Foro / Pareja

¿¿infidelidad confesada y olvidada??

Última respuesta: 4 de octubre de 2010 a las 13:58
H
halyna_5824712
3/10/10 a las 10:00

Hola:
Últimamente he leído muchos post en los que los componente del trio o cuarteto de los/las inmersos/as en el hecho de la infidelidad levantan la bandera de la confesión, de la verdad, del no engaño.

El infiel dice: yo no miento, te lo digo.
Los demás dicen: no me engaña, me lo dice.
¿Que se espera de la confesión?
¿Que se perdone como un pecado?
¿Qué se imponga una pena como si fuese un delito?
¿Qué la esposa siga igual?
¿Qué la amante acepte sin más?

No sé, no entendí nunca eso de que la confesión es lo necesario e imprescindible, como si al confesar, ya no hubiese más que decir.
En mi caso, yo siempre pienso lo mismo:

¿Que seré de ahora en adelante: la primera o segunda esposa, o quizá sere una puuttha gratuita o una geisha gratuita claro?
¿Qué papel se pretende que asuma cada uno en la situación de infidelidad confesada??

Gracias por leer y gracias por contestar.

Ver también

A
an0N_962558999z
3/10/10 a las 13:01

Una geisha seguro que no, eso fijo
Para ser una geisha tendrías que saber cantar, tocar instrumentos musicales, ser una maestra de la conversación, conocer de politica, historia y literatura, ser capaz de componer poesía sobre la marcha, maquillarte, peinarte y vestirte muy bien, de dibujar. Así que no creo que esté al alcance de la mayoría.

La confesión permite que cada uno asuma el papel que desee, no se pretende que se asuma uno en concreto. Así que de los tres papeles que están a tu disposición y que has descrito arriba (geisha ya hemos quedado que no), eliges el que más te cuadre.

Sin la confesión no eliges tú, eligen por ti. Es la diferencia.

A
an0N_962558999z
3/10/10 a las 13:03
En respuesta a an0N_962558999z

Una geisha seguro que no, eso fijo
Para ser una geisha tendrías que saber cantar, tocar instrumentos musicales, ser una maestra de la conversación, conocer de politica, historia y literatura, ser capaz de componer poesía sobre la marcha, maquillarte, peinarte y vestirte muy bien, de dibujar. Así que no creo que esté al alcance de la mayoría.

La confesión permite que cada uno asuma el papel que desee, no se pretende que se asuma uno en concreto. Así que de los tres papeles que están a tu disposición y que has descrito arriba (geisha ya hemos quedado que no), eliges el que más te cuadre.

Sin la confesión no eliges tú, eligen por ti. Es la diferencia.

Ah y se me olvidaba
Para ser geisha tendrías que ser capaz de llevar a cabo la ceremonia del té.

H
halyna_5824712
3/10/10 a las 21:02

Gracias por contestar
Hola:
Gracias a tod@s l@s que habeis leído el post y a tod@s l@s que habeis contestado.

Yo he sido esposa y amante, hace tiempo. Pero hoy las cosas han cambiado tanto, que me producen cierto desconcierto.

Hasta hace poco, si se tenía una relación con un hombre casado, ambos sabían lo que eran, y donde podian llegar, cada un@ tenía claro su papel desde el minuto uno. Podria haber amor, pasión o lo que fuese, pero se sabía que podía esperarse. Quizá si la relación duraba muchísimo, y el destino lo propiciaba, quizá podría convertirse en pareja, pero era algo difícil. Y eso se sabia y estaba claro.
Hoy en día, en cambio, los infieles casado, quiere que UNA AMIGA, UNA COMPLICE, UNA AMIGA ESPECIAL, y demás zarandajas... inventan una serie de palabras para ocultar lo que realmente significan.

Las mujeres infieles suelen tener claro lo que quieren y no hay problemas con los amantes, en cambio los hombres infieles suelen tener problemas con las mujeres que confunden los términos de la relación, sobretodo si no tienen pareja.

