Hola,
Soy un hombre de 32 años, creo que he metido la pata y no sé cómo debería manejar el asunto. La historia:
Hace poco más de un mes empecé un curso en una academia, la profesora es más joven que yo, de unos 25-26 años, y... no, no desde el primer día (demasiado típico), pero sí desde el segundo me empezó a llamar poderosamente la atención. Su actitud más que nada, mucha seguridad en sí misma, muy inteligente, con carácter fuerte pero simpático y, bueno, también es agradable a la vista ("si me pinchais, ¿acaso no sangro?"). No es ese tipo de mujer despampanante que sacude las hormonas, pero a mí me resulta atractiva.
En fin, que a lo largo de estos meses a lo largo de las clases ha habido cierta complicidad, contacto visual prolongado, un guiño pícaro que me lanzó un día, sonrisas... No me he hecho ilusiones de ningún tipo ni he querido sacar conclusiones precipitadas, conseguí enfriar la cabeza e hice un esfuerzo por dejar correr el tema, pero los juegos de miradas han continuado, y por el rabillo del ojo noto que me mira de vez en cuando (y tiene mérito porque no soy precisamente un modelo, aunque me visto bien y voy muy arregladito).
Se da la situación de que soy MUY introvertido, y aunque en cualquier otro aspecto de mi vida tengo muchísima seguridad en mí mismo (demasiada dicen algunos) concretamente en los aspectos sentimentales soy una nulidad, un inepto social y nunca he tenido pareja, aunque quizá dejé pasar una oportunidad precisamente por inseguro.
Entre eso y que el único rato que compartimos son las clases, que es muy difícil acercarme a ella al terminar porque la academia cierra justo al acabar y otras compañeras la monopolizan con dudas sobre la materia, apenas he tenido un par oportunidades de charlar un poco con ella, y me jode porque encima tenemos aficiones comunes.
Total, que por intentar abrir una pequeña puerta, un gesto que creía inocente e inofensivo, el viernes, la busqué en Facebook, la encontré y, no sin muchas dudas y finalmente por un impulso irracional de esos de "a la mierda y que sea lo que Dios quiera" le mandé una solicitud de amistad... Que ha ignorado (con seguridad, porque ha tenido algo de actividad después de que se la enviara).
Por un lado me quedo tranquilo, ya sé que no había ninguna posibilidad y que sólo estaba siendo simpática. Con eso no tengo mayor problema, ya puedo quitármela de la cabeza y seguir con mi vida. Mi problema es que no sé cómo actuar para evitar situaciones embarazosas, no por mí si no por ella. Yo puedo echarle cara y tragarme la vergüenza, puedo ser introvertido e inseguro con las mujeres, pero la edad acaba enseñando unas cuantas cosas, lo que quiero es evitarle a ella pasar un mal trago.
¿Qué me recomendáis? ¿Hago como si no hubiera pasado nada y dejo el juego de miraditas? ¿Doy la cara y le comento que la encontré en Facebook y le envié una solicitud de amistad como si no supiera que me ha rechazado?
Ya sé que esto parece una historia de adolescentes, pero qué le voy a hacer, ya lo he dicho más arriba, soy un inepto social y emocional.
Un saludo.