Mi historia es la siguiente:
Fui un niño regordete desde bebé, no obeso, pero si gordito lo cual marcó mi caracter y la suerte en el amor. Fuí tímido y a pesar de no considerarme feo, siempre era tomado como excelente amigo, compañero, lo que fuera, menos como novio o al menos candidato para serlo. Si a eso le sumo que siempre represento menos edad de la que tengo, pues a chicas de mi edad les parecía un niño. Gracias a esto una inseguridad enorme se apoderó de mi y ya en plena juventud cuando las chicas se acercaban a mi, no sabía como tratarlas, ni si les interesaba como amigo o más, en fin, un desastre total...
Gracias a la educación sexual y religiosa que recibí de niño y adolescente, el miedo al sexo (por enfermedades, embarazo y consecuencias) era enorme, entonces las prostitutas o el sexo libre con "amigas" (que oportunidades tuve) eran casos imposibles.
A los 23 años en un trabajo conocí una chica que era muy agradable, era bonita aunque un poco gordita, tenía 22 y ya estaba casada. Para variar, tenia problemas con su esposo que no trabajaba y las cosas no le iban muy bien. Nos hicimos muy buenos amigos, tan buenos que yo me enamoré de ella, pero siempre la respeté y nunca le mencioné ni insinue nada. Qué tristeza cuando sospeché y comprobé que tenía un enamorado que trabajaba donde mismo. Era más varonil, guapo, atletico que yo, además que yo no tendría el valor para andar con ella teniendo compromiso. Así que seguimos siendo amigos y un tiempo más tarde me salí de ese trabajo poniendo tierra de por medio.
Consegui otro trabajo, pasó como año y medio, cambie mi alimentación, hice pesas y mi físico cambió a como nunca había estado. Lástima que en mi trabajo no había una sola chica que me interesara.
Hubo un llamado de un ex compañero de trabajo para reunirnos y ahí volví a encontrar a mi ex compañera, se sorprendio mucho de mi cambio, para esto, ella ya tenía una bebé de su esposo, el cual no se hizo responsable, ya estaban separados y en vías de divorcio. De el amante nada quedaba tampoco. Empezamos a comunicarnos nuevamente y un día salimos a tomar café, yo la apreciaba demasíado, porque sé que mucho de lo que hizo fue a causa de muchos factores. Un día platicando le comente que ella me gustaba pero que nunca le habría dicho nada, ella me dijo lo mismo, pero no pensaba que ella podría gustarme.
Nos hicimos novios, pero yo sabía que una hija era mucha responsabilidad para mi, y que una relación así, no podría ser como la que siempre quise, esperé o deseé. Además, en caso de que algo saliera mal, ya habría terceros afectados por esto. Pero también, me partía el alma que una bebé creciera sin padre y que mi amiga anduviera rodando por ahí. La niña me conocio de 1 año, me adopto como papá y yo como hija, la quiero mucho, la cuido, educo y me preocupo por ella.
Hace un año vivímos juntos, después de 3 años de "noviazgo". No estamos casados y no tenemos más hijos. Mi relación es buena, aunque las cosas cambian con el pasar del tiempo, eso es inevitable.
Ahora con 30 años cumplidos, siento la necesidad de conocer como es estar con otra mujer, no busco amor o cariño, solo es esa idea que se ha metido en mi mente de saber si todos los besos saben igual, o el sabor del cuerpo de la mujer. Nunca he intentado nada, ni siquiera tengo con quién, pero es algo que punza dentro de mi. Es con mi pareja con la única mujer que he tenido relaciones sexuales y ahora en retrospectiva me arrepiento de haber sido tan mojigato, de no haber tenido otras chicas, más experiencias.
Necesitaba decirlo, contarlo, y tomé este medio porque no soy capaz de contarselo ni a mi mejor amigo.
Espero alguién pueda darme su opinión. ¡Gracias!.