Llevo 3 años casada con el mejor hombre que jamás pude haber conocido. Fuimos novios durante 9 años hasta que decidimos casarnos. Desde muy pronto en nuestra relación teníamos contacto sexual pero sin llegar al coito, nos masturbámos mutuamente, hasta sexo oral, pero no había penetración porque los dos éramos adolescentes vírgenes que teníamos miedo a un embarazo, a que nos doliera, al hecho de hacerlo en sí, así que no fue hasta 4 años después de empezar el noviazgo que tuvimos una relación sexual propiamente dicha. A partir de ahí, todo fue increíblemente bien, poco a poco nos fuimos desinhibiendo hasta el punto de hacerlo donde podíamos, en su sala a plena luz del día, en la cocina de mi casa apenas mis padres se iban a su cuarto. Cuando su mamá viajaba, eran días de estar desnudos en su casa haciendolo una y otra vez. Nos volvimos mas atrevidos, nalgadas, diferentes posiciones, nos decíamos cosas subidas de tono, sexo anal y muchas más cosas tremendas, ¡En fin! Todo perfecto hasta que nos casamos y ¡Se fue al carajo todo! Ya no me ve con deseo, ya nunca tiene ganas y yo que me muero por sexo...
Cuando esto empezó, me sentía tan enojada que sin darme cuenta todo el tiempo le reclamaba de alguna forma hasta que directamente se lo dije. Las cosas no mejoraron, por el contrario, me dijo que así menos podía y que además, tampoco quería, que ni siquiera le daban ganas de intentarlo. Me sentí terrible y dejé de insistir. Empecé a masturbarme a diario intentando satisfacer mis ganas sin tener que esperar nada de él, sin molestarlo en absoluto, sin embargo, me sentí tan miserable por mucho tiempo pensando que seguramente tenía una amante que hasta me salí de la habitación para dormir separados. Eso jamás lo pude comprobar pues es ingeniero en sistemas computacionales y para mi es imposible accesar a sus cosas en su ordenador y menos en su celular ni nada, así que para no complicarme, preferí no pensar en ello y dejar todo como estaba.
Por una coincidencia, me encontré a un viejo amigo con el que comencé a platicar. Siendo sincera, este amigo mostró interés desde el principio y yo, a pesar de que sabía que debía ponerlo en su lugar, me sentía tan poco valorada por mi esposo que, aunque nunca dejé que con mi amigo pasara algo, le permitía ciertos halagos que iban más allá de lo normal. Le dejaba elogiar mi cuerpo de la manera que se le antojaba pues me sentía deseada y eso elevaba mi autoestima que realmente andaba por los suelos.
Un tiempo después, mi esposo cambió de trabajo y se fue por unos meses a otra ciudad, yo no pude irme con él por cuestiones económicas así que solo venía a verme los fines de semana. Mientras, mi amigo me insistía para aprovechar su ausencia y compensar lo que mi esposo no me daba por lo que sentí que todo ese asunto había llegado demasiado lejos y tuve que terminar esa amistad pues me sentía una cualquiera.
Curiosamente cada fin de semana que pasaba, mi esposo llegaba a casa con más pasión. Llegó al punto de apenas cruzar la puerta y apresurarse a desnudarme y hacerme el amor de forma salvaje y obscena, tal y como me encantaba. Durante ese tiempo estuvimos de maravilla pero apenas regresó a la ciudad, volvimos a las mismas... de nuevo ya no me ve, ya no me acaricia, ya no quiere tener sexo, hasta se inventó una molestia en el pene que le "lastima" y que según él, quiere esperar a sentirse mejor para que tengamos sexo de nuevo, pero lleva meses así y aunque le digo que vayamos con el médico, no quiere... Ya ni se si es que como quiero pensar, se lo está inventando, o es que sí tiene algo y fue que se lo transmitió alguna otra...
El punto es que ya me cansé de sentirme miserable, poco deseada y nada atractiva, y además de eso, tener que sentirme culpable por pensar en mi ex... en los besos que me daba que eran tan intensos, tan largos y llenos de todo lo que ahora no tengo... Amo a mi esposo, y es por eso que esta situación me mata. No puedo parar de preguntarme tantas cosas... ¿Debería resignarme y adaptarme a su forma aunque eso implique mi insatisfacción sexual? En tal caso, ¿es eso justo para mí? ¿estaré siendo muy egoísta con él al pensar solo en lo que yo necesito? ¿o es que en verdad el que está mal es él? No tengo ni idea de como resolver esto pues él siempre esquiva el tema... ¿qué acaso tenemos que estar lejos para que las cosas vayan bien entre nosotros?