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Maltrato y abuso en matrimonio. ¿responder con la violencia a la violencia es ético?

Última respuesta: 30 de marzo de 2011 a las 19:25
W
wafae_5637160
17/2/11 a las 14:28

Lo que voy a contar, quede claro que NO lo pongo de ejemplo como el modelo de actuación que hay que tomar. Yo solo escribo lo que a mi me paso y lo relató para que otras compañeras puedan debatirlo, incluso ponerlo en duda. Y sobre todo ver por qué funciono semejante solución.
Lo primero que yo creo que el maltrato no tiene que ver nada con el nivel social del agresor y de la victima, como he oído en muchas ocasiones. Sobre todo con el nivel cultura, pues mi exmarido es ingeniero industrial, de familia de abogados y yo soy bibliotecaria y mi historia es igual a la que ha podido sufrir cualquier mujer que no ha tenido la posibilidad de estudios.
El primer año no hubo demasiados problemas, pero fue después de tener nuestro primer hijo cuando sus celos llegaron a hacerme la vida imposible, al año de estar casados incluso frecuentaba la biblioteca donde yo trabajaba para vigilarme. Me volvía loca a preguntas y sacaba de quicio cualquier cosa. Fue entonces cuando me pego fuerte por primera vez y yo cometí el fallo de perdonarle, porque él me pidió perdón y se echo a llorar y estaba muy preocupado por la reacción de la familia. Lo peor que hice fue no abandonarlo, porque comenzó a pegarme con una frecuencia que parecía diabólicamente preestablecida y llegué a ir al trabajo con gafas de sol para ocultar las heridas. La familia de él, abogados de buena posición, me amenazaron con quitarme a mi hijo si me marchaba, pero lo abandoné y me lleve al niño.
Probé todos los medios legales posibles; policía, abogados, asociaciones. Al principio todas parecían mejorar la situación pero a la larga estaba como al principio. Pasé momentos de increíble vergüenza. Pero ellos se hicieron fuertes gracias a que su padre controla un poderoso bufete de abogados. La policía jamás me dio un escolta. Yo he sido siempre una mujer amante de la lectura y la tranquilidad, para mi incluso decir insultos o palabrotas me desagrada profundamente
Cambie de trabajo, de casa, pero el seguía acosándome y pegándome. Entre otras consecuencias llegué a sufrir rotura de brazo y lesiones en la cadera. La violencia siempre me ha horrorizado. A pesar de no apetecerme nada y tener una escasa creencia en este tipo de soluciones, acabé tomando clases de defensa personal por consejo de una amiga y lo hice pensando solamente en ver si así al menos podía salvar la vida. La verdad es que he de reconocer que ni siquiera a día de hoy es algo que me entusiasme. Cuando apenas llevaba dos meses con las clases, volvió a asaltarme y aunque me defendí como pude, me dejo tirada en el suelo sangrando y acabé con una muela partida.
Y es aquí donde yo me pregunto para qué servía toda su cultura y su inteligencia (y la mía) si se portaba como una bestia y yo como su presa. Aún así seguí con las clases y mejoré, cogí cierta seguridad siempre llevando el móvil a punto. Una noche me pilló en un aparcamiento y comenzó a pegarme, yo me defendí mejor y al darse cuenta me pegó con más saña que nunca. Estaba fuera de si, era como un animal, me golpeó con una fuerza brutal. Parecía peor el remedio que la enfermedad. CREI QUE IBA MORIR; me tiro al suelo y llegó a pegarme una patada en la cabeza que por suerte me dio en las manos con las que me cubría. Tuve fortuna y desde el suelo conseguí conectarle con todas mis fuerzas una patada en los testículos y gracias a Dios, esto si hizo efecto. Tras gritar cayó directamente al suelo retorciéndose de dolor, no me lo podía creer, me levanté y lo miré muy sorprendida, no sé porque no corrí. Entonces, cuando él recuperó el aliento, me dijo algo que no olvidaré jamás, con una mirada de odio que no le había visto nunca; me insultó con el típico insulto de marras para denigrar a la mujer (que aquí no voy a citar) y me dijo que volvería una y otra vez a pegarme más fuerte hasta que muriese; que me mataría y sino era hoy, sería mañana o pasado, pero a ... limpia Yo ya no aguanté más y por una vez me rebajé a su nivel; me salió de dentro como un instinto, no sé si hice bien, pero al comprobar que a pesar de su fuerza y enorme envergadura, de la mirada intimidante de su rostro y de sus palabras de odio, también estaba ahí tirado en el suelo, arrodillado tapándose con las manos, demostrando que era tan débil como cualquiera y que también él podía sufrir dolor como yo lo había sentido, decidí contestarle con toda mi rabia, gritando fuera de mí, que por cada vez que lo hiciera, por cada vez que viniese a pegarme, yo le golpearía ahí, donde tanto le dolía, hasta que le arrancase los cojo. Desde luego, YO EN REALIDAD JAMÁS HARÍA SEMEJANTE SALVAJADA, quede claro, y mi lenguaje dista mucho de ser así hasta en los peores momentos. Pero intuí que eso era lo que le iba a desmoralizar, mi radical cambio en ese preciso momento en que él, después de verse derrotado físicamente, trataba de intimidarme con amenazas. Cuando le dije esto le cambió la cara, estaba clarísimamente asustado, muy sorprendido y con los ojos abiertos, no daba crédito, tanto que me recordó a mi misma, a mi mirada cuando en el pasado lo miraba a él muerta de miedo. Me fui y no me dijo nada más, bajo la cabeza y siguió con las manos entre las piernas; ese es mi último recuerdo de él, su última y patética imagen en mi mente. Es curioso y no sé si tendrá que ver, pero desde entonces sus ataques se basan en abogados, pleitos y difamación para conseguir quitarme la custodia de mi hijo, pero nunca me ha vuelto a atacar físicamente. Ni siquiera quiere cruzarse en el juzgado conmigo, a pocos pasos de mí. Y esto para mi ha sido lo mejor, que he dejado de temer por mi vida. Quizás no lo sepa y si corra peligro, pero han pasado dos años y no he sufrido ninguna agresión. He de pensar positivamente, aún soy joven tengo treinta y siete años y puedo comenzar una nueva vida.
No entiendo muy bien lo que pasó. Aún hoy no sé si hice bien, no me reconozco a mi misma en aquella situación. En realidad ni siquiera sé pelear y no soy amiga de la violencia. ¿Por qué comportándome de manera tan distinta a mi carácter, conseguí poner fin a una situación que no logré resolver por otros métodos? Yo no asevero, os pregunto compañeras; ¿acaso este tipo de gente, desgraciadamente, sólo hace caso cuando utilizas la violencia, cuando empleas su mismo lenguaje, sus códigos salvajes? ¿A este grado de degeneración hemos llegado en las relaciones personales? No lo sé, pero quería dejar este testimonio para dejar el debate abierto. Yo siempre estaré del lado de la paz, pero no puedo evitar las dudas, puesto que mi historia pone en entredicho el sistema. Quizás entre todas podamos aclarar lo que ocurrió. Gracias por escucharme.

