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Fiesta i y ii (relato de dúo lésbico y trío, de momento)

Última respuesta: 25 de septiembre de 2009 a las 9:54
D
darel_8797554
28/8/09 a las 20:22

Llegué a casa, después de una intensa semana de trabajo, era viernes, a la puerta estaba el coche de Apu.

Cuando entré un extraño silencio dominaba la casa, no se oía ni una mosca y eso me mosqueó teniendo en cuenta que debían de estar en casa tanto Apu como Flor.

Las llamé pero sin obtener respuesta, fui pasando por todas las habitaciones que tenían las puertas abiertas y estaban vacías. Al final del pasillo la puerta de nuestra habitación estaba cerrada.

Llamé a la puerta y también sin respuesta, así que la abrí. Allí estaban las dos sonrientes, mirando para mí, tumbadas encima de la cama, con cara de extrema picardía, y cada una con una mano sobre un pecho de la otra, metida entre la tela de la lencería y el pezón.

Flor llevaba puesto el conjunto negro con medias, liguero con corazones brillantes, braguitas negras de encaje, finísimas por detrás y metidas entre las nalgas y con top negro de raso, con una puntilla de encaje en todo el borde superior, sin nada más debajo y marcándosele bien el pezón que no estaba ocupado por la mano.

Apu llevaba un corsé rojo con las copas de los pechos bordadas en ribetes del mismo rojo y también en finísimo negro. El resto de la tela transparente con una serie de varillas flexibles, cubiertas de roja seda, que ciñéndose al contorno del cuerpo, tensaban la fina gasa transparente roja, dibujando su insinuante silueta. Las braguitas, también de un transparente rojo dejaban intuir su monte de Venus. Las ligas rojas que colgaban del corsé, se ajustaban a las medias negras, rematadas en encaje y con cinta roja de raso también en el encaje.

Sobre la cama, repartidos por todos lados, entre ellas, sobre ellas, habían dejado todo tipo de juguetes y utensilios. Lubricantes de efecto frío y de efecto calor, había bolas anales, y chinas normales, esposas, lazos rojos y negros de raso, un par de consoladores, un arnés, plugs anales, y preservativos de diferentes tipos. Casi podría decirse que aquello más que nuestra cama parecía el escaparate de un sex shop.

Al abrir la puerta y ver aquel cuadro me había quedado mudo, inmóvil, y extasiado por el precioso cuadro que tenía ante mis ojos. Tras la Sesión fotográfica (Ver el relato con este título) a las dos les había quedado ganas de más y parece que habían escogido ese día para llevarlo a cabo. Me pidieron que me quitase la ropa y así hice, bajando mis pantalones y quitando mi camisa, quedando con el torso desnudo y sólo con mi ropa interior. Después me mandaron sentarme en una silla pegada a la pared. Tras hacerlo las dos se pusieron en la cama a 4 patas y de repente las vi venir hacia mí caminando como dos gatitas.

La situación me puso a mil, algo empezó a crecer dentro de mí, y no era sólo la emoción y el deseo, que también. Al llegar a la silla, en una acción totalmente pactada y estudiada, llevaron sus bocas cada una a uno de mis tobillos y comenzaron a subir con sus lenguas por mis depiladas piernas. El ritmo de las dos era el mismo, subían por mis pantorrillas a la vez, al mismo tiempo llegaron a mis rodillas, y siguieron por los muslos camino de mi slip. Lo mordieron una por cada lado y comenzaron a tirar hacia abajo. Me levanté para facilitarles la labor y al llegar con él a mis rodillas tiraron de mis brazos para que me volviera a sentar, dejándome como mi madre me trajo al mundo. Volvieron a subir sus bocas igual que antes cuando mis slips cayeron definitivamente al suelo, pero esta vez, al encontrarse en la parte superior de mis piernas, sus bocas se fueron al centro, se encontraron cada una a un lado de mi enhiesto miembro, la rodearon con sus labios tocándose éstos por los lados de mi falo, subiendo despacio, volviendo a bajar y ascendiendo de nuevo, para encontrarse definitivamente sus bocas y fundirse en un apasionado beso.

Tan emocionado estaba con todo eso que casi no me di cuenta de cómo llevaban mis manos atrás, y cada una quedaba esposada por un lado a una cuerda que pasada por detrás de una pesada cómoda, tenían enlazadas un par de esposas, quedando mis brazos abiertos y esposados sin poder soltarme y a merced de estas dos dulces fierecillas.

Ellas se levantaron aún fundidas en ese apasionado beso, entonces Flor se sentó en mi regazo, y Apu sobre ella, de cara la una a la otra besándose sentadas sobre mí y sin que yo pudiera tocarlas..


