Errores de las mujeres en la cama

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Este punto es muy importante ya que el simple roce de los dientes puede llegar a ser muy molesto, así que lo adecuado sería hacer la felación fundamentalmente con los labios, la lengua y a poder ser, no utilizar demasiado las manos, excepto para extender la saliva u ocasionalmente, masturbar.

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Otro error de libro sería cuando la mujer no acepta con gusto recibir el semen en su cuerpo. Ya sea en la cara, boca, lengua, pelo, etc... Es muy importante que una amante sepa apreciar el semen de su hombre y es de pésimo gusto que la mujer rechace esta parte de él. Por tanto, si no le agrada el sabor o tiene reparos en recibirlo, sería adecuado que disimulara un poco ya que si no, el hombre puede sentirse rechazado y ver con malos ojos a su mujer, por excesivamente remilgada y aburrida.

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Otro error muy típico de algunas mujeres, no todas, es hablar demasiado. Esto es habitual en las relaciones y la vida diaria en sí mismas, pero cuando estos excesos verbales se trasladan a la cama, cansan y aburren. Por lo tanto, en el sexo está bien la comunicación y todas esas cosas, pero el exceso de verborrea apaga la pasión y la emoción.

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Muy importante. A la hora de hacernos el sexo oral, es importantísimo que la mujer se recoja el pelo para que no estorbe y caiga por la cara o el pene. Además es preferible que se haga una coleta o moño para facilitar que el hombre pueda agarrarla y así dirigir y mover la cabeza al gusto. Así se puede controlar la profundidad y la velocidad de la felación a la intensidad deseada.

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Ahondando en el tema de las felaciones, es habitual que la mujer intente ponerse lo más cómoda posible a la hora de hacerlas, pero es otro error grave y clamoroso. En esos momentos no debe contar tanto la comodidad como la estética ya que los hombres somos muy visuales y es fundamental, pero que muy fundamental, que la mujer preste atención a la estética.

Por ejemplo, que se arrodille ante el hombre y mantenga sus zapatos de tacón puestos, aparte de estar bien maquillada, por supuesto. Todos ellos son pequeños detalles que tenemos muy en cuenta, ya que no es lo mismo recibir una felación con unos calcetines puestos que con unos tacones atractivos que resalten la feminidad.

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Se me olvida comentar el error por excelencia de las mujeres, que no es otro que pensar que los hombres no fingimos en el sexo. En cierto sentido este pensamiento resulta tierno por lo inocente, pero la realidad es que los hombres también exageramos, gesticulamos o gemimos más de la cuenta para no herir sentimientos. Por eso ellas siempre suelen interpretar que somos fáciles de contentar, pero la realidad no es tan sencilla como se pinta.

Por supuesto, también hay que señalar que este fingimiento puede venir por el temor a perder a la mujer, ya que si el hombre se muestra excesivamente exigente, esta puede hartarse y dejarlo por imposible. Así que podemos concluir que el conformismo y el miedo hacen que se tengan que camuflar ciertos sentimientos. Esto último es bastante habitual pero por suerte, hay muchos otros hombres que no tienen miedo a expresar lo que piensan y sienten y no se comportan de manera tan pusilánime.

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Hay mujeres que se olvidan por completo de los testículos cuando masturban o felan, sobre todo porque piensan, en su ignorancia, que el placer del hombre se limita al pene. No es así. Los testículos son una zona muy erógena e importante que siempre es adecuada manipular, ya sea en base a lametazos, succiones de intensidad media o incluso con una presión de las manos.

Así que ya sabéis, a tocar los huevos en la cama pero jamás fuera de ella

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Recordad, a tocar los huevos en la cama pero jamás fuera de ella

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Es realmente nefasto cuando una mujer constantemente pregunta si te gusta así o asao, mientras te hace algún trabajo. No es nada conveniente ya que con sus preguntas te predispone a tener que mentirla por no herirla, por lo que es mejor que exploten ese supuesto instinto femenino para la comunicación no verbal y analizar las reacciones del hombre. Tanto positivas como negativas y actuar en consecuencia.

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Llegado el caso de que la mujer sea nefasta en el arte de la felación y no consiga dejar de rozar el pene con sus dientes, algo que puede servir de utilidad es practicar en casa. Por ejemplo con algún objeto, pene de látex, zanahoria, pepino, plátano o similares para estar más y mejor preparada a la hora de la verdad y no tomar el pene del novio o marido como campo de entrenamiento.

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Tema semen. Cuando una mujer recibe el semen lo ideal es que lo haga con gusto y por supuesto con cara de satisfacción, deleitándose con su textura, sabor e incluso relamiéndose con la lengua mientras mira a su hombre con ojos lascivos. Esto es bastante importante ya que si la mujer, lo hace como un puro trámite, por complacer, con prisas o poniendo cara de desagrado, rompe todo el encanto de la situación.

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Un error de las mujeres es cuando en la postura del perrito, se cansan los brazos y se dejan caer sobre la cara. Mal, muy mal. Es muy importante mantener la postura ya que de esa manera el hombre puede observar desde atrás el bamboleo de los pechos (siempre y cuando tengan un tamaño decente) y de paso agarrarlos al gusto, algo que resulta muy excitante.

Por supuesto que también importa mantener esta postura para que el trasero luzca más tieso y sugerente, como más expuesto ante la visión del hombre. Aunque claro, es interesante forzar un poco para que quede hacia fuera, bien ofrecido y levantado como un buen culito respingón.