A mi me parece que
La infidelidad puede vivirse de muchas maneras, puede resultar algo muy traumatizante, aunque se haya elegido, o también algo lúdico y divertido que se vive sin culpa.
Si hay un trauma asociado, una importante sensación de culpa por estar cometiendo un hecho poco ético, una traición hacia alguién que no lo merece, que me importa mucho y con quién tengo un compromiso, supuestamente adquirido de forma libre, la confesión puede darse en un momento de simple debilidad, con el objetivo de superar esa situación que resulta estresante hasta un punto no soportable para algunas personas, obviamente no para todas.
Esa confesión puede generar una salida, puede hacer que otro tome la decisión que me siento incapaz de tomar yo solo. Ya que es muy posible que tu pareja condicione mantenerse a tu lado a que rompas esa relación paralela y lo haga de forma tan firme que no lo dudes y termines liberado, porque no nos engañemos, estas cosas son muy obsesivas y hay personas que hablan de las rupturas con sus amantes como una liberación, pues la historia venía pesando de forma insoportable desde hacía tiempo. Entiendo que es un poco ofensivo que además de cornudo te toque hacer de niñera de tu pareja y deshacer el entuerto que ha montado solito, pero eso pasa. Ahí, la confesión es el grito de ayuda de una persona incapaz de asumir su responsabilidad y las consecuencias de sus actos. El infiel, además de traidor y mentiroso, se comporta como un cobarde consentido e hipocrita, que pretende limpiar con ese peso sobre su pareja el episodio de engaño y eludir las consecuencias. Que bien con ambos, pareja, pues fue sincero, y también con el amante pues no tiene otra opción que cortar el episodio. En ese caso, lo deseable hubiese sido que le plantase de mano, pues es lo que realmente desea, evitando el dolor y la humillación a la pareja, pero claro, los hay que no tienen huevos ni para dejar al querido sin una buena agarradera, no te cuento ya al marido o a la esposa.
Es posible, por supuesto, que la situación sea otra, que el confeso admita su amor por su amante y se niegue a renunciar a él ante su pareja de siempre, si eso es así, le das a esa persona vía libre para que sea ella la que te deje y se marche dejando el campo libre (otra posible liberación), o al menos para que sepa lo que hay y a que atenerse con el fin de aliviar la conciencia.
En mi opinión, la confesión es una liberación y es la postura a tomar si se ha decido en firme, que la nueva persona es la elegida para compartir la vida desde ese momento, lo otro, la confesión sin tener aún la capacidad de resolver nada, porque no se sabe lo que se quiere o porque se quiere todo, o la destinada a que tu pareja de la cara por ti y permita ser usada como escudo o escusa ante el amante, me parece infantil y egoista.
Por supuesto mi reflexión no contempla a las parejas abiertas, ahí las cosas son distintas. El enfoque no es el mismo, y en principio no se debería hablar de infidelidad.