La sensación de tenerlas tan cerca, de sentir sus respiraciones entrecortadas por la pasión, sus pieles rozando mi pecho, ver los suyos subir y bajar frente a mis ojos. Mi boca intentaba llegar a esos senos, recogidos por los corpiños, subidos y apretados que se escapaban al ver llegar mi lengua, jugando conmigo, sin dejarme tocarlos, acercándose cuando me retiraba hacia atrás, y retirándose en cuanto yo me acercaba de nuevo.

Veía sus lenguas salir de sus bocas, las puntas jugueteando la una alrededor de la otra, dando vueltas de manera continua, rozándose, tal como Flor había soñado y tal como ella le había dicho a Apu. Eran besos tiernos, pero apasionados, besos que guardaban un deseo y una tensión largamente acumulados.

Apu se levantó, sin despegarse de la boca de Flor, y tirando por ella, la hizo levantar también, arrastrándola hacia el borde de la cama y dejándome allí desnudo y amarrado. Las tenía de pie frente a mí, sin poder moverme, impotente sin poder hacer nada, tal como le había dicho a Flor que quería estar en su primer encuentro. No me importaba que se acostase con Apu, su gran amiga, porque sabía que era un deseo que le venía de mucho tiempo atrás, antes incluso de conocernos, pero quería estar presente, aunque fuera sin participar y cómo sabía que eso me iba a costar prefería estar atado, y así cumplieron mi deseo sin que yo me enterase casi.

La verdad que estaban las dos magníficas. A sus correspondientes bellezas, unían lo sexies que se habían vestido, y el morbo y la sensualidad de dos cuerpos de mujer juntos. Sus bocas se buscaban y jugaban ya apasionadamente, descontroladamente. Mientras sus manos recorrían su cuerpo sobre los corsés y bajo las braguitas, se deslizaban arriba y abajo, intentando recuperar el tiempo perdido.

Ambas comenzaron a desnudarse la una a la otra. Apu llevaba la delantera, besando el cuello de Flor, le desabrochó rápidamente el corsé y dejándolo caer sobre la cama, su boca siguió bajando hacia su pechos, a esos ansiados pezones, acariciándolos, besándolos, lamiéndolos, arrancándole a Flor, gemidos que iban creciendo en intensidad según Apu se afanaba en ellos. La boca en el pezón izquierdo de Flor, la mano izquierda jugando con el pezón derecho, y la mano derecha soltando el liguero y colándose bajo la braguita, jugueteando ya con el monte de Venus, colándose hacia los labios y buscando el clítoris, jugueteando con él, excitándola aún más. Flor se tensaba, se aferraba a la cabeza de Apu que seguía besando sus pezones, acariciándolos. Entonces la mano derecha de Apu, bajó un poquito más, vi cómo Flor se medio tensaba más, acto seguido Apu metió un dedo dentro de Flor, que lanzó un profundo gemido de placer, que se continuaba cada vez que después Apu metía y sacaba su dedo corazón.

La insistencia de Apu por todos los frentes hizo que Flor acelerara su ritmo de respiración, la veía sudar y eso me indicaba que ya estaba muy cerca de su orgasmo. Apenas un minuto más tarde, estallaba en sonoros gemidos, momento en el que eran ya dos los dedos que Apu tenía dentro de Flor y el pulgar en su clítoris. Éstos salieron empapados, y Flor se abrazó a Apu, que le cubría el cuello de tiernos y cariñosos besos.

Aquello era el preámbulo de lo que venía después. Tras unos minutos así abrazadas en los que aún mi miembro seguía desnudo y enhiesto por la excitación de lo visto, Apu deslizó sus manos hasta las braguitas de Flor y las fue llevando hacia abajo, dejándolas caer al suelo, la tumbó suavemente sobre la cama y tras quitarse el corsé y las braguitas subió en la cama poniéndose a 4 patas sobre Flor, y nuevamente comenzó a besarla amorosamente. Las dos desnudas y con las medias de encaje puestas, estaban maravillosas capaces de despertar el deseo a cualquiera. Apu empezó a bajar sus besos, recorriendo todo el cuerpo de Flor, camino de cumplir lo hablado entre ellas, de probar, cómo una chica se la comía entera para poder comprobar quien lo comía mejor si un chico o una chica.