Ver también

W
wafae_5637160
25/2/11 a las 19:17

Te entiendo
Estoy de acuerdo contigo en que siempre hay que defenderse antes que dejar que te maten.

Pero tambén hay que ser astutas y saber que se puede hacer el mismo daño proporcional al ataque sin correr riesgos legales.

Yo no he tenido ya ninguna denuncia por mi defensa y lo deje fuera de juego, quizás con lo del salfuman estaría en un buen lio.

Pero claro, te doy la razón en que siempre es mejor que morir.

Besos

amiga

R
ruba_5413836
26/2/11 a las 20:54

Derecho no es lo mismo que justicia
Estoy completamente de acuerdo con el último comentario. Con respecto al machismo del hombre debido a la cultura, puedo opinar que sí. ¿Por qué? la cultura es un influyente mas en la sociedad y sobre todo en la educación, si el padre de tu ex-bestia fuera consciente y crítico de la situación no tendría por qué amenazarte pero desgraciadamente de tal palo tal astilla... desde lueg no puedo generalizar y desde luego un concepto es la cultura y otro el status social que desgraciadamente estas mezclando. Además, en el momento que tuvistes oportunidad de haberte defendido y darle su "merecido" no lo hicistes. Por favor, dejate de paz, esas personas no piensan en la paz cuando te matan... ¿pensarías lo mismo si mataran a tu hijo? Si lo que llamamos justicia no actúa tendremos que hacerlo nosotros no por supuesto matando sino dejando una cicatriz muy pero que muy profunda!
De todas formas, me alegro de que al final te haya dejado en paz y espero que siga siendo asi. Saludoss!

W
wafae_5637160
30/3/11 a las 19:25
En respuesta a ruba_5413836

Derecho no es lo mismo que justicia
Estoy completamente de acuerdo con el último comentario. Con respecto al machismo del hombre debido a la cultura, puedo opinar que sí. ¿Por qué? la cultura es un influyente mas en la sociedad y sobre todo en la educación, si el padre de tu ex-bestia fuera consciente y crítico de la situación no tendría por qué amenazarte pero desgraciadamente de tal palo tal astilla... desde lueg no puedo generalizar y desde luego un concepto es la cultura y otro el status social que desgraciadamente estas mezclando. Además, en el momento que tuvistes oportunidad de haberte defendido y darle su "merecido" no lo hicistes. Por favor, dejate de paz, esas personas no piensan en la paz cuando te matan... ¿pensarías lo mismo si mataran a tu hijo? Si lo que llamamos justicia no actúa tendremos que hacerlo nosotros no por supuesto matando sino dejando una cicatriz muy pero que muy profunda!
De todas formas, me alegro de que al final te haya dejado en paz y espero que siga siendo asi. Saludoss!

Gracias
Gracias por tu mensaje, de apoyo, aunque este lleno de critica ...positiva. En realidad sólo pregunto si no existirá realmente una razón para contestar a la violencia con la violencia y parece que muchos yo misma en el fondo lo ven posible.

saludos

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