Amor mío
Esperando un correo tuyo, ya van más de 10 días desde el último que me escribiste y el cual era en respuesta a otro q yo te escribí en el que te rogaba me escribieras, en esos días de espera e incertidumbre en los que me sumí por ti, tú, mi última esperanza de amor, mi último pañuelo blanco bordado de ilusiones tirado al mar...
Añorando las palabras que desde nuestro encuentro me habías ofrecido, y por las que me dejé llevar como dama que se aventura en barquita por un río, arriesgando la vida, asumiendo esta muerte de antemano, con tal de llegar a ti, de alzar este cuerpo hacia lo alto para clavarme en el tuyo en un gesto de apasionada entrega, de toda mi sangre, de cada uno de mis suspiros...de rozar tu piel con las flores amanecidas en cada mañana.
Te soñé tanto y tan intenso, te amé tanto, que no imaginaste que tu ausencia pudiera herir las delicadas flores de este pecho, la Oda a mis ojos dejó de mecer el viento, los pájaros no cruzaron mi cielo durante días, días en que fui mas tuya que nunca, eternamente tuya, con la ilusión de una novia vestida de blancos tules , de ojos verdes cristal y de rojos labios encendidos, por ti, sólo por ti...
Tal vez fui solo yo y mi ilusión lo que tan alto te puso, que vi en ti al que compartiría un mundo para los dos, al que fecundara mi vientre, vi en ti ese amor al que me hubiera entregado con toda la juventud y el sueño que contengo. Vi en ti, amor, la posibilidad de un amor sincero, tierno, sagrado, impúdico...en fin, con tantos matices como colores saco con los pinceles para un cuadro...
Ahora miro este lienzo...con tanta tristeza, con la pena de ver las flores muertas flotar sobre la corriente del río, y la triste corona de florecitas blancas que había escogido para mi frente en ese día en que las estrellas llorarían de felicidad, ahora mis cabellos hundidos en el agua semejan algas marinas, lánguidas y silenciosas para siempre.
Me faltó tu ternura y tu calor en el momento mas delicado del cultivo...cuan delicada es la flor del amor en sus primeros días, sin embargo ningún rencor te guardo ya por tu abandono, ni arrepentimiento de haberme a ti entregado, todo lo que te di es tuyo hasta la muerte, incluso mas allá de ésta, porque son bienes del alma, imposibles de despegar.
El mejor regalo que me puedes hacer, amor mío, es el saber que de esta reflexionarás, que no sea en vano ésta mi muerte, y cuando encuentres la flor del amor en tu camino la cuides celosamente, el mejor regalo es que entiendas, que este amor te haga crecer, evolucionar en el camino de los sentimientos.
Me marcho porque se que no cambiarás, no debo esperar algo que no me has dado, si lo hago se que me confundirás, que difícilmente sabrás interpretarme, por mi parte tampoco sabré aceptar tu forma de amarme, somos naturalezas distintas, solo sufriremos uno al lado del otro.
He aqui mi último suspiro
adiós amor mío