Hola. He tenido una relación de 6 años y no se, o no me atrevo a admitir, que me maltrató física y psicológicamente. La relación empezó desde muy joven con 17 años, y como no, al principio todo era maravilloso. Antes de que cumpliéramos el primer año de relación, después de haber mantenido relaciones desde 1 mes antes, me quedé dormida con él y me despertó cuando me estaba intentando penetrar. Me asustó, no tenía experiencia y no sabia si era normal o no así que no le dí mas importancia pero le hice que parara porque no quería. No tuvimos problemas sexuales, pero al dormirse conmigo volvía a repetirse la misma situación, sólo que él afirmaba que estaba dormido, que tenía trastornos del sueño (era sonámbulo) y no se acordaba de lo que había pasado. Poco a poco la situación fue a peor, pues a pesar de que yo trataba de no dormir con él en ningún momento (ni una simple siesta, pues también le ocurría), seguía sucediendo, sólo que cuando yo despertaba le veía los ojos bien abiertos y se le veía muy despierto Cuando todo esto sucedía mi reacción era siempre: quitármele de encima en cuanto pudiera a base de codazos o lo que fuera (por mucha fuerza que él hiciera yo haría mas) y salir corriendo al cuarto de baño que tenía cerrojo y encerrarme hasta que notase que se había dormido o venía a decirme que qué me pasaba Yo lloraba. Nuestras relaciones fuera de estos momentos eran normales, con bastante regularidad, pero cada vez iban a peor por culpa de estos sucesos. Intenté dejarle en muchas ocasiones porque ya no podía aguantarlo más, porque él me aseguraba que no, pero yo sabia que él lo hacía porque quería Pero los años, la familia, el miedo a quedarme sola, la baja autoestima, me hacían seguir en esta situación. Al mismo tiempo que todo esto empeoraba comenzó a portarse mal conmigo Parecía como si no fuera suficiente para él, todo en mi eran defectos, no me decía qué guapa estás hoy!!, me comentaba mil cosas sobre mi aspecto que debía mejorar Al mantener conversaciones con otras personas me dejaba al margen, si opción a que me pudiera meter en la conversación y con la única misión de estar a su lado muy calladita, cual florero. Cuando intentaba hablar me llegaba a ridiculizar, era como si quisiera que todos se rieran de mi y vieran lo grande que era él, me avergonzaba, me hacia sentir tan pequeñita Todo lo que yo hiciera parecía que no tenía valor alguno, si no lo hacía él, no estaba bien hecho. Se volvió egoísta y prepotente, como nunca le había conocido. Parecía no importarle nada ni nadie, sólo si le afectaba a él, reaccionaba. Por esta razón no llegó nunca a pedir ayuda como tantas veces le suplicaba. Él dijo que podía controlarlo pero volvía a suceder con menos frecuencia, menos intensidad, pero yo ya no podía dejar de tener miedo. Caí en la depresión por no dejarle en el momento oportuno y necesité ir a un especialista y tomar antidepresivos, ansiolíticos y pasar unos años horribles, pues no era capaz de romper la dependencia que tenía con él. Después de 6 años de relación ya le dejé, no hay que tener a nuestro lado personas que nos perjudican y nos dañan, y estoy poco a poco volviendo a confiar en los hombres, pero todavía no he vuelto a dormir con ninguno. Él está en tratamiento psicológico, o eso dijo, pues admitió que lo hacía conscientemente y que tenía un problema. Hoy todavía me sigue llamando y me dice que quiere volver conmigo. Yo le odio pero en el fondo me aferro a pensar que no fui maltratada, sino que viví el fruto de una enfermedad, la de mi compañero.