Al llegar al monte de Venus Flor se estremecía, las manos de Apu separaron los labios y su lengua, rozó apenas el abultado clítoris que escondido esperaba la llegada del húmedo músculo de Apu. Comenzaron los juegos orales, a un lado y al otro, arriba y abajo con extrema suavidad, apenas rozándolo mientras estirando una mano, sacaba de debajo de la almohada un gel lubricante que tras poner en un dedo llevó hacia el culito de Flor. Ésta al sentirlo ahí, al mismo tiempo que la lengua sintió cómo un impulso subía por su columna y éste se aumentó cuando el dedo comenzó a entrar y salir, se sentía explotar y más aún cuando entró un segundo dedo y el pulgar buscaba su bien marcado punto G. Entonces Apu sacó todos sus dedos y tomó también de debajo de la almohada un arnés triple, uno hacia adentro para ella y con dos penes más hacia fuera uno más grueso y el otro el de arriba un poco más fino. Se lo colocó, levantó a Flor, la puso en posición de perrito y poco a poco le fue metiendo el artilugio.

Yo estaba a punto de explotar sólo con ver aquello, Apu entró muy suavemente, despacio para no hacerle daño, de la manera más tierna y amorosa posible, tal como le había prometido que sería si algún día llegaban a ello. Cuando estuvo entera dentro se quedaron quietas, esperó hasta que Flor se hubo acostumbrado y entonces fue ella misma quien se empezó a mover adelante y atrás, clavándose en el arnés que Apu llevaba puesto. Ésta al ver que Flor comenzaba a gozar de aquella situación, empezó también a empujar.

Flor me miraba, abría y cerraba los ojos, su boca abierta emitía gemidos constantes, cada vez que Apu, agarrada de sus caderas empujaba insertándole el arnés doble. En sus ojos podía ver, y casi sentir, el enorme placer que Apu le estaba proporcionado. Llevaban así un tiempo cuando Apu, inclinándose un poco hacia delante llevó una mano hacia el clítoris de Flor. Eso fue el remate, a penas la tocó Flor estalló en un orgasmo, intenso y duradero. Ambas cayeron hacia delante quedando Apu sobre Flor y aún dentro de ella, las dos inmóviles, abrazadas, Flor exhausta, Apu sobre ella tierna, cariñosa, comiéndosela a besos en el cuello y hombros.

Tras un rato largo, una vez que las dos se hubieron calmado, Apu salió de Flor y se quitó el arnés.

¿Una ducha? Preguntó Apu
Ummm sí respondió Flor
¿Y con Tijo qué hacemos? ¿Lo llevamos?
Vale

Sacaron unas esposas de cuero diferentes anchas, me juntaron las manos y me las pusieron liberándome de las otras que tenía puestas. Las nuevas llevaban una especie de enganche adicional entre ellas, como una especie de tercera esposa. Me llevaron hasta el baño y allí tirando de mis brazos hacia arriba me ataron al toallero. Aún no se me había quitado la excitación y la verdad me dolía el miembro de llevar tanto tiempo tiesa y sin poder hacer nada. Flor me dio un beso, mientras Apu cogía mi palo en su mano, y la movía arriba y abajo un poquito, a continuación la soltó y dándose la vuelta se agachó frente a mí rozándomela entera desde sus labios vaginales hasta toda la raja de su culo mientras se incorporaba y subía, para después dar un paso adelante, dejándome con una inmensa calentura y llevándose a mi chica cogida de la mano hacia la ducha, arnés en mano. Abrieron el grifo y el agua comenzó a correr por sus cuerpos sudorosos, por el efecto del amor derramado minutos antes.

Dejaron del lado las esponjas y los jabones líquidos, sacaron las pastillas aromáticas de Enjabonarte, una de jabón alicante, la otra de sales del mar muerto. Y pastillas en mano comenzaron a enjabonarse la una a la otra. Cuando las pastillas habían recorrido completamente el cuerpo de la otra Apu, empezó a pasar sus manos por el cuerpo de Flor, enjabonándola bien y frotando por todas partes especialmente sus partes íntimas, cuando terminó, fue Flor quien tomó el relevo y comenzó a hacer lo mismo con Apu, empezó por el cuello, los hombros, los pechos, la espalda, la barriga, las nalgas, bajó hacia las piernas, recorriéndolas hasta llegar a los tobillos y subir de nuevo poco a poco colocada esta vez a su espalda. Al subir tomó en sus manos el arnés y se lo dio a Apu, junto con una pastilla de jabón para que lo limpiara bien.

Según subía sus manos llegaron nuevamente a la altura de las nalgas de Apu, y una vez allí una mano se quedó entre ellas y la otra se fue hacia delante. La mano que estaba delante comenzó a jugar con el clítoris de Apu, mientras que la otra colándose entre las nalgas llegó al enjabonadísimo culito de esta y tras presionar haciendo círculos justo a la puerta durante un rato, dejó que uno de sus dedos se colase. Con un dedo delante y el otro detrás era ahora Apu quien gemía de placer. Dejó el arnés deslizar por un brazo y apoyó las manos sobre los azulejos, mientras el arnés colgaba a la altura de su hombro.

