo me fui con mi niño de vacaciones unos días a conocer lugares para despejar la mente, visitamos lugares preciosos y otras regiones, pero el extrañaba mucho a su padre y me dolía tremendamente ver eso. De nuevo me veía en la encrucijada, mi novio se comportaba amoroso y comprensivo, su tono de voz cambiaba, eso me confundía mucho, no quería que mi niño creciera viviendo sin su padre, teníamos una casa, bienes y deudas que compartíamos, se me hacia un nudo demasiado difícil de desatar, volvimos a casa y a su llegada conversamos una vez más de la necesidad de cambiar, le dije que si él era capaz de cambiar su actitud de ogro por la de príncipe todo iba a estar bien y accedió y cumplió su compromiso, yo puse de nuevo todo de mi parte y volvimos a empezar una vez más, nos sentimos felices una vez más y encontró trabajo con rapidez, nuevamente de turnos, nos vemos cada quince días y se queda en casa seis, ya han pasado siete meses y paulatinamente nos fuimos enfriando nuevamente los últimos meses ya ni nos llamamos ,recientemente fui a trabajar como garzona a un matrimonio, invitada por un amigo y terminé besándome bajo la lluvia con un chico guapísimo que estaba trabajando también, me sentí viva nuevamente, corrió un poco de sangre por mis venas. Actualmente siento un inmenso cariño por mí pareja, hemos hablado de lo mal que estamos pero a él parece no importarle solo me reclama que no hacemos el amor, no le gusta salir, nunca fue detallista. No sé de dónde sacar fuerza para seguir con esto pero tampoco siento que pueda estar lejos de él de forma duradera, ya llevamos 12 años juntos, tengo 27 años.