Hola a todos. No sé ni por dónde empezar pero intentaré ser breve.
Hace cuatro meses me he separado. Mi ex era una persona que, para que os hagais una idea, no me dejaba utilizar maquillaje, no podía ponerme tirantes, ni podía sacar a pasear al perro!!!. Todo un maltrato psicológico que, además, se unía a una patología y obsesión del sexo por parte de él que, en ocasiones, rozaba lo vejatorio. Si me permitís, no voy a entrar en esto último ya que todavía duele.
Sólo estuve casada diez meses aunque mi relación duró tres años. El caso es que cuando huí de la ciudad en la que estaba y de la casa que habíamos compartido me vi sóla y pensando, en primer lugar, como podía haber dejado que la situación llegara a esos límites.
Encontré trabajo en mi ciudad, un trabajo de cara al público, me empecé a cuidar, me volví a maquillar, a vestir como a mi me gusta. Debido a mi trabajo hago unas pequeñas incursiones en una televisión y, claro, eso me ha dado un pequeño protragonismo donde vivo. El caso es que "pretendientes" y "hombres" no me faltan, el problema?, que no sé cómo actuar con ellos, a veces me da la impresión que soy demasiado simpática y otras demasiado huraña.
Pues bien, ahora viene el quid de la cuestión. Me encontré hace un mes con un chico con el que, antes de casarme, había tenido la típica relación de lío de fin de semana. Con la tontería estuvimos liándonos unos cuatro años, todo eso sí, esporádicamente. Es el típico hombre guapísimo que quita el hipo pero un poco "rarito", bastante borde y demasiado especial con lo que yo llamo "sus cosas". Aún así, yo siempre le he llevado bien en el sentido que sus borderías me resbalan (por ejemplo nada más verme me dijo.- "te veo más gorda que la última vez) y cosas así. Yo en vez de ponerme echa un basilisco me río, le suelto otra, y punto.
La noche que me lo encontré me acosté con él. Se pone hasta arriba de cocaína. Yo no. Yo soy de tomarme unas copichuelas como todo el mundo. Esa noche me indujo a que lo probara (nunca lo había hecho) y lo probé por pura curiosidad y, la verdad, no sentí nada especial.
En fin, el caso es que él nunca, JAMÁS, me llamó por teléfono. Pues a la semana de este encuentro, me llamó para vernos. Le dije que no porque, sinceramente, no me apetecía. La semana siguiente me volvió a llamar y el viernes por la noche me presenté en su casa. Las relaciones sexuales con él son increíbles, no os voy a engañar.
Pues bien, este lunes fue su cumpleaños, le mandé un mensaje al móvil y, ayer, me sentía solísima y le llamé no para pasar la noche con él, ni mucho menos, sino para, simplemente, hablar con él. Cuando me cogió el teléfono (un milagro porque coge el teléfono cuando le da la real gana), le saludé simpatiquísima y me dice: perdona, ahora no puedo hablar contigo ya te llamaré.
Me dejó cortadísima, con una sensación terrible. Ya sé que es una tontería ya que es posible que, efectivamente, no pudiera hablar.
Pero yo me sentía sóla y quería simplemente hablar con él. (Con él o con alguien, me daba igual).
Ahora me pregunto: qué hago, por favor, dadme consejo. ¿Paso de él?. Mis amistades me dicen que es mejor. Que ya me enganché con él hace tiempo. Creo realmente que tengo un problema con los hombres. Y más ahora que, después de mi fracaso matrimonial, no sé ni cómo actuar con ellos.
En fin, siento el larguííííííísimo mensaje que he enviado, gracias si alguien me ha leido. Un beso y qué complicado es esto de las relaciones. Gracias, de nuevo.