Hoy en día los hombres dicen que están casados, pero... ¿pero que?. Nada, si está casado y quiero ser su amante, pues estupendo, lo seré, o no lo seré, pero lo decidiré en el minuto uno, sin dejar una zona de grises, una puerta abierta ¿a que?. Algunos dicen cosas tan extrañas como ya se ha leído en otros post (no me separo por mis hijos, por mi esposa... etc... etc) y la amiga de turno, espera que las cosas cambien, y las cosas no cambian. Muchas mujeres confunden las cosas.

La infidelidad siempre ha existido y será algo no deseable, o si, no sé, pero mentirse a un@ mism@ y confundir las cosas, eso es algo nuevo.

Saludos y gracias.

A
an0N_962558999z
4/10/10 a las 2:01

¡y qué razón tienes!
Para ellos, la amante (que aquí dan ganas de decir "la pobre amante") es una loca que les persigue, les llama por teléfono, en realidad sólo hubo un beso pero ella no les deja en paz, etc, etc

Y para ellas, al amante ni siquiera se le levantaba, no lo pasaron bien y no sabe por qué se fue con él porque es más torpe en la cama, más feo y más tonto que su marido/pareja.

Nada nuevo bajo el sol: Caín ya mentía.

M
melita_6151371
4/10/10 a las 13:58

A mi me parece que
La infidelidad puede vivirse de muchas maneras, puede resultar algo muy traumatizante, aunque se haya elegido, o también algo lúdico y divertido que se vive sin culpa.
Si hay un trauma asociado, una importante sensación de culpa por estar cometiendo un hecho poco ético, una traición hacia alguién que no lo merece, que me importa mucho y con quién tengo un compromiso, supuestamente adquirido de forma libre, la confesión puede darse en un momento de simple debilidad, con el objetivo de superar esa situación que resulta estresante hasta un punto no soportable para algunas personas, obviamente no para todas.
Esa confesión puede generar una salida, puede hacer que otro tome la decisión que me siento incapaz de tomar yo solo. Ya que es muy posible que tu pareja condicione mantenerse a tu lado a que rompas esa relación paralela y lo haga de forma tan firme que no lo dudes y termines liberado, porque no nos engañemos, estas cosas son muy obsesivas y hay personas que hablan de las rupturas con sus amantes como una liberación, pues la historia venía pesando de forma insoportable desde hacía tiempo. Entiendo que es un poco ofensivo que además de cornudo te toque hacer de niñera de tu pareja y deshacer el entuerto que ha montado solito, pero eso pasa. Ahí, la confesión es el grito de ayuda de una persona incapaz de asumir su responsabilidad y las consecuencias de sus actos. El infiel, además de traidor y mentiroso, se comporta como un cobarde consentido e hipocrita, que pretende limpiar con ese peso sobre su pareja el episodio de engaño y eludir las consecuencias. Que bien con ambos, pareja, pues fue sincero, y también con el amante pues no tiene otra opción que cortar el episodio. En ese caso, lo deseable hubiese sido que le plantase de mano, pues es lo que realmente desea, evitando el dolor y la humillación a la pareja, pero claro, los hay que no tienen huevos ni para dejar al querido sin una buena agarradera, no te cuento ya al marido o a la esposa.
Es posible, por supuesto, que la situación sea otra, que el confeso admita su amor por su amante y se niegue a renunciar a él ante su pareja de siempre, si eso es así, le das a esa persona vía libre para que sea ella la que te deje y se marche dejando el campo libre (otra posible liberación), o al menos para que sepa lo que hay y a que atenerse con el fin de aliviar la conciencia.
En mi opinión, la confesión es una liberación y es la postura a tomar si se ha decido en firme, que la nueva persona es la elegida para compartir la vida desde ese momento, lo otro, la confesión sin tener aún la capacidad de resolver nada, porque no se sabe lo que se quiere o porque se quiere todo, o la destinada a que tu pareja de la cara por ti y permita ser usada como escudo o escusa ante el amante, me parece infantil y egoista.
Por supuesto mi reflexión no contempla a las parejas abiertas, ahí las cosas son distintas. El enfoque no es el mismo, y en principio no se debería hablar de infidelidad.

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