El trabajo de los dedos de Flor no tardó en dar sus frutos y Apu estalló en un sonoro orgasmo, con la cabeza inclinada hacia atrás y el culo puesto en pompa, para que Flor pudiera seguir el mete y saca de dos de sus deditos en la parte trasera de su amiga.

Cuando se hubo relajado, Flor cogió la ducha y abriendo nuevamente el agua comenzó a aclararse, para al momento quitarle el jabón a su querida amiga. Comenzó igual que antes por los hombros y fue poco a poco bajando y agachándose ella a los pies de Apu, frente a frente, mirándola a los ojos, y esta tanto a ella como a mí. Al llegar a los pies le pasó la ducha a Apu y comenzó a subir por sus piernas pero con los labios, Apu me miraba con lujuria, como diciendo Ahora es mía y Flor seguía subiendo camino del triángulo prohibido, bajo el agua que caía de la ducha nuevamente colgada por Apu. Ésta le dio el arnés a Flor, que ya tenía la lengua en el clítoris de Apu, ahora apoyada con la espalda contra la pared, el vientre adelantado para que su amiga tuviera más facilidad para estimularla, los ojos cerrados, los brazos caídos pero tensos con las palmas abiertas contra los azulejos como queriendo aferrarse a ellos.

Mientras, Flor se colocaba el arnés, metiéndose el juguete en su vagina y amarrándolo bien para ser ahora ella quien cabalgase a su amiga. Con las manos ya libres cogió un bote de aceite, lo untó bien en ambos juguetes del arnés y con las manos bien pringadas de él lo pasó por las nalgas de Apu, las abrió y deslizó un dedito dentro y otro después al tiempo que aceleraba la velocidad de su lengua sobre el clítoris.

Metiendo los dedos entre el pelo suavemente, Apu tiró despacito para que Flor abandonase su clítoris y una vez de pie se dio la vuelta y se puso en perrito para su amiga bajo el chorro del agua. Flor clavó suavemente el doble juguete en su amiga y cuando estuvo adentro por completo Apu se movió un poquito más adelante, Flor la siguió, Apu quedaba ahora justo frente a mí, en la ducha abierta, giró la cabeza miró a Flor y le dijo:

-Dame fuerte cariño

Acto seguido giró nuevamente la cabeza y mirando para mí con la cara a unos centímetros de mi aparato se acercó a ella, comenzó a besarla suavemente, a meter la punta en la boca, en parte por iniciativa propia, en parte por los empujones que Flor le estaba dando desde atrás, que iba acelerando el ritmo paulatinamente, llegando casi a un punto salvaje desconocido hasta ahora para mí. La tensión acumulada, desde que había llegado a casa unida a esa boca que me estaba matando de placer y a la visión que tenía de mi chica follándose literalmente a su amiga, me estaban haciendo perder el control del todo.

De todas maneras fue Apu quien lo perdió antes que yo, y sacándose mi miembro de la boca exhaló un grito de placer en el momento en el que Flor la llevaba al orgasmo. La espalda arqueada hacia abajo, el culo bien en pompa para que Flor la ensartase bien al fondo, la cabeza hacia atrás y el agua cayendo aún sobre ellas. Una vez tranquilizadas se miraron, se besaron, me miraron y sin mediar palabra ambas acercaron su boca a mí pene, y alternando sus bocas en él y en mis huevos consiguieron que me corriera en apenas un par de minutos entre sus bocas, sus manos, su pelo, y nuevamente los tres para la ducha tras desatarme, pero eso os lo cuento otro día.

Ver también

S
solana_8508991
1/9/09 a las 23:43

Oh dios!!!
ahhhhhhhhhhhh...!!!!!!
Super excitante!! Te felicito!!!!

D
darel_8797554
4/9/09 a las 12:28
En respuesta a solana_8508991

Oh dios!!!
ahhhhhhhhhhhh...!!!!!!
Super excitante!! Te felicito!!!!

Muchas gracias
Muchas gracias, pensé que nadie lo había leído, ya estaba pensando en no publicar la continuación cuando la haga, ahora al menos me lo pensaré

D
darel_8797554
24/9/09 a las 11:12

Gracias
Muchas gracias por el apoyo, aún no se si me animaré a continuarlo o al menos a publicarlo, hay demasiada publicidad de sexo y poco morbo de relatos.

D
darel_8797554
25/9/09 a las 9:54

Gracias
Me alegro mucho que os guste mi relato, necesito un poco de inspiración y tiempo para poder seguir contando esto, que tan sólo es una fantasía.

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